‘Sé valiente’: Liz Truss arroja el guante a Rishi Sunak en su último discurso como primera ministra de Reino Unido
'Nos esperan días más brillantes': Liz Truss pronuncia su último discurso como primera ministra de Reino Unido.

Una Liz Truss sin remordimientos instó a su sucesor como primer ministro a “ser valiente” al tiempo que arrojó el guante al sugerir que Rishi Sunak debería seguir recortando los impuestos y mantener el aumento previsto del gasto de defensa.

En su último discurso fuera del Número 10 de Downing Street, el martes, antes de irse de vacaciones, Liz Truss no mostró ningún signo de remordimiento por el caos en el que se vio envuelta durante sus 50 días de mandato.

En su lugar, citó al filósofo romano Séneca, que dijo: “No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos, es porque no nos atrevemos que son difíciles”.

Flanqueada por sus asistentes y simpatizantes a un lado, y por su esposo y sus dos hijas al otro, Liz Truss le deseó a Sunak “todo el éxito” antes de que la llevaran rápidamente en un auto al Palacio de Buckingham para presentar formalmente su renuncia al rey.

La primera ministra saliente dijo que estaba “más convencida que nunca de que tenemos que ser valientes y afrontar los retos que tenemos”, y señaló que seguía creyendo en la reducción de impuestos y en el refuerzo de las defensas del país.

Estas declaraciones serán consideradas como un reto para Sunak, quien introdujo el aumento de la seguridad social que ella misma revirtió y que, en particular, no se ha comprometido a aumentar el gasto de defensa hasta situarlo en el 3% del PIB al final de la década.

Liz Truss reconoció que ocupó el cargo durante un “corto periodo”, no obstante, proclamó sus logros, como ayudar a millones de personas a pagar las facturas de energía y evitar que miles de empresas quebraran, así como tomar medidas para garantizar una mayor resiliencia energética.

Comentó que fue un honor dirigir a la nación en el duelo por la muerte de la reina Isabel y acoger el ascenso del rey Carlos III, y reiteró su apoyo a Ucrania en su lucha contra Rusia.

Con respecto a su tiempo después de Downing Street, Truss comentó que estaba “deseando pasar más tiempo en mi distrito electoral”, el suroeste de Norfolk.

Canalizando el optimismo íntegro que fue una característica clave de su campaña por el liderazgo durante el verano, Truss concluyó su discurso diciendo: “Nuestro país sigue luchando a través de una tormenta, pero creo en Gran Bretaña, creo en el pueblo británico y sé que nos esperan días más brillantes”.

El discurso, que duró poco más de tres minutos, no dejó entrever el estado emocional de Truss, una marcada diferencia con el de Boris Johnson, cuando arremetió contra la “mentalidad de rebaño” del Partido Conservador, y con el de Theresa May, cuando sus ojos se le llenaron de lágrimas en sus últimos momentos.

Su discurso final fue recibido con una indiferencia colectiva por parte de la mayoría de los diputados conservadores. Uno de ellos comentó: “No sé por qué lo hizo, para ser sincero”. Otro lo calificó como “correcto”, y añadió que “no había necesidad de celebrar su caída”.

En los minutos previos al discurso de Truss, su viceprimera ministra, Thérèse Coffey, se tomó una selfie con los asistentes reunidos en una esquina de Downing Street para aplaudir y animarla.

Una fuente del Número 10 comentó que Truss “sigue pensando” que su plan económico general era el adecuado, y que creía que “seguiría defendiendo este punto desde los bancos”.

Después de que Truss saliera del Palacio de Buckingham justo antes del mediodía del martes, se fue de vacaciones para disfrutar de un poco de paz después de un tiempo turbulento en el cargo, y para dar espacio a su sucesor mientras este se adaptaba al nuevo puesto.

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