¿Son realmente peligrosas las estufas de gas? Lo que nos dice la ciencia
Una estufa de gas puede producir en una casa la misma cantidad de benceno que un fumador de cigarros, y eso cuando la estufa está apagada. Foto: Ina Fassbender/AFP/Getty Images

Las estufas de gas son un tema candente. Un nuevo estudio las relacionó con uno de cada ocho casos de asma infantil, la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos indicó que estudiaría su prohibición y los republicanos expresaron su enojo ante la simple sugerencia.

Al mismo tiempo, las políticas federales y estatales pretenden dar un impulso a la principal competencia de las estufas de gas –las estufas eléctricas normales y la tan promocionada estufa de inducción–.

¿Qué significa todo esto para ti? En este artículo explicaremos todo.

¿Son las estufas de gas una fuente de contaminación del aire interior?

Sin duda alguna, sí. Existen dos formas en que las estufas de gas contaminan el hogar. La primera es la más obvia: cuando están en uso. La combustión de gas genera calor, lo cual hace que el nitrógeno y el oxígeno se unan entre las llamas. Se combinan para crear óxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno, conocidos colectivamente como NOx, los cuales pueden irritar los pulmones. Sin embargo, no es el único compuesto del que hay que preocuparse. Cocinar con gas también puede emitir monóxido de carbono, partículas e incluso formaldehído. Todos ellos tienen efectos nocivos para la salud y pueden afectar a los sistemas respiratorio y cardiovascular.

Es probable que exista una forma más insidiosa de contaminación que emane de tu estufa. Cada vez hay más estudios que muestran que las estufas de gas emiten compuestos tóxicos incluso cuando no se están utilizando. Entre los más preocupantes se encuentra el benceno, un agente cancerígeno. Un estudio realizado por PSE Health Energy halló benceno en el 99% de las muestras tomadas en hogares de California. Otras sustancias químicas descubiertas fueron el xileno, el tolueno y el etilbenceno, que también pueden provocar problemas respiratorios y podrían causar cáncer.

Talor Gruenwald, autor principal del nuevo estudio sobre el asma e investigador de Rewiring America, señaló que el hallazgo “demuestra que se trata de un verdadero reto de salud pública que tenemos que resolver”.

¿De cuánta contaminación estamos hablando en este caso?

De mucha. El estudio de PSE Health Energy reveló que las estufas de gas pueden emitir la misma cantidad de benceno que un cigarro, lo cual las asemeja a un fumador pasivo.

“Se puede alcanzar el mismo nivel de benceno con solo tener una estufa apagada en casa que el que se esperaría observar en una casa con un fumador dentro”, señaló Seth Shonkoff, director ejecutivo de PSE Salud Energética e investigador asociado de la Universidad de California en Berkeley.

Eso, por supuesto, solo cuando la estufa está apagada. Una investigación publicada el año pasado reveló que las emisiones de NOx cuando una estufa está en uso pueden superar en cuestión de minutos las normas federales de seguridad para la calidad del aire exterior. Por este motivo, Shonkoff se refirió a las estufas como “máquinas estacionarias de contaminación del aire dentro de las casas de las personas”, aunque no estén sujetas a las mismas normas de contaminación del aire exterior.

Gruenwald también comparó las estufas con tener un fumador cerca, explicando: “La estufa francamente será la principal fuente de contaminación si no se vive en una casa donde haya un fumador”.

Las estufas de gas también son terribles para el medio ambiente. Las emisiones de metano procedentes de las estufas de gas en Estados Unidos equivalen a añadir 500 mil autos a las calles cada año.

¿Se puede comprobar la contaminación de las estufas de gas en casa?

En realidad, no. Aunque existe una gran variedad de sensores de calidad del aire interior, como los de dióxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y partículas, no hay versiones domésticas económicas para detectar NOx, benceno y otros contaminantes domésticos. Hay instrumentos un poco más asequibles para detectar fugas de gas, no obstante, según señaló Shonkoff, están más orientados a fugas importantes que a las emisiones cotidianas de las estufas de gas. (Y si alguna vez huele a gas, llama inmediatamente a la compañía eléctrica o a los servicios de emergencia).
Añadió que las herramientas utilizadas por los académicos cuestan entre decenas y cientos de miles de dólares.

¿Supone alguna diferencia utilizar una campana o un respiradero?

Por supuesto que sí. Encender la campana al cocinar es vital para expulsar la contaminación del aire al exterior. Ciertamente, no es la solución ideal, ya que simplemente convierte la contaminación del aire interior en contaminación del aire exterior. Pero es mejor que tenerla en altas concentraciones en casa, donde puede dañar más los pulmones.

¿Qué más se puede hacer para reducir la contaminación del aire interior procedente de las estufas de gas?

Para aquellos que carecen de una campana sobre su estufa (como yo), Shonkoff comentó que incluso el hecho de abrir las ventanas es una buena táctica para despejar el aire. Mejor aún sería poner un ventilador en la ventana para ayudar a aspirar el aire interior.
Por supuesto, la mejor forma de reducir la contaminación de las estufas de gas es, en primer lugar, no tener estufas de gas.

¿Cuáles son las alternativas a las estufas de gas?

Hay dos tipos principales de estufas eléctricas: estándar y de inducción. Las estufas eléctricas estándar funcionan con electricidad a través de un cable que genera calor térmico.

Las estufas de inducción son cada vez más populares. En lugar de generar calor térmico, las estufas de inducción generan calor de forma electromagnética. Cuando se enciende una estufa de inducción, la electricidad fluye a través de una bobina que crea un campo magnético. No explicaré exactamente cómo se calientan las ollas y los sartenes (aquí encontrarás más información si te interesa), pero funciona.

Lo que se debe saber es que el campo magnético calienta directamente las ollas y los sartenes –y su contenido– en lugar de transferir el calor como lo hacen las estufas tradicionales. La estufa en sí misma no se calienta. De hecho, puedes encender una parrilla de inducción y poner la mano sobre ella. (Simplemente no lo hagas después de que una olla caliente haya estado en la superficie.) Además, a diferencia de las estufas eléctricas tradicionales, las estufas de inducción no tardan en calentarse. Esto las hace más parecidas a las estufas de gas. Pero son más eficientes que las de gas. Las pruebas han demostrado que pueden hacer hervir una olla de agua en la mitad de tiempo que una estufa de gas.

¿Cuánto cuesta una estufa de inducción en comparación con una estufa de gas?

El cambio del gas a la inducción puede ser costoso. Un vistazo rápido a la tienda minorista de grandes superficies Lowe’s muestra que la estufa de gas más económica cuesta 529 dólares (unos nueve mil pesos), mientras que la estufa de inducción más económica cuesta mil 199 dólares (unos 22 mil pesos), en el momento de esta publicación.

El cambio del gas a la inducción también conlleva otros costos. Las estufas de inducción no se conectan a las tomas de corriente estándar, por lo que un electricista probablemente tendrá que cambiar el cableado de tu cocina. Además, las estufas de inducción solo funcionan con determinados tipos de ollas y sartenes. Si tienes una batería de cocina de cobre o aluminio, probablemente tendrás que invertir en ollas y sartenes nuevos.

¿Hay formas de reducir los costos?

Tienes suerte, porque la respuesta es sí. Si tienes curiosidad por la inducción y deseas sumergirte en ella, hay numerosas placas de inducción de una sola parrilla para empezar. La mejor elección de Wirecutter cuesta 117 dólares (unos dos mil pesos), lo cual la convierte en un punto de partida razonable, mientras que la más económica es incluso más barata. Podrías comprar cuatro y colocarlas en tu estufa de gas y voilà, tienes una estufa de inducción por menos de 500 dólares (unos nueve mil pesos). Aunque es cierto que se trata de una solución inadecuada.

En Estados Unidos, la Ley para la Reducción de la Inflación incluye rebajas de hasta 840 dólares (unos 15 mil pesos) para los compradores que adquieran una estufa de inducción o eléctrica. Si ganas menos del 80% del ingreso familiar promedio de tu zona, eres elegible para el descuento completo. Las personas que ganen entre el 80% y el 150% del ingreso familiar promedio pueden obtener un descuento de hasta la mitad del costo de la nueva estufa.

Para las personas que cambian de una estufa de gas a una eléctrica, existe una bonificación adicional de 500 dólares (unos nueve mil pesos) para cubrir los costos de instalación. Rewiring America dispone de un programa para calcular los créditos fiscales y las rebajas para estufas y otros beneficios de la electrificación para los que eres elegible en virtud de la Ley para la Reducción de la Inflación.

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