Harry sí, Meghan no: el plan de coronación aviva más especulaciones sobre la ruptura real
Algunos expertos reales creen que el príncipe Harry y Meghan, la duquesa de Sussex, no han sido capaces de conseguir lo que quieren de la coronación. Foto: Dylan Martinez/Reuters

La pregunta “¿Asistirán? ¿No asistirán?” sobre si el duque y la duquesa de Sussex, Harry y Meghan, asistirán ha estado rondando la coronación del rey Carlos desde hace varios meses. Incluso después de que se invitara formalmente a la pareja por correo electrónico hace un mes, no hubo ninguna respuesta, y al parecer el plazo para contestar venció la semana pasada y se dice que los organizadores se sienten cada vez más impacientes.

Sin embargo, el anuncio del miércoles de que Harry asistirá, sin Meghan ni sus hijos, el príncipe Archie, de tres años, y la princesa Lilibet, de uno, probablemente avivará la narrativa de que los inconvenientes entre la pareja y el palacio siguen siendo muy reales, mientras que algunos, sin duda, interpretarán la decisión de Meghan de no asistir como un desaire.

Se especuló con que el hecho de que Archie cumpliera cuatro años el 6 de mayo, el mismo día en que su abuelo será coronado y subirá al trono, influyó considerablemente en la decisión de la duquesa de quedarse en California, puesto que las celebraciones de su hijo se anteponen a las de su abuelo.

El comentarista real y escritor Omid Scobie, de quien se dice que es cercano a la pareja y coautor de su biografía Meghan & Harry. En libertad, escribió en Twitter: “Tengo entendido que el cuarto cumpleaños de Archie (también el 6 de mayo) influyó en la decisión de la pareja. Se espera que sea un viaje bastante rápido al Reino Unido para el príncipe Harry, que solo asistirá a la ceremonia de coronación en la Abadía de Westminster”.

Otros creen que la decisión de que Harry asista solo podría deberse a un fracaso en las negociaciones, en las que los Sussex no han logrado obtener lo que desean. Dado que la invitación data de hace un mes, “parece que el resultado de la mayor parte de un mes de conversaciones y negociaciones no funcionaron”, señaló el historiador de la realeza y escritor Robert Lacey.

La invitación estuvo sobre la mesa durante un mes, por lo que era probable que se entablaran negociaciones, explicó Lacey, “porque los Sussex tenían la posibilidad de responder hace un mes”.

Como miembros no activos de la realeza, se informó que no se esperaba que los Sussex desempeñaran algún papel formal en la ceremonia que se celebrará en la Abadía de Westminster, lo que incluye cualquier aparición en el balcón del palacio, aunque el palacio no ha confirmado este aspecto.

Mientras tanto, el príncipe de Gales desempeñará un papel destacado como heredero, y su hijo el príncipe Jorge, de nueve años, tendrá un rol importante como uno de los pajes de honor del rey.

Es posible que las negociaciones hayan fracasado en lo que respecta al lugar en el que se podría esperar que se sentaran los Sussex, o si deberían ser incluidos en la procesión de carruajes desde la Abadía de Westminster hasta el Palacio de Buckingham después de la ceremonia.

Se tiene entendido que los Gales, los recién nombrados duque y duquesa de Edimburgo, la princesa real y su esposo, los Gloucester y el duque de Kent y su hermana, la princesa Alejandra, formarán parte de esa procesión.

Al parecer, Harry no estuvo contento con su asiento en el servicio del jubileo de platino de la Reina, comentó Lacey. “Todo gira en torno a la negociación sobre el equivalente a Siberia en la Abadía en cuanto a dónde se iba a sentar Harry”, añadió.

“Hay invitaciones. Y hay invitaciones”, señaló Lacey, añadiendo que la distribución de los asientos “puede haber sido el meollo de lo que no se resolvió a su satisfacción (de los Sussex)”.

Para Harry, esta será la primera vez que aparecerá en un escenario público con el rey, Camila y Guillermo desde que los atacó en su exitoso libro de memorias, En la sombra. En él criticó la labor de crianza de Carlos, acusó a Guillermo de atacarlo físicamente, calificó a Camila de “peligrosa” y la acusó de sacrificarlo en su “altar personal de relaciones públicas”, y alegó que Guillermo y Catalina lo animaron a disfrazarse de nazi en una fiesta de disfraces.

Se consideró que sus incendiarias afirmaciones dañaban de forma irreparable la frágil relación con su hermano, y que dificultaban aún más sus relaciones con el rey y el resto de la familia.

Tras la publicación del libro, el rey “actuó con una combinación de firmeza y conciliación”, señaló Lacey. Firmeza al poner fin al contrato de arrendamiento de Frogmore Cottage, y conciliación “en el sentido de que dejó claro desde el principio que ambos eran bienvenidos a su coronación”.

“En vista de lo sucedido, no es de extrañar; el libro, las entrevistas con Oprah, los documentales de Netflix, fueron ataques continuos contra la propia familia y contra la monarquía. Y, especialmente, un ataque contra la nueva reina”.

“Que el rey ofreciera una invitación en esas circunstancias fue un acto de buen corazón y de perdón. No obstante, es evidente que a los Sussex no se les ofreció lo suficiente“, comentó.

Por otra parte, señaló, podría ser considerado como algo positivo. “El hecho de que Harry vaya podría ser calificado como un compromiso fructífero. En realidad, supone muchas cosas esperanzadoras, tomando en cuenta lo que Harry ha dicho sobre su padre, y su aparente condena de su padre, y su disposición a dejar eso de lado. Por lo que podría ser un paso adelante”.

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