Odio mi cuerpo envejecido. ¿Por qué me veo a mí misma con repugnancia?
'Quítate la ropa, mírate en el espejo de cuerpo completo y di: "Soy la personificación de la mujer. Todas las mujeres deberían verse como yo"'. Foto: Alessandro Biascioli/Getty Images

El dilema ¿Cómo puedo sentirme menos consciente de mí misma y menos llena de odio hacia mi cuerpo flácido, de mediana edad y sin ton ni son cuando no uso ropa? Esto significa que me cohíbo en muchos aspectos y evito actividades en las que tengo que enseñar mis brazos y, peor aún, mis piernas o mi vientre. Me da pavor tener que usar un traje de baño, aunque me gusta nadar.

También significa que no me siento cómoda estando desnuda con mi pareja durante las relaciones sexuales. Incluso afecta las posturas que elegimos, no me atrevo a ponerme encima porque me siento muy avergonzada de mi vientre y mis pechos caídos.

Camino mucho, voy a yoga, hago pilates y tomo otras clases varias veces a la semana, y me encanta lo que mi cuerpo puede lograr en estas clases. Tengo casi 60 años y llevo una buena dieta (nada de carne, mucho pescado, legumbres, fruta y una gran variedad de verduras). Tengo aproximadamente 1 kg de sobrepeso y he luchado contra ello la mayor parte de mi vida.

Sé que todos somos mucho más que nuestra apariencia física y me avergüenzo de sentirme avergonzada. Tal vez esto sea relevante, a una edad temprana desarrollé pechos grandes que atrajeron una atención masculina no deseada cuando todavía era básicamente una niña y recuerdo haber elegido ropa para disimular mi cuerpo más femenino en lugar de celebrarlo.

No veo a mis amigas con repugnancia, son hermosas, a pesar de no tener cuerpos perfectos, entonces ¿por qué me veo a mí misma de esa manera?

Respuesta de Philippa Me encanta lo mucho que haces para cuidarte, te estás cuidando, eso es fantástico. Sin embargo, tienes un problema con la forma en que te hablas a ti misma. Parece que es imposible acallar esa voz crítica. Estoy segura de que lo has intentado, pero puedes desarrollar una relación diferente con ella. En lugar de ser esa voz y decir: “Odio mi vientre”, simplemente obsérvala. Observa a esa voz que te dice esas cosas odiosas y deja de tomártela en serio. El hecho de observarla en lugar de ser ella, o de involucrarte con ella, empezará a crear distancia entre tú y este crítico interior.

Nos enseñan desde pequeñas a creer que la juventud es belleza y la edad no. Recuerdo a mi madre viéndose a sí misma y lamentando su pérdida de juventud y diciéndome cosas como: “Está bien para ti…”, pero no se debía a que me estuviera transmitiendo el hábito del odio al cuerpo. Nos bombardean con imágenes de mujeres muy jóvenes, recibimos el mensaje de que esa es la apariencia que deberíamos tener todas. Se podría pensar que, debido a este estereotipo, estas jóvenes eran la personificación de la mujer. Pero no lo son. Tú lo eres. Nuestra piel se estira a medida que envejece y nos han condicionado a pensar que no es hermosa. Las personas que intentan vendernos lociones reafirmantes, cremas antiedad y moda nos han dicho cómo se supone que tenemos que lucir. Su objetivo es llenarnos de miedo a no ser queridas por no tener el aspecto de una veinteañera y así alimentan nuestro autodesprecio con el fin de que compremos más cosas, y la táctica funciona. Bueno, en la medida en que compramos cosas funciona, pero esas cosas, no, no funcionan, por lo que nuestra piel y la distribución de la grasa siguen siendo adecuadas según nuestra edad. Sí, podemos ver una piel que parece papel crepé donde antes había una piel lisa, y podemos saber que hemos sido entrenadas para creer que una cosa es buena y la otra mala, pero también podemos saber que podemos elegir cómo pensamos al respecto.

¿Quiénes son realmente las mujeres mayores más atractivas? No las más delgadas, ni las más jóvenes, sino las mujeres que actúan con orgullo, que no se esconden, que mantienen la cabeza alta y ríen, sin importarles lo que pueda moverse, las que respiran porque no aguantan la respiración mientras intentan meter la panza. La confianza es atractiva. Debemos intentar desarrollarla. La confianza, y no la delgadez o la firmeza, es la clave para verse y sentirse hermosa.

Esa voz crítica tuya lleva años transmitiéndote mensajes negativos sobre tu cuerpo, es hora de lanzar un contramensaje. Quítate la ropa, mírate en el espejo de cuerpo completo y di: “Soy la personificación de la mujer. Todas las mujeres deberían verse como yo”.

Cuando lo digas, cielos, tu crítico interior intentará rebatirte. Pero esa voz crítica no tiene nada que ver con la verdad, simplemente estás acostumbrada a ella. Es fácil confundir la familiaridad con la verdad. ¿Quién puede declarar lo que es hermoso y lo que no lo es? Tú, y no alguien que intenta venderte aceite de serpiente. Levanta la cabeza con orgullo. Eres un cuerpo maravilloso y sexy, que tiene un sexo encantador, practica estar orgullosa de ello. Quiero que lo hagas cada mañana y cada noche. No pierdas ni un día más sin disfrutar lo fabulosa que eres. Quizás no te sientas segura, pero actúa, acostúmbrate. Puedes simularlo para lograrlo, y yo también, gracias por recordármelo.

Hombres y chicos, si todavía están leyendo esto, dejen de contemplar de forma pervertida los cuerpos de las jóvenes o, si no es su caso, llamenle la atención a sus compañeros por hacerlo. Las miradas fijas están asustando y dejando marcas en las chicas, y el daño que les causan puede durarles toda la vida. No bromeo. Estoy enojada.

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