El racismo supone una amenaza para la salud pública de millones de personas en todo el mundo, revela un estudio
La revisión pide un mayor reconocimiento de la xenofobia como factor determinante de la salud. Foto: Neil Hall/AFP/Getty Images

El racismo es un factor “profundo” e “insidioso” causante de desigualdades en materia de salud a nivel mundial y representa una amenaza para la salud pública de millones de personas, según revela un estudio a nivel mundial.

El racismo, la xenofobia y la discriminación son “factores fundamentales” que influyen en la salud a nivel mundial, pero los investigadores, responsables políticos y profesionales de la salud los han ignorado, sugiere la serie publicada en la revista médica The Lancet.

Las suposiciones erróneas e infundadas sobre las diferencias genéticas entre razas también siguen condicionando los resultados en materia de salud a través de la investigación, la política y la práctica, reveló la revisión de pruebas y estudios.

“El racismo y la xenofobia existen en todas las sociedades modernas y tienen profundas repercusiones en la salud de las personas desfavorecidas”, señaló el autor principal, el profesor Delan Devakumar, del University College de Londres.
“Hasta que no se reconozca universalmente que el racismo y la xenofobia son importantes causantes de factores determinantes de la salud, las raíces de la discriminación permanecerán en la sombra y seguirán provocando y agravando las desigualdades en materia de salud”.

La serie de The Lancet argumenta que la discriminación es un causante importante de las desigualdades raciales en materia de salud y expone las formas en que perjudica a la salud, entre ellas afectando directamente al organismo a través de las respuestas al estrés, determinando profundamente los entornos vitales y limitando las oportunidades de las personas para mejorar su salud.
Los autores piden que se reconozca en mayor medida que el racismo y la xenofobia son determinantes fundamentales de la salud y que se apliquen medidas enfocadas a las causas estructurales.

The Guardian expuso las consecuencias de estos causantes políticos y sociales en una serie de artículos centrados en las principales disparidades en materia de salud.

En agosto, se reveló que en Inglaterra las personas de raza afro y asiática tienen que esperar más tiempo que las personas de raza blanca para recibir un diagnóstico de cáncer, y que algunas se ven obligadas a esperar seis semanas más.

El análisis de los tiempos de espera del Servicio Nacional de Salud y de la base de datos de atención primaria más grande del mundo, realizado por la Universidad de Exeter y The Guardian, descubrió que los pacientes pertenecientes a minorías étnicas esperan más que los pacientes blancos en seis de los siete tipos de cáncer analizados. Los líderes raciales calificaron los resultados como “profundamente preocupantes” y “absolutamente inaceptables”.

En la serie de The Lancet, los autores también explican el modo en que la medicina ha moldeado y apoyado históricamente la clasificación de los seres humanos, la cual ha dado lugar a las jerarquías sociales actuales.
En un amplio espectro de enfermedades –desde el cáncer, pasando por las enfermedades cardiovasculares, hasta el Covid-19– la etnia y la raza suelen figurar como factores de riesgo.

No obstante, las razones por las que las minorías étnicas corren un mayor riesgo han sido objeto de un “escrutinio inadecuado” por parte de los profesionales de la salud y los investigadores, y existe una tendencia a asumir que estas desigualdades están determinadas genéticamente y que son inmutables, señaló la revista The Lancet.

Su revisión cuestiona esta idea y el argumento de que los patrones de privación socioeconómica entre grupos raciales y étnicos pueden explicar estas disparidades.

“El racismo es un problema de salud”, señaló Richard Horton, redactor en jefe de The Lancet. “Nuestras sociedades estructuralmente racistas son inseguras para un número demasiado elevado de comunidades, familias y personas”.

La serie de The Lancet marca un momento para que los profesionales de la salud “nos comprometamos de nuevo” a “derrotar estas insidiosas patologías sociales, patologías que durante demasiado tiempo hemos decidido ignorar”, añadió.

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