¿Están protegidas las marcas en el metaverso? Hermès y un artista de NFT se enfrentan en un tribunal de Estados Unidos
Hermès afirma que el artista no es más que 'un especulador digital que pretende enriquecerse rápidamente apropiándose' de su marca. Foto: Christian Vierig/Getty Images

Un centenar de imágenes de bolsas Birkin cubiertas de pieles peludas y multicolores se convirtieron en el centro de una disputa judicial que determinará la forma en que los artistas digitales pueden representar actividades comerciales en su arte y arrojará una nueva luz sobre si las marcas se encuentran protegidas en el metaverso.

En el caso, que se está juzgando esta semana en un tribunal federal de Nueva York, el fabricante de bolsas de lujo Hermès impugna a un artista que vende las obras digitales futuristas conocidas como NFT o fichas no fungibles.

El artista y empresario Mason Rothschild creó imágenes de la asombrosamente costosa bolsa de Hermès, Birkin, las cubrió digitalmente con pieles y las convirtió en un “proyecto artístico” al que tituló MetaBirkin. Después vendió ediciones de las imágenes en internet por un total de ganancias de más de un millón de dólares, según consta en los registros judiciales.

Hermès no tardó en demandar al artista, alegando que no era más que “un especulador digital que pretende enriquecerse rápidamente apropiándose” de la marca Hermès.

La “marca Metabirkins simplemente roba la famosa marca Birkin de Hermès añadiendo el prefijo genérico “meta””, se leía en la denuncia original presentada por Hermès en enero del año pasado, señalando que el “meta” en el nombre hace referencia al metaverso digital que ahora están impulsando los innovadores de la industria tecnológica como la próxima gran novedad en la obtención de ganancias de la tecnología.

Rothschild, cuyo verdadero nombre es Sonny Estival, contestó que tiene derecho, en virtud de la Primera Enmienda, a representar las bolsas francesas difíciles de comprar en sus obras de arte, del mismo modo que Andy Warhol retrató latas gigantes de sopa Campbell en sus famosas pantallas de seda de la cultura pop.

“No estoy creando ni vendiendo bolsas Birkin falsas. Estoy creando obras de arte que representan bolsas Birkin imaginarias cubiertas de piel”, explicó Rothschild en una carta dirigida a la comunidad después de que se archivara el caso. “El hecho de que venda el arte utilizando NFT no cambia el hecho de que es arte”.

Muchos miembros de la industria de la moda ya han manifestado su interés por entrar en el metaverso, donde las marcas podrían ganar dinero vendiendo ropa y accesorios digitales que los avatares electrónicos pueden vestir e intercambiar.

“Será un caso muy significativo para la industria de la moda”, señaló Michelle Cooke, socia del bufete de abogados Arentfox Schiff LLP, que asesora a marcas en este tipo de asuntos relativos a marcas registradas, pero que no participó en este caso.

“Su capacidad para controlar sus marcas en estos espacios digitales tanto como lo hacen en el mundo real tendrá implicaciones significativas sobre cuánto dinero invierten en estos nuevos entornos y sobre cómo hacen valer y protegen sus derechos”, explicó.

Sin embargo, Cooke señaló que, a la inversa, el caso tendrá grandes implicaciones para una nueva generación de artistas digitales, en lo que se refiere a decidir cómo pueden representar actividades comerciales en su arte.

Tenemos una nueva ola de artistas digitales que están surgiendo y la ventaja de un NFT es que les permite rastrear y monetizar su arte de formas en las que antes no podían hacerlo”, comentó Cooke, añadiendo que quizás sea necesario trazar nuevos límites sobre cómo los artistas pueden inspirarse en el mundo comercial para hacer una declaración artística. “Así que hay cierta tensión”.

Un obstáculo que Hermès tendrá que superar en el caso es el hecho de que la ley de marcas registradas de Estados Unidos exige que las empresas registren sus marcas registradas para cada tipo específico de uso, por lo que las ventas digitales podrían requerir un registro aparte.

Al final, Cooke comentó que la decisión podría reducirse a si el jurado cree que Rothschild realizó el proyecto MetaBirkin como un proyecto artístico “o fue una empresa para ganar dinero que él disfrazó de proyecto artístico cuando se metió en problemas”.

No obstante, señaló que, independientemente de cuál sea la conclusión, el caso es de tal importancia que es probable que sea objeto de discusión durante los próximos años.

“Me sorprendería y me dejaría estupefacta si no lo apelaran”, señaló.

Síguenos en

Google News
Flipboard