‘La dejaron morir’; denuncian muerte de afroamericana durante parto en California
Estados Unidos registra la tasa de mortalidad materna más alta entre los países industrializados, y las mujeres afroamericanas tienen tres veces más riesgo de morir durante el parto que las mujeres blancas. Foto: Bing Guan/Reuters

April Valentine había planeado dar a luz sin complicaciones y disfrutar de su vida como madre primeriza de una bebé sana. En cambio, el Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado de California, Estados Unidos, está investigando las circunstancias de la muerte de esta mujer afroamericana durante el parto en un hospital en Inglewood.

Valentine, una mujer afroamericana de 31 años, acudió al hospital Centinela en Inglewood el 9 de enero y murió al día siguiente. Su hija Aniya nació por cesárea de urgencia. Sus familiares y amigos indican que el personal del hospital ignoró las quejas de dolor de la embarazada, se negó a permitir que su doula estuviera presente en la habitación del hospital durante el parto y no atendió a Valentine mientras el padre de su hija le hacía RCP.

“Es difícil incluso dormir, incluso mirar a mi hija después de ver lo que vi en ese hospital aquella noche”, comentó Nigha Robertson, novio de Valentine y padre de Aniya, a la junta de supervisores del condado de Los Ángeles durante su reunión del 31 de enero. “Soy el único que la tocó, soy el único que le hizo RCP. Nadie la tocó, gritamos y suplicamos que nos ayudaran… ellos simplemente la dejaron yacer ahí y morir”.

Después de su muerte, Robertson –junto con la familia, amigos y otros simpatizantes de Valentine– organizó concentraciones afuera del hospital para llamar la atención sobre la muerte de Valentine y pedir que se investigue por qué ocurrió. También crearon la página de Instagram Justice 4 April para compartir información actualizada sobre el caso de Valentine.

La familia y los amigos de Valentine comentan que la futura madre hizo todo lo posible para tener un parto tranquilo y seguro. Eligió el Centinela porque era un hospital en el que estaría bajo la atención de un doctor afroamericano, contrató a una doula e incluso creó un tablón de afirmaciones que incluía mensajes como “No tendré ninguna complicación” y “Tendré una bebé sana”, según indica un ensayo de Insider escrito por su prima, Mykesha Mack.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado “revisará los expedientes médicos, entrevistará al personal y a los pacientes, y evaluará las políticas y procedimientos del hospital” para determinar si este infringió alguna norma, según señaló el departamento en un comunicado hecho público el 23 de febrero.

Si la investigación demuestra que el personal del hospital no atendió debidamente a Valentine, el hospital podría enfrentarse a multas y a la posible suspensión o revocación de su licencia.

Durante la reunión de la junta de supervisores del 31 de enero, las personas que hablaron en apoyo de Valentine señalaron que el hospital Centinela es conocido en la comunidad por ser uno de los “peores hospitales del condado” para las madres afroamericanas y latinas y sus bebés.

En 1993, un jurado dictaminó que el hospital debía pagar casi 50 millones de dólares a una paciente después de que determinara que las enfermeras actuaron con negligencia durante el parto e inmediatamente después del nacimiento del bebé, que sufrió graves daños cerebrales, según informó el periódico LA Times.

En fechas más recientes, en agosto de 2021 y de nuevo en abril de 2022, las enfermeras se manifestaron frente al hospital para protestar por el exceso de trabajo en un centro que no tiene suficiente personal.

Desde el año 2000, la tasa de mortalidad materna en Estados Unidos ha aumentado casi un 60%, y cada año mueren alrededor de 700 personas durante el embarazo o durante el año siguiente al parto. Más del 80% de las muertes son evitables, según indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Estados Unidos registra la tasa de mortalidad materna más alta entre los países industrializados, y las mujeres afroamericanas tienen tres veces más probabilidades de morir durante el parto en comparación con las mujeres blancas.

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