Los encuentros con aves y su canto mejoran la salud mental, según estudio
Escuche el canto de los pájaros mientras lee este artículo.

Puede que una sola golondrina no sea suficiente, pero ver o escuchar varios pájaros mejora la salud mental, descubrieron los investigadores.

El estudio, dirigido por académicos del King’s College de Londres, también descubrió que los encuentros cotidianos con aves mejoran el estado de ánimo de las personas que sufren depresión, así como de la población en general.

Los investigadores señalaron que los hallazgos sugerían que las visitas a lugares con una gran abundancia de aves, como parques y canales, podrían ser recetadas por los médicos para tratar las enfermedades mentales. Añadieron que sus descubrimientos también ponían de manifiesto la necesidad de proteger mejor el medio ambiente y mejorar la biodiversidad en las zonas urbanas, suburbanas y rurales a fin de preservar los hábitats de las aves.

El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, hizo un seguimiento de los encuentros cotidianos de mil 292 participantes con las aves el año pasado a través de una aplicación para teléfonos inteligentes llamada Urban Mind.

En el transcurso de dos semanas, se pidió a los participantes, procedentes de Reino Unido, Europa, Estados Unidos, China y Australia, que registraran en intervalos aleatorios cómo se sentían, incluyendo si estaban felices o estresados, si podían ver árboles y si podían ver o escuchar pájaros.

Los investigadores descubrieron que las puntuaciones promedio de bienestar mental de los participantes aumentaban cuando veían o escuchaban pájaros, incluso entre aquellos que revelaron que les habían diagnosticado depresión.

Este efecto beneficioso también duró mucho tiempo después del encuentro con los pájaros, ya que los participantes que no vieron ni escucharon pájaros registraron niveles más altos de bienestar mental cuando volvieron a registrar su estado de ánimo.

Sin embargo, este efecto positivo no perduraba cuando los participantes no encontraban aves durante la siguiente evaluación de su estado de ánimo, lo cual, según dijeron los investigadores, indicaba “un posible efecto de relación de causalidad del avistamiento de aves con el bienestar mental”.

Andrea Mechelli, profesor de intervención temprana en salud mental en el King’s College de Londres, señaló: “Tenemos que crear y apoyar entornos, particularmente urbanos, en los que las aves sean una característica constante. Para tener una población sana de pájaros, también se necesitan plantas, también se necesitan árboles. Tenemos que nutrir todo el ecosistema dentro de nuestras ciudades”.

Añadió que el efecto positivo de los encuentros con las aves en las personas que sufren depresión era significativo porque muchas “intervenciones que ayudan a las denominadas ‘personas sanas’ no funcionan para los individuos que tienen problemas de salud mental”.

Mechelli comentó: “Sabemos que el ejercicio hace que todos se sientan mejor. Pero es increíblemente difícil motivar a alguien con depresión para que haga ejercicio. Mientras que el contacto con las aves es algo que, quizás, sea viable”.

El artista Michael Smythe, de Nomad Projects, que ayudó al King’s College de Londres a desarrollar la aplicación para teléfonos inteligentes utilizada en el estudio, señaló que la investigación también planteaba cuestiones sobre la relación entre las desigualdades sanitarias y el acceso a la naturaleza, ya que otras investigaciones mostraban que las zonas desfavorecidas solían tener menos espacios verdes en comparación con las zonas acaudaladas.

Nomad Projects cofundó el Bethnal Green Nature Reserve Trust, que construyó el verano pasado un estanque que, según indicó Smythe, atrajo una “enorme diversidad de aves”.

“Es un complejo muy terapéutico, biodiverso, un espacio abundante dentro de una enorme urbanización entre cuatro vialidades”, dijo Smythe. “Ahora es un lugar al que las personas acuden en masa todos los días simplemente para relajarse”.

Adrian Thomas, autor de la Guide to Birdsong de la Royal Society for the Protection of Birds, señaló que los hallazgos del informe no eran una sorpresa, ya que la mayoría de las personas describieron su reacción al canto de los pájaros como alegría.

Y añadió: “El canto de los pájaros debió haber sido en su momento la banda sonora natural de todas las vidas humanas, y creo que está arraigado en algún lugar profundo de nuestra psique. Está asociado a la primavera y a la renovación y a la llegada de buenos tiempos, lo cual es una de las razones por las que debemos hacer frente a esta crisis de la naturaleza y garantizar que esta no se quede en silencio”.

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