Biden presentará orden ejecutiva para limitar venta de armas
El presidente estadounidense, Joe Biden, habla en San Diego, California. Foto: Anadolu Agency/Getty Images

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciará el martes que ordenará al fiscal general, Merrick Garland, que tome medidas enérgicas contra los vendedores de armas que infrinjan la ley, “acercando al país tanto como sea posible a la comprobación universal de antecedentes”, informó la Casa Blanca.

El presidente hablará en Monterey Park, California, donde se reunirá con familiares de las víctimas y miembros de la comunidad devastada por el tiroteo masivo que cobró 11 vidas e hirió a otras nueve personas en enero.

Las encuestas de opinión muestran que una mayoría de demócratas y republicanos apoyan la comprobación universal de antecedentes que revelaría si una persona es un delincuente convicto o un agresor de violencia doméstica antes de que se le permita comprar un arma. Sin embargo, dado que los republicanos controlan la Cámara de Representantes, hay pocas esperanzas de que el Congreso atienda las peticiones de Biden de aprobar una ley.

En una gira por California, el presidente reconocerá esta realidad política y presentará una orden ejecutiva destinada a hacer cumplir las leyes existentes contra los vendedores de armas que, con o sin conocimiento de causa, actualmente no realizan las comprobaciones de antecedentes que deberían realizar.

En una conferencia telefónica con periodistas, un alto funcionario de la administración señaló que la legislación bipartidista sobre seguridad de armas de fuego del año pasado –la más amplia de su tipo en tres décadas– “creó una oportunidad” para que Biden diera instrucciones al fiscal general para que aproximara a Estados Unidos tanto como fuera posible a la comprobación universal de antecedentes sin necesidad de promulgar nuevas leyes.

Biden pedirá a Garland que aclare la definición legal de quién está “involucrado en el negocio” del comercio de armas de fuego, señaló el funcionario. “En primer lugar, para dejar claro que aquellos que están violando deliberadamente la ley tienen que cumplirla y, en segundo lugar, para dejar claro a las personas que quizás no se den cuenta de que, en virtud de esa definición legal, se dedican efectivamente al negocio de la venta de armas de fuego, deben convertirse en comerciantes de armas de fuego autorizados por el gobierno federal y que deben realizar comprobaciones de antecedentes antes de vender armas”.

El gobierno argumenta que esto se traducirá en un menor número de armas vendidas sin comprobación de antecedentes y, por tanto, en un menor número de armas que acaben en manos de delincuentes y agresores de violencia doméstica. Garland también diseñará un plan para impedir que los vendedores de armas cuyas licencias fueron revocadas o devueltas sigan vendiendo armas.

Se llevará a cabo una iniciativa para responsabilizar a la industria de armas nombrando y avergonzando a los comerciantes de armas de fuego autorizados por el gobierno federal que infrinjan la ley. Garland hará públicos los registros de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos relativos a la inspección de los comerciantes de armas de fuego citados por infringir la ley.

La orden ejecutiva también pretende aumentar la concientización pública sobre las leyes de “bandera roja”, las cuales permiten que las personas soliciten a un tribunal que autorice que la policía confisque las armas pertenecientes a una persona considerada peligrosa para sí misma o para los demás.

Estas órdenes de protección contra riesgos extremos fueron promulgadas en 19 estados y en el Distrito de Columbia, no obstante, según señaló la Casa Blanca, solo son eficaces cuando la población sabe cuándo y cómo utilizarlas. Se pedirá al gabinete de Biden que trabaje conjuntamente con las fuerzas del orden, los proveedores de atención médica, los educadores y otros líderes comunitarios para garantizar el uso eficaz de estas órdenes y promover el almacenamiento seguro de las armas.

El alto funcionario de la administración insistió en que, independientemente de la probable resistencia de los republicanos y de ciertas localidades, las medidas del presidente cuentan con un amplio apoyo. “No se trata de soluciones polémicas en ningún lugar, salvo en Washington DC, en el Congreso. Las medidas que propone el presidente para aproximarnos a la comprobación universal de antecedentes son simplemente de sentido común”.

“De manera similar, el almacenamiento seguro, las órdenes de protección por riesgo extremo, son medidas que cuentan con el apoyo de la gran mayoría de los estadounidenses. La gran mayoría de los estadounidenses buscan un líder en Washington que tome las riendas y haga que su comunidad sea más segura, y eso es exactamente lo que el presidente está haciendo en este caso”, añadió.

Biden, que anteriormente calificó la violencia con armas de fuego en Estados Unidos como “una epidemia” y una “vergüenza internacional”, dará nuevas órdenes para contrarrestar el marcado aumento de la pérdida o el robo de armas de fuego durante su envío, reclutará al Pentágono para mejorar las prácticas de seguridad pública y animará a la Comisión Federal de Comercio a publicar un informe en el que se analice la forma en que los fabricantes de armas de fuego comercializan las armas entre los niños, incluso mediante el uso de imágenes militares.

Además, el presidente intentará mejorar el apoyo federal destinado a los supervivientes de la violencia con armas de fuego, a las víctimas y a las familias de los supervivientes. La Casa Blanca señaló en un comunicado de prensa que, cuando un huracán asola a una comunidad, interviene la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.

Sin embargo, cuando lo hace un tiroteo masivo, “no existe ningún mecanismo coordinado del gobierno estadounidense para atender las necesidades a corto y largo plazo, como la atención de salud mental para el duelo y el trauma, la ayuda económica (por ejemplo, cuando una familia pierde al único proveedor o cuando se cierra un pequeño negocio debido a una larga investigación sobre el tiroteo) y la asistencia alimentaria (por ejemplo, cuando el tiroteo de Buffalo cerró la única tienda de comestibles del vecindario)”.

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