El primer ministro de Israel, Netanyahu, rechaza el llamado de Biden a ‘desistir’ de la reforma judicial
Banderas de Israel ondean durante una protesta el martes contra los planes del primer ministro Benjamin Netanyahu de reformar el sistema judicial. El presidente estadounidense, Joe Biden, lo instó a desistir de sus planes. Foto: Ariel Schalit/AP

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, rechazó el llamado del presidente estadounidense Joe Biden a “desistir” de una propuesta de reforma judicial que ha provocado protestas masivas en todo Israel, pues el primer ministro israelí respondió que él no toma decisiones basándose en la presión del extranjero.

Netanyahu postergó el lunes la propuesta de reforma después de que un gran número de personas saliera a las calles. La Casa Blanca sugirió inicialmente a Netanyahu que debería intentar llegar a un compromiso, no obstante, el presidente estadounidense fue más allá al responder las preguntas de los periodistas el martes. “Espero que desista de la reforma“, dijo Biden.

“Al igual que muchos firmes partidarios de Israel, estoy muy preocupado… No pueden seguir por este camino, y de cierta forma lo dejé claro”, comentó Biden a los periodistas durante una visita al estado de Carolina del Norte.

“Esperemos que el primer ministro (Netanyahu) actúe de tal forma que intente alcanzar algún compromiso genuino, pero eso está por verse”, señaló Biden, añadiendo que no estaba considerando invitar al líder israelí a la Casa Blanca, al menos “no a corto plazo”. Anteriormente, el embajador de Estados Unidos en Israel, Tom Nides, comentó a una radio local que esperaban invitar a Netanyahu “tan pronto como se puedan coordinar sus agendas”.

Netanyahu no tardó en emitir una declaración en respuesta: “Israel es un país soberano que toma sus decisiones según la voluntad de su pueblo y no basándose en las presiones del extranjero, incluso de sus mejores amigos“.

“Conozco al presidente Biden desde hace más de 40 años y aprecio su duradero compromiso con Israel”, señaló Netanyahu. Indicó que la alianza entre Israel y Estados Unidos era inquebrantable “y siempre supera los desacuerdos ocasionales entre nosotros“.

Mi administración está comprometida con el fortalecimiento de la democracia mediante el restablecimiento del equilibrio adecuado entre los tres poderes del gobierno, que nos esforzamos por lograr a través de un amplio consenso”.

En la tarde del martes, el gobierno de extrema derecha de Israel y los partidos de la oposición mantuvieron una primera reunión en torno a las propuestas relativas al poder judicial. “Después de aproximadamente una hora y media, la reunión, que transcurrió en un ambiente positivo, llegó a su fin”, informó a última hora del martes la oficina del presidente Isaac Herzog. “Mañana, el presidente Isaac Herzog reanudará la serie de reuniones”, añadió.

La reunión se lleva a cabo en medio de escenas de caos en la política israelí, con interrogantes sobre si Yoav Gallant, el ministro de Defensa despedido por Netanyahu, se niega a renunciar y la preocupación de que es posible que el primer ministro les prometiera demasiadas cosas a los políticos de extrema derecha a cambio de un acuerdo cuyo objetivo es reprimir las manifestaciones en todo el país.

Netanyahu destituyó a Gallant por romper filas y pedir públicamente que se detuviera la reforma. No obstante, los asistentes de Gallant señalaron que seguiría ocupando su cargo, afirmando que nunca lo notificaron formalmente. Los voceros de Netanyahu y de su partido, el Likud, no realizaron comentarios inmediatos.

En medio de un aumento de las protestas, Netanyahu anunció en un discurso el lunes la postergación de sus propuestas, indicando que quería tiempo para llegar a un compromiso con sus oponentes políticos. La medida apaciguó temporalmente la ira, por lo que el principal sindicato de trabajadores suspendió su huelga después del discurso de Netanyahu y las calles israelíes permanecieron mayoritariamente tranquilas el martes.

El discurso puso fin a un tenso día en el que hospitales, universidades, puertos marítimos y el aeropuerto internacional cerraron efectivamente sus puertas en protesta por los cambios judiciales, interpretados por muchos como la neutralización del poder de los jueces para exigir responsabilidades al gobierno. A última hora del día, partidarios del gobierno agredieron a equipos de televisión y a personas árabes.

El martes, Nides comentó a la radio local que celebraba la decisión de posponer el proyecto de ley, y bromeó diciendo que después del discurso “durmió bien”.

Posteriormente, el martes, surgieron dudas sobre el control y la credibilidad que tiene Netanyahu dentro de su coalición de gobierno, que incluye una mezcla de nacionalistas de derecha, líderes religiosos y figuras de extrema derecha.

Netanyahu solo logró tranquilizar al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, el más ardiente partidario del proyecto de reforma judicial del partido de extrema derecha Jewish Power (Poder Judío), al aceptar la creación de una “guardia nacional” que estaría bajo el control de Ben-Gvir.

Aunque se plantearon interrogantes sobre si Netanyahu hizo una promesa vacía, los críticos denunciaron los planes de creación de lo que describieron como una milicia. “El primer ministro sobornó a la extrema derecha con la promesa de crear una milicia que pondría en peligro a los ciudadanos israelíes –particularmente a los manifestantes contra el golpe de Estado– mientras sobreviva su gobierno”, escribió en un editorial el periódico Haaretz, de tendencia izquierdista. El periódico pedía a los israelíes que “mantuvieran la presión sobre Netanyahu hasta que descartara el golpe”.

Los organizadores de las protestas prometieron que seguirían convocando concentraciones.

Con Oliver Holmes y Reuters.

Síguenos en

Google News
Flipboard