Manolo Blahnik: ‘Estoy harto del pasado, es el futuro el que me habla’
'Los zapatos están en mi ADN. A mi madre le encantaban, a mi padre también': Manolo Blahnik. Foto: Stella MacDonald/Eyevine

Yo era un pesado, un niño difícil. Sabía lo que quería, cuándo y cómo, y me negaba a que me dijeran lo contrario. Cabe decir que poco ha cambiado, sigo siendo tan testarudo como siempre.

Los zapatos están en mi ADN. A mi madre le encantaban, a mi padre también. Siempre estuve rodeado de bonitos zapatos. Sin embargo, mi carrera fue un accidente: la responsable fue la difunta y gran Diana Vreeland. Nos conocimos por casualidad en Nueva York; yo estaba casi catatónico. Ella vio mis bocetos, me miró directamente a los ojos y me dijo: “Joven, haz zapatos, eres muy bueno en eso“. Por supuesto, le hice caso.

Soy un adicto al trabajo, trabajo sin descanso. No logro comprender la idea de la jubilación. Nunca me aburriré de crear; nunca dejaré de explorar cosas nuevas. ¿Estar sentado en el sillón viendo la televisión y comiendo papas fritas? Suena horroroso.

Leer en las mañanas es bueno para el alma. Cada página puede inspirarme de maneras inconmensurable: las descripciones de la comida y de la moda; la cultura y la naturaleza. Mi mamá solía leernos constantemente. Ahora yo también lo hago. Las películas de la actualidad son demasiado rápidas. Necesito más tiempo en esos mundos. Me despierto y me sumerjo en sus páginas.

La muerte de la reina realmente me destrozó. Me afectó enormemente.

Soy más callado de lo que se podría esperar. Cuando hablo lo hago de forma muy rápida –pocos pueden seguirme el ritmo– y con mis amigos mantendré vastas conversaciones. Pero la mayor parte del tiempo estoy en silencio.

El envejecimiento no me asusta, pero el dolor sí. Hace poco me caí del primer piso a la planta baja de mi casa y me rompí una pierna y un brazo. Eso me conmocionó mucho. No me preocupa la muerte en sí misma. La pérdida de otras personas, no obstante, me resulta algo difícil. En agosto perdí a mi querido amigo, el fotógrafo Eric Boman. Eso me volvió temporalmente neurótico.

¿Felicidad? No estoy seguro de saber en qué consiste. En cambio, busco momentos de dicha. Para mí, eso proviene de estar en medio del campo con mis perros. Soy adicto a mis labradores. Amo a estas criaturas mucho más que a las personas.

Diles a las personas a la cara si no te gusta algo. No lo hagas de forma cruel, siempre procura ser amable. La honestidad vale la pena. Tengo fama en mis fábricas de ser difícil de complacer, pero ese es el precio de intentar alcanzar la perfección.

Creo que hemos alcanzado un estado de mediocridad. Nadie pide más, ni se esfuerza por lo bello, lo nuevo y lo extraordinario. La moda no me atrae. Me gusta hacer cosas que perduran, exquisitamente fabricadas.

Estoy harto de pensar en el pasado. Es el futuro el que realmente me habla. Tengo la suerte de haber hecho algo que adoro durante tanto tiempo, y de que la gente a la que respeto me aprecie. Pero todavía me falta alcanzar mis mayores logros, eso está por suceder. Estoy increíblemente orgulloso de mis próximas colecciones.

Soy un solitario de corazón, un alma solitaria. No soporto las multitudes ni las fiestas. Estaré solo en mi cumpleaños número 80, y no se me ocurre una mejor manera de pasarlo.

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