¿Cambiará la IA a Hollywood para siempre?
'Si la inteligencia artificial hace un mejor trabajo, entonces ¿cómo empezará la gente a entrar a una industria para aprender desde cero, para llegar a ocupar un puesto de experto con el tiempo?' ... el letrero de Hollywood. Foto: Timothy Aikman/Alamy

¿Qué le hará la IA (inteligencia artificial) a Hollywood? Quién mejor para responder esa pregunta que ChatGPT, un chatbot emocionante, pero aterrador desarrollado por la empresa OpenAI. Cuando The Guardian le preguntó sobre el impacto potencial de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica, señaló lo siguiente:

1

Escritura de guiones: Se puede utilizar la inteligencia artificial para analizar los guiones existentes y crear otros nuevos, lo que podría dar lugar a una escritura de guiones más eficiente y rentable.

2

Preproducción: Se puede utilizar la inteligencia artificial para agilizar el proceso de preproducción, incluido el casting, la búsqueda de localizaciones y la creación de guiones gráficos.

3

Efectos especiales: Se puede utilizar la inteligencia artificial para crear efectos especiales más realistas y envolventes, reduciendo potencialmente la necesidad de efectos prácticos y ahorrando tiempo y dinero en la posproducción.

4

Análisis de audiencias: Se puede utilizar la inteligencia artificial para analizar los datos y preferencias del público, lo cual ayudará a los estudios a tomar decisiones más informadas sobre qué películas aprobar y cómo promocionarlas.

5

Distribución: Se puede utilizar la inteligencia artificial para personalizar las recomendaciones de películas para el público y optimizar las estrategias de distribución, lo que podría aumentar las ventas de entradas y los ingresos.

Fue una respuesta razonable que no sugería malicia estilo HAL 9000 ni planes de dominación mundial tipo Terminator. Pero tampoco tuvo mucho que decir sobre cómo la inteligencia artificial podría ser una fuerza perturbadora para los actores (vivos o muertos), el público, los guionistas, el principio de la propiedad intelectual o el arte fundamental de contar historias.

Cuando The Guardian recurrió a entrevistados humanos, estos ofrecieron una serie de predicciones más ambivalentes: reconocieron el poder de la inteligencia artificial para ayudar a un guionista a superar el bloqueo del escritor o a un editor a saltarse tareas mundanas, no obstante, expresaron su alarma respecto al riesgo de que las máquinas sustituyan a los humanos o efectivamente los obliguen a trabajar gratis.

La inteligencia artificial ya está aquí. Se puede escuchar en voces sintetizadas y se puede ver en efectos visuales como las imágenes deepfake y el de-aging (proceso por el que se hace lucir más joven a una persona). Fue utilizada para quitarle décadas de encima a Harrison Ford en una escena de la próxima película Indiana Jones y el llamado del destino.

Sin embargo, no todas las estrellas de acción de mayor edad están contentas con esta tecnología. El mes pasado, Keanu Reeves le contó a la revista Wired que en sus contratos cinematográficos figura una cláusula que prohíbe que los estudios editen digitalmente sus interpretaciones. “Si entras en el terreno de las deepfake, no tiene nada que ver con tus puntos de vista”, explicó. “Eso asusta”.

Mientras tanto, ChatGPT ha arrasado en todo el mundo con su facilidad para escribir ensayos, reportajes periodísticos y poemas, e incluso para aprobar exámenes de estudios empresariales y de derecho. Quizá solo sea cuestión de tiempo antes de que pueda dar con un tratamiento de guion decente o convertir una novela en un guion de cine taquillero.

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Harrison Ford en Indiana Jones y el llamado del destino. Foto: Lucasfilm Ltd.

Ben Mankiewicz, presentador en horario de máxima audiencia de Turner Classic Movies (TCM) y nieto de Herman Mankiewicz, coguionista del clásico de 1941 El ciudadano Kane, acaba de experimentar con ChatGPT. “Me registré por una semana y le pedí que escribiera una introducción de TCM para El ciudadano Kane“, comenta por teléfono desde Los Ángeles.

“Le faltaban algunos detalles y contexto, pero estaba muy bien escrito y era muy reflexivo, y sin duda captaba la importancia de la película y mencionó a Gregg Toland, el director de fotografía. (No mencionó a mi abuelo, ¡esa era, por supuesto, la verdadera prueba!) Fue muy impresionante e inmediatamente pensé que si tenía que escribir algo sobre una película, podría utilizarlo como punto de partida”.

No obstante, ¿qué opina Mankiewicz, de 55 años, de la idea de que la inteligencia artificial escriba el guion completo de una película? “Aunque es emocionante, por supuesto que es inquietante. Me cuesta mucho creer que alguna vez vaya a adquirir la humanidad que hace que un guion sea magnífico. Tengo que creer que las cosas que mi abuelo hizo para que sus películas fueran geniales, que Joe Mankiewicz hizo, que Dalton Trumbo hizo, que Scott Frank hizo, son imposibles de hacer bien para el programa de inteligencia artificial”.

“Me preocupa, pero no quiero parecer conservador. Probablemente sea bueno. Probablemente resulte útil sobre todo si consigue que una persona creativa a la que le intimida la página en blanco piense: ‘Ah, muy bien, aquí hay algunas páginas, aquí hay algunas ideas'”.

El Sindicato de Guionistas de Estados Unidos, que representa a los guionistas de cine y televisión, no ha pedido la prohibición total de la inteligencia artificial. En su lugar, propone que los guionistas puedan utilizar los chatbots para ayudarles a escribir un guion sin tener que compartir el crédito o dividir los valores residuales, según un artículo publicado esta semana en la revista Variety.

No obstante, a algunos guionistas ya les preocupa hasta qué punto puede llegar la revolución de la inteligencia artificial. Marc Guggenheim, guionista de numerosas películas y programas de televisión y autor también del boletín LegalDispatch, ve en esta tecnología tanto una promesa como un peligro.

Guggenheim comenta: “En estos momentos no creo que la inteligencia artificial esté preparada para el horario de máxima audiencia en lo que se refiere a la capacidad de escribir guiones o crear historias, pero veo un mundo en el que será absolutamente capaz de hacerlo. Fijémonos en lo rápido que ha avanzado la tecnología en los últimos dos meses. Probablemente será una amenaza real para los guionistas en el futuro”.

“¿Quién puede decir que ChatGPT no estará listo en muy poco tiempo para descartar un guion, para hacer revisiones de un guion? Incluso podrían decir: ‘Haz una serie de revisiones siguiendo el estilo de Aaron Sorkin’. Si me preguntaran qué creo que vamos a ver más pronto que tarde, es eso, más que la creación de un guion completo a partir de una página en blanco”.

La industria tecnológica está notoriamente dominada por los hombres y la inteligencia artificial no es diferente. Guggenheim, de 52 años, comenta: “¿De dónde saca la inteligencia artificial la información que necesita para programarse y procede esa información únicamente de un determinado subgrupo de la sociedad? Si va a contar historias desde la perspectiva de sus programadores, básicamente, entonces tenemos que preocuparnos por la falta de diversidad entre los programadores”.

Los escritores no son los únicos que se enfrentan a posibles cambios. La inteligencia artificial recreó post mortem las voces del famoso chef Anthony Bourdain y del artista Andy Warhol en los documentales Roadrunner y The Andy Warhol Diaries. El actor James Earl Jones autorizó que la inteligencia artificial utilizara las primeras grabaciones de Darth Vader para reproducir su voz en futuras series de Star Wars.

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Anthony Bourdain en Roadrunner. Foto: Cortesía de CNN/Focus Features/Cortesía de Focus Features

La Asociación Nacional de Actores de Voz, un grupo de campaña, insiste en que no está en contra de la tecnología ni de la inteligencia artificial, sino que pide una regulación más estricta. Advierte que cada vez es más difícil saber cuándo y dónde las voces sintetizadas sustituyen a las humanas en los audiolibros, videojuegos y otros medios.

El presidente del grupo, Tim Friedlander, comenta: “Lo que más nos preocupa es que no sabemos qué hay ahí fuera y no hay forma de rastrearlo ni de averiguar si lo están utilizando”.

“En el caso de los actores de doblaje, gran parte de nuestra forma de ganarnos la vida está basada en la concesión de licencias de nuestra voz y, por lo tanto, si tenemos una versión no autorizada de nuestra voz trabajando gratuitamente, entonces eso nos quita instantáneamente trabajo y dinero de nuestros bolsillos y perjudica nuestra capacidad de ganarnos la vida”.

Y añade: “No sabemos si están utilizando o han utilizado nuestras voces para entrenar voces sintéticas destinadas al aprendizaje automático o para crear voces sintéticas que potencialmente podrían estar circulando por ahí sin nuestro conocimiento. Esperamos que potencialmente podamos ayudar a guiar esta tecnología o formar parte de la conversación conforme progresa”.

No todo lo que toque la inteligencia artificial será obvio en la pantalla. Podría ahorrar enormes cantidades de tiempo y esfuerzo en el proceso de edición, durante la posproducción y en la conservación o restauración de películas. La inteligencia artificial podría escudriñar grandes cantidades de metraje para localizar una determinada variable.

Joshua Glick, profesor invitado asociado de cine y artes electrónicas en el Bard College en Annandale-on-Hudson, Nueva York, señaló las ventajas que aporta la inteligencia artificial en el documental de 2020 Welcome to Chechnya, que analiza la persecución de las personas LGBTQ+ en la república ubicada en el suroeste de Rusia.

Glick señala: “Ha habido casos en los que se han utilizado estas herramientas de forma bastante progresista y creativa”. En Welcome to Chechnya, Ryan Laney, el supervisor de efectos, utilizó la tecnología deepfake para proteger a las personas que aparecían en pantalla y básicamente crear lo que se denominó ‘velos digitales’ para las personas que aparecían en el filme”.

“Les permitió a estas personas comunicarse y relacionarse con la audiencia, pero también mantener su anonimato. Se trata de un ejemplo en el contexto de los derechos humanos en el que la tecnología tiene cierta repercusión. Hay otros proyectos en los que Ryan Laney trabajó recientemente y que están relacionados con las protestas en Hong Kong y el uso de esta misma tecnología para proteger a las personas que aparecen en los filmes”.

Pero, ¿y si la inteligencia artificial fuera capaz de escribir una secuela de Casablanca, recrear el mismo reparto –deepfakes de Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y compañía–, simular sus voces y convertirlo en una película finalizada que resultara convincente? Glick se muestra escéptico. “Crea una extraña relación entre el público y esos personajes que aparecen en la película y la historia en la que se ven envueltos. Nos sumerge en el valle de lo insólito”.

“Tenemos en nuestra cabeza, como público, la idea de quiénes eran esas personas y qué hacían. Ya no están con nosotros y, sin embargo, ¿las vemos aparecer en la pantalla, haciendo todas estas cosas dinámicas, interpretando todos estos papeles diferentes? Esto crea una disonancia cognitiva, o al menos eso pienso yo”.

Siguiendo su conclusión lógica, una industria cinematográfica que dependiera exclusivamente de la inteligencia artificial y extinguiera a los actores acabaría con el circo de las columnas de chismes, las entrevistas televisivas nocturnas, los estrenos en la alfombra roja y los Oscar. Ese no es el Hollywood en el que Glick quiere vivir.

“Nuestro conocimiento sobre quiénes son estas personas, sus personalidades, cómo son, cómo pueden ser sus familias, sus antecedentes, cómo se han comportado en el set gira alrededor de una producción”, continúa. “Le confieren a la producción de una película o un programa de televisión un aire de atractivo e intriga y forman parte de lo que podríamos denominar la cultura mediática actual”.

“Lo que implica seguir un proyecto mientras se desarrolla, no solo ver una película terminada o transmitir un programa de televisión, es importante. Nuestro conocimiento de la labor creativa y de sus dimensiones humanas forma parte del disfrute que los espectadores obtienen de las películas y es parte de lo que distingue a la industria del cine y la televisión. Tiene que hacer sus negocios en público”.

La inteligencia artificial también podría tener consecuencias sociales y económicas de gran alcance. Olcun Tan, supervisor de efectos visuales de origen alemán residente en Los Ángeles, señala: “En robótica, en los años 80 y 90, cambió toda la industria automotriz y Detroit se vio afectada de forma muy negativa: toda la ciudad se convirtió en un pueblo fantasma. Esto está ocurriendo actualmente con la clase media a causa de la inteligencia artificial”.

“Muchas personas ni siquiera son conscientes de ello. A veces me pregunto si los recortes de personal que se observan en Microsoft o Google también se deben al hecho de que no se necesitan tres personas; se necesita una persona que, con la ayuda de la inteligencia artificial, pueda hacer el trabajo de tres personas. En el contexto de la producción de películas, se necesitarán menos personas para hacer el trabajo de las que se necesitaban originalmente”.

“Esto reduce las perspectivas de las personas que se incorporan al mercado laboral como asistentes o como personas que investigan para iniciar su carrera profesional. Si la inteligencia artificial hace un trabajo mejor, entonces ¿cómo empieza la gente a entrar a una industria para aprender desde cero, para crecer hasta llegar a un puesto de experto con el tiempo?”.

Ya se está comparando la inteligencia artificial con la revolución agrícola, la revolución industrial y la revolución de internet. Avanza con rapidez y adquiere velocidad. Probablemente aún no se han imaginado sus repercusiones más profundas en Hollywood y otros lugares.

Tan añade: “Creo que estamos creando un mundo como el de los griegos. Peregrinaban y consultaban al Oráculo. En esos templos tenían lugares donde metías la mano y después preguntabas por tu futuro. Avanzamos en esa dirección porque la inteligencia artificial se está volviendo muy poderosa”.

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