El rey Carlos no pagará impuestos por la herencia de la reina Isabel II
Carlos dijo, cuando era príncipe de Gales, que imitaría a su madre en el pago voluntario del impuesto sobre la renta. Foto: Kirsty Wigglesworth/AP

El rey Carlos III no pagará impuestos sobre la fortuna que heredó de la difunta reina Isabel II, aunque se ofreció como voluntario a seguir el ejemplo de su madre en el pago del impuesto sobre la renta.

De acuerdo con una cláusula acordada en 1993 por el entonces primer ministro, John Major, cualquier herencia que sea transmitida “de monarca a monarca” evitará el gravamen del 40% que se aplica a los bienes cuyo valor supere las 325 mil libras.

Se calcula que el patrimonio de la corona posee 15 mil 200 millones de libras en activos, de los cuales el 25% de los beneficios son entregados a la familia real en concepto de subvención soberana. El patrimonio comprende los archivos reales y la colección real de pinturas, que están en posesión del monarca “en derecho de la corona”.

El rey no puede vender estos bienes y, en realidad, los cede al gobierno a cambio de una subvención. La guía del gobierno concluye que, por consiguiente, sería “inapropiado que se pagara el impuesto a la herencia en relación con dichos bienes”.

Independientemente, Carlos también hereda de la reina el ducado de Lancaster, un patrimonio privado que incluye una cartera de tierras, propiedades y bienes conservados en un fideicomiso para el monarca.

El rey queda exento del impuesto a la herencia de estos bienes, entre otros, con el objetivo de conservar “cierto grado de independencia financiera del gobierno en turno”.

La guía gubernamental añade: “La monarquía como institución necesita recursos privados suficientes para que pueda seguir desempeñando su papel tradicional en la vida nacional”.

La cláusula de 1993 acordada por Major también exime a la herencia que pasa de la consorte de un exmonarca a un monarca. La última vez que se utilizó fue tras la muerte de la reina madre en 2002, cuando dejó su fortuna, calculada en 70 millones de libras, que incluía una colección de huevos Fabergé, a la reina, su única hija superviviente.

Toda persona que no sea el rey Carlos y que herede bienes privados de la reina tendrá que pagar el impuesto a la herencia. La guía establece: “En relación con los bienes que pueden ser considerados propiamente como privados, las disposiciones estipulan que no se pagará el impuesto a la herencia por las donaciones de las herencias de un monarca a otro, pero sí se pagará por las donaciones y legados a cualquier otra persona”.

Por otra parte, el monarca no está legalmente obligado a pagar el impuesto sobre la renta, el impuesto sobre las ganancias de capital o el impuesto a la herencia. No obstante, a principios de la década de 1990 surgieron presiones públicas respecto al costo de la monarquía y se plantearon preguntas sobre quién pagaría los gastos de reparación del castillo de Windsor tras los graves daños que sufrió a causa de un incendio.

En 1992 se anunció que la reina pagaría voluntariamente el impuesto sobre la renta el año siguiente, y Carlos manifestó cuando era príncipe de Gales que seguiría el ejemplo de su madre.

El patrimonio del ducado de Lancaster, la principal fuente de riqueza de la reina, generó cerca de 22 millones de libras en ingresos en 2021.

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