El futbol femenino en África está en peligro de quedarse en la línea de banda
La jugadora africana del año Asisat Oshoala, del Barcelona, remata de cabeza en un partido de la Women's Champions League, octubre de 2022. Foto: Urbanandsport/NurPhoto/Shutterstock

Llevo casi 15 años siguiendo el futbol femenino en África. Y me entristece decir que en ese tiempo se han producido pocos avances en su apoyo o promoción. Las quejas ya son conocidas: falta de representación, falta de infraestructuras, salarios bajos y el financiamiento insuficiente son algunas de las innumerables deficiencias que han frenado el futbol femenino.

Esta lamentable situación afecta a todo el continente. No obstante, el talento abunda: la nigeriana Asisat Oshoala, cinco veces Futbolista Africana Femenina del Año y jugadora del Barcelona, y la delantera ghanesa Evelyn Badu, que juega en el club noruego Avaldsnes IL y fue nombrada Mejor Jugadora Joven del Año 2022 y Jugadora Interclubes del Año por la Confederación Africana de Futbol (CAF), figuran entre las mejores. Sin embargo, estas estrellas triunfaron contra todo pronóstico.

¿Dónde está la inversión en el futbol base para garantizar que las jóvenes de hoy tengan oportunidades en lugar de tener que escabullirse de sus casas para practicar el deporte que aman? No todo debería depender de las propias jugadoras para formar a las futuras estrellas, como lo está haciendo Oshoala a través de su academia con sede en Lagos, o la exjugadora de las Súper Halcones Ayisat Yusuf-Aromire con su iniciativa SheFootball.

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Salima Mukansanga, de Ruanda, hizo historia en Qatar como una de las cuatro árbitras, las primeras mujeres que arbitran en un Mundial.
Foto: Sarah Stier/FIFA/Getty Images

No solo se trata de la escasez de fondos en la categoría inicial. Durante años, la liga femenina de Ghana careció de un patrocinador importante, hasta que este año fue rescatada por una empresa cervecera. Cuando las ganadoras de la liga femenina en Ghana clasificaron para la edición inaugural de la Liga de Campeones Femenina de la CAF en Costa de Marfil en 2021, fue necesaria la intervención del vicepresidente de Ghana y de algunas personas privadas para que acudieran en su ayuda con donaciones antes de que pudieran participar en el torneo.

Una y otra vez, las jugadoras tienen que luchar no solo por un salario digno, sino porque les paguen. En 2016, las integrantes de la selección femenina nacional senior de Ghana, las Black Queens, organizaron una protesta ante el Ministerio de Deportes del país por el impago de sus bonos. Las jugadoras, que quedaron en tercer lugar en la Copa Africana de Naciones Femenina de ese mismo año, también protestaban por el pago pendiente de su participación en los Juegos Panafricanos del año anterior. Fue un espectáculo vergonzoso. Los bonos fueron finalmente pagados en 2020.

En la Copa Africana de Naciones Femenina, celebrada en Marruecos en julio, la selección femenina de Nigeria, las Súper Halcones, boicotearon los entrenamientos en protesta por los salarios pendientes. No era la primera vez que actuaban por el retraso en los pagos. En 2019, las jugadoras nigerianas se negaron a salir de su hotel durante la Copa Mundial Femenina disputada en Francia hasta que les pagaran los bonos que les debían.

Los recientes esfuerzos de algunos países como Senegal y Marruecos, así como de la CAF, por invertir en el futbol femenino constituyen avances bien recibidos. No obstante, se podría hacer mucho más para desarrollar el talento, las oportunidades comerciales y la infraestructura.

Pero África no es la única que no aborda las desigualdades en el deporte. Qatar, anfitrión de la Copa del Mundo, sigue intentando ponerse al día en lo que respecta al futbol femenino. Su selección nacional femenina no figura en la clasificación de la FIFA, y aunque están mejorando las oportunidades para que las jóvenes jueguen, siguen siendo limitadas.

Pero también ha habido motivos para celebrar: seis árbitras, entre ellas Salima Mukansanga, de Ruanda, y Yoshimi Yamashita, de Japón, hicieron historia durante este torneo como las primeras mujeres en arbitrar un Mundial.

Entre bastidores, mujeres como Sarah Cheadle, la única directora del equipo de producción de la Copa del Mundo, son una fuente de inspiración. Me parece alentador ver un aumento en el número de mujeres periodistas deportivas, comentaristas y administradoras en comparación con anteriores Mundiales.

He tenido la fortuna de trabajar en torneos de futbol y muchas veces me he marchado entusiasmada por el potencial de las periodistas deportivas africanas. Qatar es otra oportunidad para moldear nuestras carreras. Con una plataforma más grande, podemos sumar nuestras voces a las peticiones de un mayor apoyo para el futbol femenino. También soy consciente de que debo asegurarme de que la puerta permanece abierta para que otras nos sigan.

La antorcha que sostenemos no es para nosotras, sino para todas.

Juliet Bawuah es una periodista deportiva ghanesa premiada de la cadena TV3 Ghana.

Este artículo fue modificado el 8 de diciembre de 2022. Asisat Oshoala ha sido nombrada cinco veces Futbolista Africana Femenina del Año, no cuatro como indicaba una versión anterior.

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