Hay una disminución del número de espermatozoides en los seres humanos, estudio
Un espermatozoide humano. Foto: Burazin/Getty Images

Los seres humanos se podrían enfrentar a una crisis reproductiva si no se toman medidas para atajar la disminución del número de espermatozoides, advirtieron los investigadores tras descubrir que el ritmo de disminución está aumentando.

Un estudio publicado en la revista Human Reproduction Update, basado en 153 cálculos de hombres que probablemente desconocían su fertilidad, sugiere que la concentración promedio de espermatozoides cayó de un estimado de 101.2 m por ml a 49.0 m por ml entre 1973 y 2018, una disminución del 51.6%.

El recuento total de espermatozoides disminuyó un 62.3% durante el mismo periodo.

Una investigación realizada por el mismo equipo, publicada en 2017, reveló que la concentración de espermatozoides se redujo a menos de la mitad en los últimos 40 años. No obstante, en aquel momento la falta de datos de otras zonas del mundo implicó que los resultados se centraran en una región que abarcaba Europa, Norteamérica y Australia. El último estudio incluye datos más recientes de 53 países.

La disminución de la concentración de espermatozoides no solo se observó en la región estudiada anteriormente, sino también en Centroamérica y Sudamérica, África y Asia.

Además, el ritmo de disminución parece estar aumentando: al examinar los datos recopilados en todos los continentes desde 1972, los investigadores descubrieron que las concentraciones de espermatozoides disminuían un 1.16% al año. Sin embargo, cuando analizaron únicamente los datos recopilados desde el año 2000, la disminución fue del 2.64% al año.

“Creo que esto es otra señal de que algo está mal en el mundo y que tenemos que hacer algo al respecto. De modo que sí, creo que se trata de una crisis que debemos abordar ahora, antes de que pueda alcanzar un punto crítico que podría no ser reversible”, señaló el profesor Hagai Levine, primer autor de la investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Estudios anteriores han sugerido que la fertilidad se ve comprometida cuando la concentración de espermatozoides es inferior a aproximadamente 40 m por ml. Aunque la última estimación es superior a este umbral, Levine señaló que se trata de una cifra promedio, lo cual sugiere que el porcentaje de hombres que se encuentra por debajo de este umbral habrá aumentado.

“Esta disminución representa claramente un descenso en la capacidad de reproducción de la población”, indicó.

Aunque el estudio tomó en consideración factores como la edad y el tiempo que los hombres habían pasado sin eyacular, además de excluir a los hombres que se sabía que sufrían de infertilidad, tiene limitaciones, entre ellas que no analizó otros marcadores de la calidad de los espermatozoides.

Allan Pacey, profesor de andrología en la Universidad de Sheffield, que no participó en el estudio, elogió el análisis, aunque comentó que aún no estaba seguro de que se estuviera produciendo un declive.

“Contar los espermatozoides, incluso con la técnica habitual estándar del (el proceso de laboratorio) hemocitómetro, es realmente difícil”, señaló. “Creo que con el tiempo simplemente hemos mejorado en ello gracias al desarrollo de programas de capacitación y control de calidad en todo el mundo. Sigo pensando que esto es lo que observamos en los datos”.

No obstante, Levine descartó tales preocupaciones, añadiendo que, en cualquier caso, la disminución ha sido más pronunciada en los últimos años.

Aunque se desconoce qué puede estar causando esta aparente tendencia, una de las hipótesis es que las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino u otros factores ambientales pueden desempeñar un papel, actuando sobre el feto en el útero. Los expertos señalan que factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la obesidad y la mala alimentación también pueden influir, y que un estilo de vida saludable puede ayudar a aumentar el número de espermatozoides.

Tina Kold Jensen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, comentó que el nuevo estudio resumía una tendencia preocupante. “Se sigue encontrando la misma tendencia, no importa cuántos estudios se incluyan; eso es un poco aterrador para mí”, dijo.

El profesor Richard Sharpe, experto en salud reproductiva masculina en la Universidad de Edimburgo, señaló que los nuevos datos mostraban que la tendencia parecía ser un fenómeno mundial.

Sharpe explicó que la disminución podría significar que las parejas tardan más tiempo en concebir y, para muchos, el tiempo no está de su lado, ya que retrasan el intento de concebir hasta que la mujer tiene 30 o 40 años, cuando su fertilidad ya se ha reducido.

“El punto clave que es necesario destacar es que se trata de una noticia desesperadamente mala para la fertilidad de la pareja”, señaló.

No obstante, dijo Sharpe, “estas cuestiones no son solamente un problema para las parejas que intentan tener hijos. También son un enorme problema para la sociedad en los próximos 50 años, ya que cada vez habrá menos jóvenes que puedan trabajar y mantener al creciente número de personas mayores”.

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