Temen que Bolsonaro no acepte la derrota, mientras su hijo denuncia fraude antes de las elecciones en Brasil
El presidente de Brasil y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, llega a una conferencia de prensa en el Palacio de la Alvorada en Brasilia el miércoles. Foto: Ueslei Marcelino/Reuters

Aumenta el temor de que Jair Bolsonaro podría negarse a aceptar la derrota en las elecciones decisivas de Brasil que se llevarán a cabo este domingo, después de que su hijo político afirmara que el presidente de extrema derecha de Brasil era víctima del “mayor fraude electoral jamás visto”, en medio de acusaciones no demostradas de prácticas irregulares.

La afirmación realizada por el hijo senador del presidente, Flávio Bolsonaro, fue casi idéntica al lenguaje utilizado por Donald Trump –el más destacado partidario internacional de Bolsonaro– después de haber perdido las elecciones estadounidenses de 2020 frente a Joe Biden.

Trump utilizó falsas afirmaciones de un fraude electoral generalizado para denunciar “el mayor fraude de la historia de nuestro país desde el punto de vista electoral”. Semanas después, el 6 de enero de 2021, los extremistas proTrump irrumpieron en el Capitolio en un intento fallido por anular el resultado.

Muchos sospechan que Bolsonaro planea seguir un guion similar en caso de perder contra su rival izquierdista, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ganó la primera vuelta de las elecciones el 2 de octubre y actualmente lidera las encuestas con un margen de entre el 4% y el 5%.

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Los temores persistentes de que Bolsonaro –que lleva años atacando el sistema democrático de Brasil– pueda impugnar el resultado se intensificaron el lunes después de que su ministro de Comunicación, Fábio Faria, convocara a los periodistas para denunciar lo que denominó como “una grave violación al sistema electoral”.

Sin ofrecer evidencia, Faria afirmó que las estaciones de radio locales del noreste de Brasil emitieron miles de anuncios más de la campaña de Lula. “Tienen que salir y votar porque nos están poniendo obstáculos”, dijo a sus partidarios.

El miércoles, el presidente del sistema de justicia electoral de Brasil, Alexandre de Moraes, rechazó una petición de la campaña de Bolsonaro que exigía que se investigara la supuesta irregularidad. Moraes pidió, en cambio, que se investigara si las denuncias “sin fundamento” estaban diseñadas para “perturbar” las elecciones.

Sin embargo, Bolsonaro insistió en las acusaciones, diciendo a los periodistas que el proceso electoral había sido “trastornado” a favor de Lula.

“Un lado –el mío– se ha visto realmente desfavorecido”, afirmó Bolsonaro, a quien Trump respaldó recientemente como “uno de los grandes presidentes de cualquier país del mundo”.

Flávio Bolsonaro comparó la supuesta campaña contra su padre con el intento fallido de asesinato del populista de derecha durante las elecciones de 2018, las cuales ganó Bolsonaro.

“Bolsonaro fue apuñalado por segunda vez”, tuiteó Bolsonaro, prometiendo: “Ganaremos estas elecciones, a pesar del intento de manipulación del resultado”. En una segunda publicación, el senador afirmó que su padre era víctima del “mayor fraude electoral jamás visto”.

Otro senador proBolsonaro, Lasier Martins, escribió en Twitter: “¡Posponer las elecciones es la única solución!”.

Thomas Traumann, un experto en política radicado en Río de Janeiro, calificó las afirmaciones de Bolsonaro sobre el fraude en la radio como “puras tonterías” e indicó que estaba convencido de que Bolsonaro se estaba preparando para impugnar el resultado de lo que es ampliamente considerado como la elección más importante de Brasil en décadas.

“Tengo cero dudas, cero. Él va a impugnar esto”, comentó Traumann. “La pregunta es la magnitud de la violencia que provocará la impugnación” entre los seguidores radicales de Bolsonaro.

Traumann añadió: “Trump es su ídolo y su modelo. ¿Y qué hizo Trump? Impugnó, no aceptó la derrota, convocó a la gente a las calles y fomentó las protestas violentas y dejó el poder sin desistir y siguió involucrando a sus seguidores para que no reconocieran la autoridad del nuevo gobierno y de esa manera mantener enardecida a su base. Esta es, para mí, la guía de Bolsonaro”.

A los observadores internacionales también les preocupa la forma en que Bolsonaro pueda reaccionar en caso de perder cuando 156 millones de brasileños vuelvan a las urnas este fin de semana.

En una entrevista reciente con The Guardian, el exembajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, expresó su preocupación respecto al debilitamiento del proceso electoral por parte de Bolsonaro.

“Para mí eso solo puede tener un propósito, que es intentar impedir que se lleven a cabo unas elecciones o cambiar su curso o resultado”, dijo Shannon, añadiendo: “Bolsonaro y su equipo han analizado con mucha atención lo que ocurrió el 6 de enero tratando de entender la razón por la que un presidente en funciones fracasó en su intento de anular los resultados electorales”.

Shannon comentó que observaba evidentes similitudes entre la política de ambos países. “Estados Unidos y Brasil son como espejos que se reflejan mutuamente. Lo que sucede en Estados Unidos sucede en Brasil y lo que sucede en Brasil sucede en Estados Unidos”.

Brian Winter, un especialista en Brasil que es editor en jefe del medio Americas Quarterly, señaló que el cuestionamiento de Bolsonaro sobre la imparcialidad de las elecciones estuvo “100%” inspirado en Trump.

“Se han dado cuenta de que el 6 de enero y la continua negación de las elecciones por parte de Trump no le ha costado su futuro, en realidad es posible que lo haya salvado. Porque esta imagen de invictos es muy importante para estos dos movimientos, y la única manera en que Donald Trump podía perder y sobrevivir era insistiendo en que no había perdido”, explicó Winter. “Es posible que los Bolsonaros hayan llegado a la misma conclusión”.

Winter aún creía que era posible que Bolsonaro no perdiera en absoluto, señalando la forma en que las encuestas de la primera vuelta subestimaron el apoyo que tenía. Lula ganó la votación del 2 de octubre con un 48.4%, pero a Bolsonaro le fue mucho mejor de lo esperado, obteniendo un 43.2% en lugar del 36% o 37% que los encuestadores habían previsto.

“Sigo pensando que esto va a llegar hasta el final y que va a haber 215 millones de personas que van a tener infartos simultáneos en la noche del domingo cuando se den a conocer las cifras”, dijo Winter.

“Sigo pensando que Bolsonaro podría ganar. No creo que sea el resultado más probable, pero ya veremos”.

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