¿Qué sabemos sobre los envenenamientos de estudiantes en Irán?
Algunos observadores describen los presuntos ataques como parte de una respuesta extremista a las protestas desencadenadas desde la muerte de Mahsa Amini en septiembre. Foto: Getty Images

Más de mil niñas iraníes de escuelas de todo el país parecen haber sufrido ataques con “veneno leve” desde noviembre, cuando surgieron los primeros casos en la ciudad de Qom, según indican medios de comunicación estatales y autoridades.

Algunos observadores describen los presuntos ataques como parte de una respuesta extremista –quizás con el respaldo tácito del Estado– a las protestas lideradas por mujeres y menores que han sacudido a Irán desde la muerte de Mahsa Amini en septiembre. Pero también existen insinuaciones de que algunos de los casos pueden ser evidencia de una enfermedad sociogénica masiva –síntomas que no tienen una causa biomédica– derivada de la represión de las estudiantes que han desempeñado un papel destacado en dicho movimiento.

Una de las razones por las que los presuntos ataques han resultado tan impactantes es que la educación de las niñas ha sido una parte aceptada y bastante ordinaria de la vida en Irán. Desde 2011, las mujeres superan en número a los hombres en los campus universitarios; el Banco Mundial indica que la alfabetización femenina aumentó del 26% en 1976, antes de la Revolución Iraní, al 85% en 2021. Aunque una política de 2012 restringió el número de lugares que pueden ocupar las mujeres en algunas universidades públicas, el principio de que las niñas tienen derecho a ir a la escuela no es un tema polémico.

A continuación, presentamos un resumen de lo que sabemos y de cuáles pueden ser las consecuencias.

¿Qué está causando los incidentes?

Debido a las severas limitaciones impuestas a la libertad de prensa en Irán, los reporteros se enfrentan a dificultades en su capacidad para investigar las circunstancias de los incidentes, y no existen pruebas directas de quién es el responsable. Pero es posible establecer algunos detalles.

“Los ataques no son nada complejos”, señaló Deepa Parent, periodista de derechos humanos que cubre la noticia para The Guardian. “Un doctor me dijo que, basándose en los síntomas que están observando, es probable que se trate de un agente organofosforado débil (muy utilizado en la agricultura como plaguicida)”. El médico comentó a Parent que las únicas personas que él trató en el pasado que presentaban síntomas similares trabajaban en entornos agrícolas o militares.

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Una imagen de video muestra cómo suben a una persona a una ambulancia afuera de una escuela para niñas después de los reportes de envenenamiento en la ciudad de Ardebil, Irán. Foto: Social Media/Reuters

En un intento de limitar la posible autoría de los ataques, algunos han señalado el hecho de que los primeros incidentes ocurrieron en Qom, una ciudad sumamente religiosa ubicada a unos 128 kilómetros de la capital, Teherán. “Aunque la educación de las niñas está ampliamente aceptada, hay islamistas radicales que se oponen a ella”, explicó Parent.

Algunos cuestionan si el gobierno ha autorizado o facilitado estos incidentes como parte de sus esfuerzos por intimidar al movimiento de protesta que se ha apoderado del país desde septiembre, cuando Amini, una joven kurda, murió bajo la custodia de la “policía de la moral” de Irán.

En vista de la sencillez de las materias primas sospechosas, también es posible que los ataques fueran incidentes de imitación.

También existen afirmaciones de que al menos algunos de los casos pueden ser producto de una “enfermedad sociogénica masiva”, en la que los síntomas se propagan sin que exista una causa biomédica clara. Los defensores de este argumento señalan que la dura represión de los manifestantes en Irán podría ser un factor desencadenante.

Una revisión de los análisis de sangre de algunas estudiantes iraníes no encontró evidencia de la presencia de toxinas, indica este artículo explicativo de la BBC, aunque también menciona que los resultados no constituyen una prueba suficiente para descartar el envenenamiento, incluso en los casos analizados.

El periódico The Wall Street Journal informó que en un video publicado en las redes sociales la semana pasada, aparentemente una clase se enfermó después de que una estudiante con asma sufriera dificultades respiratorias, lo cual provocó que un profesor preguntara si las estudiantes “habían olido algo”.

Aunque es factible que algunos casos puedan tener esta explicación, en algunos casos las testigos denunciaron haber visto objetos sospechosos arrojados a los patios de las escuelas. Dan Kaszeta, experto en armas químicas del centro de estudios Royal United Services Institute, comentó a la cadena BBC que las sustancias venenosas se pueden degradar con rapidez, lo cual dificulta mucho la posibilidad de sacar conclusiones sólidas.

¿Por qué es posible que el objetivo sean las jóvenes?

“Después de la muerte de Mahsa, las primeras en salir a la calle fueron principalmente las estudiantes universitarias”, explicó Parent. “Pero poco después hubo reportes de tres adolescentes que murieron a causa de golpes en la cabeza: Setareh Tajik, Sarina Esmailzadeh y Nika Shahkarami”.

“Estas muertes cambiaron por completo la situación. Comencé a ver fotos de adolescentes mostrando el dedo medio en un grupo de protesta privado, quemando la foto del ayatola Jamenei; empezaron a hacerlo en los salones de clase. Y entonces estas jóvenes empezaron a saltarse las clases y a unirse a las protestas en las calles”.

Aunque es posible que los extremistas estén aprovechando la agitada situación política para actuar conforme a su tradicional visión misógina respecto a la educación de las mujeres, en general se considera que los incidentes son consecuencia de los últimos acontecimientos.

“Nadie cree que sea una coincidencia que esto ocurriera después de las protestas”, señaló Parent. “Lo que se escucha de los activistas y en las redes de protesta es que se trata de una venganza contra estas chicas, y contra sus familias”.

¿Cómo ha respondido el gobierno iraní?

Después de varios meses de ignorar los incidentes, el reciente aumento del número de casos parece haber obligado a las autoridades a actuar. El lunes, el líder supremo del país, Alí Jamenei, habló públicamente sobre el tema por primera vez, señalando que si los incidentes eran intencionales, los culpables deberían ser condenados a pena de muerte por cometer un “crimen imperdonable”.

Parent señaló que es posible que la atención internacional haya impulsado a las autoridades a admitir el fenómeno.

“El ministro de Relaciones Exteriores estaba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDHNU) y estaba previsto que concediera una entrevista a Christiane Amanpour en la cadena CNN. Es posible que eso los haya obligado a actuar”, comentó Parent. En el CDHNU, un diplomático iraní indicó que su país había “conseguido grandes logros en materia de empoderamiento de mujeres y niñas”.

Pocos observadores confiarán en cualquier investigación. Además de las dudas sobre si las autoridades autorizaron cualquier ataque, “las autoridades iraníes tienen un terrible historial de investigación de la violencia contra las mujeres y las niñas”, indicó Human Rights Watch la semana pasada, destacando el ejemplo de 2014 de los ataques con ácido contra mujeres en la ciudad de Isfahán, que no resultaron en ninguna detención ni enjuiciamiento.

¿Qué significa todo esto para el futuro del movimiento de protesta?

ndependientemente de la complejidad de analizar las causas, la serie de incidentes se produce en un momento agitado. Aunque últimamente se ha producido un periodo de relativa calma en las protestas –quizás debido al marcado aumento de las ejecuciones–, los incidentes ocurridos en las escuelas de niñas han suscitado un nuevo sentimiento de indignación, indicó Parent.

“Los manifestantes me dicen que no pueden permitir que esto les ocurra a las jóvenes”. Está previsto que el miércoles –Día Internacional de la Mujer– se lleven a cabo nuevas protestas.

“Estas estudiantes son percibidas como bebés, existe un sentimiento de protección”, comentó Parent. “Fue la muerte de esas chicas de 16 años lo que impulsó el movimiento al principio, y la ira por la situación de las jóvenes ahora podría provocar lo mismo de nuevo”.

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