Republicanos promueven catalogar el aborto como homicidio
El senador por Arkansas John Boozman se une a los manifestantes antiaborto afuera de la Corte Suprema en Washington en diciembre de 2021. Foto: Rex/Shutterstock

Durante décadas, el movimiento antiaborto predominante prometió que no creía que las mujeres que abortaban deberían ser acusadas penalmente. Sin embargo, ahora, los legisladores republicanos de varios estados de Estados Unidos presentaron leyes que proponen la imputación de cargos de homicidio y otros delitos a quienes soliciten atención médica para abortar.

Los proyectos de ley fueron presentados en estados como Texas, Kentucky, Carolina del Sur, Oklahoma y Arkansas. Algunos se centran explícitamente en el aborto con medicamentos y el aborto autogestionado; otros pretenden eliminar las disposiciones de la ley que anteriormente protegían a las personas embarazadas de ser penalizadas; y otros pretenden establecer que el feto es una persona desde el momento de la concepción.

Es muy poco probable que se aprueben todos estos proyectos de ley. Sin embargo, su proliferación representa una clara desviación de la redacción de las prohibiciones y restricciones existentes sobre el aborto, que suelen eximir de la penalización a las personas que buscan atención médica para el aborto.

“Esto deja al descubierto una mentira fundamental del movimiento antiaborto: que se oponen a la penalización de la persona embarazada”, señaló Dana Sussman, directora ejecutiva en funciones de la organización Pregnancy Justice. “Ya no se esconden detrás de esa retórica”.

Algunos miembros del movimiento antiaborto dejaron claro que los proyectos de ley no coinciden con sus opiniones, y siguen insistiendo en que las leyes penales relativas al aborto deberían estar dirigidas contra los proveedores de abortos, y no contra las propias personas embarazadas.

“(Nos) oponemos a que se penalice a las madres, que son una segunda víctima de una industria del aborto depredadora”, comentó Kristi Hamrick, principal estratega de medios de comunicación y política de la organización Students for Life of America. “Queremos que se responsabilice a una industria multimillonaria creada para lucrar aprovechándose de las mujeres y de los fetos. El movimiento provida en general ha sido muy claro al respecto”.

Un vocero de la organización Susan B Anthony Pro-Life America expresó la misma opinión: que la organización rechaza inequívocamente la persecución de la persona embarazada.

Es probable que los proyectos de ley resulten polémicos mientras se tramitan, incluso dentro de los círculos conservadores: Los republicanos suelen toparse con obstáculos cuando intentan aprobar leyes contra el aborto, ya que los legisladores discrepan sobre cuán lejos deberían llegar las prohibiciones.

La organización de justicia reproductiva If/When/How señala que estos proyectos de ley son un indicio de las diferentes alas y grupos disidentes que existen en el movimiento antiaborto, cada vez más evidentes desde la sentencia del caso Dobbs el año pasado, que anuló el caso Roe vs. Wade.

“Lo que estamos observando, después de la sentencia Obbs, es una división en las tácticas que están utilizando los opositores al aborto, y un mayor ánimo por parte de las facciones de línea más dura” dentro del movimiento, señaló Farah Díaz-Tello, abogada principal y directora jurídica de If/When/How.

“Siempre ha existido ese trasfondo” en el movimiento, añadió Díaz-Tello. “A medida que observamos que otros detractores del aborto declaran su oposición a la penalización de las personas que interrumpen su embarazo, ésta es la oportunidad que tienen para realmente intensificar y poner en práctica esos principios”.

Los proyectos de ley presentados en Arkansas, Texas, Kentucky y Carolina del Sur pretenden establecer que la vida comienza desde la concepción. Cada uno de estos proyectos de ley hace referencia explícita a los cargos de homicidio por aborto. En todos esos estados el homicidio se castiga con la pena de muerte.

Los proyectos de ley presentados en Oklahoma, Carolina del Sur y Texas también hacen referencia explícita al aborto con medicamentos, que hasta la fecha se encuentra en una zona jurídica gris en gran parte del país.

En Alabama también se anunció, aunque todavía no ha sido presentado, un proyecto de ley redactado por el representante republicano Ernest Yarbrough, que establecería la condición de persona del feto desde la concepción y derogaría un apartado de la prohibición del aborto en Alabama que impide expresamente la imputación de cargos de homicidio por aborto.

La ley actual del estado tipifica el aborto como delito de clase A, equiparable al homicidio, no obstante, exime de responsabilidades penales o civiles a las mujeres que solicitan un aborto.

Las leyes que establecen la condición de persona del feto también conllevan el riesgo de exponer a las personas embarazadas a ser acusadas de violencia y agresión por poner en peligro al feto. Estos cargos ya están documentados en cientos de casos, en virtud de leyes penales promovidas en las últimas décadas por el movimiento antiaborto, que reconocen a los fetos como víctimas potenciales.

“Nunca empieza ni termina con el aborto”, comentó Sussman sobre las consecuencias de largo alcance de las leyes relativas a la condición de persona del feto. “Eso significa que el hecho de no recibir cuidados prenatales, de no tomar vitaminas prenatales, de trabajar en un empleo físicamente exigente –todos esos factores podrían suponer algún riesgo para el feto– y eso podría constituir un caso de negligencia o maltrato infantil”.

Estas leyes han sido utilizadas para perseguir a embarazadas que tomaron medicamentos recetados, consumieron drogas ilegales o bebieron alcohol durante el embarazo, incluso cuando no se produjo ningún resultado adverso para el feto.

Algunos de los proyectos de ley, como el de Arkansas, permiten que una pareja presente una demanda por muerte ilegal en contra de una persona embarazada que haya abortado.

“Las formas en que las personas embarazadas podrían convertirse en un simple recipiente para una entidad que tiene derechos independientes y exclusivos están cada vez más cerca de hacerse realidad. Y existen maneras en que esto se podría utilizar que ni siquiera hemos contemplado todavía”, señaló Sussman.

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