‘No lo tomes como algo personal’: tres conflictos habituales en el lugar de trabajo y cómo afrontarlos
En el trabajo, los conflictos de comunicación surgen cuando las personas tienen formas distintas de procesar y expresar la información. Ilustración: Getty Images

En nuestras interacciones diarias hay personas con las que congeniamos y otras con las que chocamos. Es una realidad. Entonces, ¿qué puedes hacer cuando la forma de trabajar de un compañero afecta no solo tu propia productividad, sino también la armonía general del equipo?

Como investigadora de doctorado en dinámica de grupos y consultora en cultura organizacional, trabajo con personas y equipos de todos los sectores y tipos de organización para ayudarlos a afrontar esta situación.

Ahora que las vacaciones se acercan a su fin y los compañeros regresan de sus vacaciones, es un buen momento para reflexionar sobre nuestras relaciones profesionales, las que funcionan y las que no. Afortunadamente, existe una estrategia para tratar las relaciones menos armoniosas en el lugar de trabajo.

Los tres conflictos laborales más frecuentes

Los conflictos de comunicación surgen cuando las personas tienen formas distintas de procesar y expresar la información.
Por ejemplo: James es un director ejecutivo en su primer año en el cargo. Quiere generar confianza en su equipo directivo y le gusta hablar de las decisiones estratégicas con el grupo. Uno de los miembros del equipo suele estar callado durante estas reuniones; al día siguiente, le envía a James largos correos electrónicos en los que expone sus ideas.

En el lugar de trabajo, es posible que a una persona le guste procesar sus pensamientos e ideas a través de la conversación (procesamiento hacia el exterior), mientras que otra prefiere procesar sus pensamientos en una reflexión silenciosa (procesamiento hacia el interior) y después expresar sus ideas una vez que han encontrado un camino a seguir. Esto explica la diferencia entre James y el miembro de su equipo.

En otro ejemplo, una persona puede percibir que la interrumpieron bruscamente en una reunión, mientras que la otra simplemente cree que está expresando su entusiasmo por una idea.

Los conflictos de condicionamiento cultural se producen cuando las personas proceden de entornos diferentes y tienen valores de relación opuestos en lo que respecta a los roles de género, la edad, la educación, la etnia, la religión, las creencias políticas y los antecedentes socioeconómicos, e incluso enfoques culturales diferentes sobre el humor.

Por ejemplo: John es el supervisor de Sue en un centro penitenciario. John suele hacer chistes a costa de Sue delante de otros compañeros. Cuando Sue le explica a John que no le gustan los chistes, John se ríe y le dice que se lo está tomando demasiado en serio. El consejo de John es que se relaje si quiere seguir trabajando ahí a largo plazo.

En este caso, la idea que tiene John de los chistes desenfadados resulta muy ofensiva para Sue, que no se siente respetada en el trabajo.

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Cuando surjan conflictos en el lugar de trabajo, dedica un poco de tiempo a hablar con tu equipo. Es una oportunidad para que todos compartan sus preferencias en cuanto a comunicación, cultura y estilos de trabajo. Foto: Ivan-balvan

En otro caso, la solicitud de trabajo flexible por parte de un joven puede ser considerada por un directivo con mayor experiencia como una “holgazanería”, a pesar de que la persona que hace la solicitud sabe que es más productiva y eficiente en casa.

El condicionamiento cultural puede influir en la forma en que nos comportamos como líderes y en cómo abordamos los conflictos. Se trata del sesgo inconsciente que todos portamos cuando nos relacionamos con los demás.

Los conflictos de estilos de trabajo ocurren cuando las personas tienen preferencias diferentes en relación con su entorno laboral: tanto si trabajan desde casa como si lo hacen en la oficina; en equipo o de forma independiente; en intervalos cortos o durante periodos más largos; y si terminan el trabajo con antelación o la noche anterior.

Por ejemplo: Amreeta y Jan están trabajando juntas en una presentación que deben entregar el próximo mes. Amreeta quiere hacer una lluvia de ideas desde el principio y dedicar media hora diaria a trabajar en la presentación, mientras que Jan preferiría pensar en la presentación en la misma semana en que se va a entregar.

Cómo tratar con compañeros de trabajo difíciles

Si tus interacciones con un compañero de trabajo superan el simple choque de personalidades y se adentran en el terreno del hostigamiento o la explotación en el lugar de trabajo, asegúrate de comunicárselo inmediatamente a tu superior. Si esto no es posible, habla con el departamento de Recursos Humanos. El ejemplo de John menospreciando a Sue entra en esta categoría. En este punto, suele ser útil recurrir a la mediación para salir adelante.

En otros casos, este es el proceso que recomiendo para resolver un conflicto en el lugar de trabajo.

1. No tomes el conflicto como algo personal

Reconoce que los conflictos son parte normal de la vida y determina con calma si entra en la categoría de conflicto de comunicación, de condicionamiento cultural o de trabajo (o en todas las anteriores).

2. Tómate un momento para reflexionar

Pregúntate: ¿qué hay en el comportamiento de esta persona que me provoca? ¿Esta persona me molesta porque tiene un rasgo que me gustaría tener? ¿Está mostrando un rasgo de comportamiento que no me gusta pero que observo en mí mismo? Por ejemplo, ¿le molesta a Jan el estilo de trabajo de Amreeta porque a Jan le gustaría que ella fuera más sistemática en su forma de abordar el trabajo?

3. Comparte con tu equipo

Dedica un poco de tiempo a hablar con tu equipo y compartir las preferencias de cada uno en cuanto a comunicación, cultura y estilos de trabajo. En las reuniones, James, el director ejecutivo, podría dedicar tiempo para que cada miembro del equipo compartiera sus ideas; después, podría animarlos a apuntar sus pensamientos en un documento compartido.

4. Elabora un plan de comunicación

Basándote en las preferencias del equipo, elabora un plan que atienda las necesidades de cada persona. Crea un lenguaje compartido relacionado con la comunicación, la cultura y los estilos de trabajo. Identifica las características de un día normal para cada persona que trabaja en su estado preferido. Una vez que todos los miembros del equipo comprendan las necesidades de cada persona, les resultará más fácil comportarse con empatía y respeto. El equipo podría acordar momentos en los que sea óptimo conectarse y momentos tranquilos para concentrarse y trabajar de forma individual; asimismo, podría acordar utilizar una herramienta de comunicación en línea para que los trabajadores remotos no se pierdan nada.

Cuando surgen problemas, como ocurrirá inevitablemente, los líderes deben abordarlos con rapidez y firmeza. Vale la pena invertir en estas soluciones para el lugar de trabajo, he visto cómo las han aplicado en diversos entornos laborales con gran éxito.

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