Irán introdujo de contrabando drones en Rusia utilizando barcos y una aerolínea estatal, revelan fuentes
Un dron Shahed 129, uno de los modelos introducidos de contrabando en Rusia, expuesto en la capital iraní, Teherán, en 2013. Foto: Sepah News/AFP/Getty Images

Irán utilizó barcos y una aerolínea estatal para introducir de contrabando en Rusia nuevos tipos de drones armados avanzados de largo alcance para que los utilice en su guerra contra Ucrania, revelaron fuentes internas del país de Medio Oriente.

Al menos 18 de los drones fueron entregados a la armada de Vladimir Putin después de que oficiales y técnicos rusos realizaran una visita especial a Teherán en noviembre, donde se les mostró una completa variedad de tecnologías iraníes.

En aquella ocasión, la delegación rusa compuesta por 10 personas seleccionó seis drones Mohajer-6, que tienen un alcance de aproximadamente 200 km y transportan dos misiles bajo cada ala, junto con 12 drones Shahed 191 y 129, que también tienen capacidad de ataque aire-tierra.

A diferencia de los más conocidos drones Shahed 131 y 136, que han sido ampliamente utilizados por Rusia en ataques kamikaze contra objetivos ucranianos, los drones de más alto vuelo están diseñados para lanzar bombas y regresar intactos a la base.

Las revelaciones demuestran la creciente cercanía entre Irán y Rusia, países que comparten una actitud hostil hacia Estados Unidos, desde que Moscú lanzó su invasión no provocada contra Ucrania hace un año.

El pasado mes de agosto, funcionarios estadounidenses señalaron que en junio Irán comenzó a mostrar a Rusia los drones Shahed 191 y 129, e indicaron que esperaban que Teherán los vendiera a Moscú. Los drones Mohajer-6 han sido derribados en Ucrania desde septiembre, y las autoridades de este país mostraron uno de ellos a The Guardian en noviembre, en Kiev.

Rusia, que cada vez dispone de menos misiles para mantener su brutal campaña de bombardeos sobre las ciudades ucranianas, ha recurrido a Irán y también a Corea del Norte para reponer sus existencias. Muchos en Ucrania temen que Rusia planee lanzar un gran ataque aproximadamente cuando se cumpla el primer aniversario de la guerra, en menos de dos semanas.

Mientras tanto, Estados Unidos, el Reino Unido y otros gobiernos occidentales han observado con atención la gran cooperación armamentística, en parte en un esfuerzo por evitar que se intensifique. Moscú también ha intentado comprar misiles balísticos, aunque no existe ninguna evidencia pública de que Teherán haya accedido a enviarlos.

Es posible que Rusia haya estado interesada en obtener los drones más avanzados, comparables en cierta medida al Bayraktar TB2 turco, debido a que Ucrania se ha vuelto cada vez más eficaz en la detención de los drones suicidas más pequeños, los cuales tienen que volar a baja altura antes de atacar.

En octubre, Kiev sufrió un ataque con un dron Shahed 136, que causó la muerte de cinco personas cuando uno de ellos logró atravesar la ciudad y explotó en una casa cercana a la estación de tren. No obstante, en enero, las fuerzas aéreas de Ucrania indicaron que derribaron 45 de los 45 drones tras un ataque masivo que coincidió con el año nuevo.

La mayoría de los drones enviados a Rusia fueron recogidos en secreto por un buque iraní desde una base situada en la costa del mar Caspio y posteriormente transferidos en alta mar a un barco de la armada rusa, indicaron las fuentes. Otros fueron enviados en una aerolínea estatal iraní, añadieron.

Irán se encuentra en la frontera sur y Rusia en la frontera noroeste del mar Caspio, la masa de agua superficial más grande del mundo, lo que hace que la transferencia física entre ambos países aliados sea relativamente sencilla.

Irán también envió técnicos a Moscú para ayudar a poner en servicio los drones. Las fuentes revelaron que tres funcionarios iraníes por dron –54 funcionarios en total– ayudaron a integrar las naves de contrabando en el ejército ruso.

Los drones fueron producidos en la misma fábrica militar en la ciudad central de Isfahan que fue objetivo el 28 de enero de lo que se cree que fue un dron israelí. Funcionarios estadounidenses señalaron que creían que Israel actuó por motivos propios de seguridad nacional y que no pretendía intervenir en la guerra de Ucrania.

Se creía que la última entrega de drones entró en servicio sobre Ucrania el 20 de noviembre. Se preveía que se realizaran más pedidos antes del presunto ataque israelí, del cual se tiene entendido que causó daños significativos en la fabricación de los sistemas de armamento más avanzados de Irán, entre ellos misiles guiados de precisión y drones.

Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) han estado a la vanguardia del creciente vínculo, y sus altos dirigentes, Khalil Mohammadzadeh, Suleiman Hamidi y Ali Shamkhani, han desempeñado papeles centrales en las exportaciones de drones a Rusia.

Las fuentes de The Guardian incluyen a personas que tienen conocimiento directo de la venta de los drones, sus capacidades y detalles de fabricación. Más de cuatro meses después de la revuelta en Irán, se han producido grietas en los sistemas de mando y control del país, estrechamente vigilados, que han permitido vislumbrar insólitos acuerdos que, de otro modo, se habrían llevado a cabo lejos de la exposición pública.

Los drones Mohajer-6 recibidos por Rusia en noviembre pueden permanecer en el aire durante seis horas y funcionan con energía eléctrica. Pueden transportar bombas de 40 kg y contienen sistemas de imagen y puntería de alta precisión.

El Shahed 129 transporta una carga más pesada, de 60 kg, pero solo puede permanecer en el aire durante cuatro horas, mientras que el Shahed 191 puede volar durante cinco horas, transportando 70 kg. Se dice que ambos drones vuelan con un motor modificado, fabricado originalmente en Alemania. Las fuentes señalaron que Rusia valora mucho la capacidad de las naves iraníes para burlar los sistemas de interferencia.

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