Republicanos rechazan la prohibición del aborto por considerarla ‘un riesgo de campaña’

En un estado, las mujeres republicanas usaron tácticas obstructivas para bloquear la prohibición casi absoluta del aborto presentada por su propio partido. En otro estado, el copatrocinador republicano de la prohibición del aborto después de las seis semanas hizo fracasar posteriormente su propio proyecto de ley. A nivel federal, una diputada republicana advierte que la postura del Partido Republicano respecto al aborto podría significar “una enorme pérdida” en 2024.

A medida que los estados siguen imponiendo restricciones más estrictas sobre el aborto tras la anulación del caso Roe vs. Wade, las diferencias internas en el partido republicano sobre esta cuestión comienzan a hacerse evidentes.

Estas diferencias se hicieron más visibles la semana pasada en los estados conservadores de Carolina del Sur y Nebraska, donde los republicanos rechazaron rotundamente la semana pasada los nuevos intentos de restringir el derecho al aborto.

El jueves, en Carolina del Sur, las cinco senadoras –tres de ellas republicanas– encabezaron una táctica obstructiva que al final bloqueó un proyecto de ley que habría prohibido el aborto desde la concepción, excepto en muy pocas excepciones.

Fue la tercera vez que una propuesta de prohibición casi absoluta del aborto fracasó en el Senado de Carolina del Sur, dominado por los republicanos, desde la anulación del caso Roe el verano pasado.

“Les dijimos: ‘No nos hagan pasar por esto por tercera vez en seis meses, se arrepentirán’. Y así hicimos que se arrepintieran”, comentó la senadora estatal Sandy Senn, que habló extensamente en el pleno del Senado el jueves, sobre los senadores republicanos hombres que presionan continuamente para imponer restricciones al aborto en su estado, incluido un intento anterior este año de convertir al aborto en un delito castigado con la pena de muerte. Los abortos siguen siendo legales hasta las 22 semanas en el estado, el cual se ha convertido en un lugar seguro para abortar en una región en la que las opciones son cada vez más limitadas.

Dado que nada ha cambiado desde las dos últimas veces que los senadores presentaron el proyecto de ley, Senn señaló que sus homólogos republicanos sabían que no había esperanzas de que se aprobara otra prohibición del aborto. Sin embargo, ante la inminencia de las elecciones de 2024, cree que están dispuestos a presumir de sus posturas antiaborto.

“Él solo estaba tratando de exhibir sus credenciales republicanas”, comentó sobre Shane Massey, el líder del Senado, que votó a favor del proyecto de ley. “Él quiere que la gente sepa: ‘Quiero una prohibición estricta, quiero que no haya aborto. Voy a intentarlo por tercera vez y perderé, pero no es mi culpa que hayamos perdido: es de estos republicanos que votaron en mi contra'”.

En Nebraska, el intento de prohibir el aborto después de las seis semanas fracasó por un solo voto en la cámara mayoritariamente republicana. Merv Riepe, senador republicano que en un principio copatrocinó el proyecto de ley, decidió abstenerse de votar el jueves, convirtiéndose así en un improbable artífice del fracaso del proyecto, ya que dos semanas antes había votado a su favor.

No obstante, Riepe ya había expresado sus dudas sobre el proyecto en marzo, comentando a la prensa local que seis semanas podrían no ser suficientes para que una persona se diera cuenta de que está embarazada y pudiera abortar.

Aunque el jueves sí presentó una enmienda al proyecto de ley, en la que propuso prohibir el aborto después de las 12 semanas, sin embargo, otros legisladores republicanos la rechazaron, alegando que ya habían hecho suficientes concesiones.

Barrett Marson, un estratega del Partido Republicano afincado en Arizona, comentó que estas tensiones cada vez más evidentes pueden reflejar la dificultad que tienen los republicanos para equilibrar las distintas alas del partido.

“Existe cierta tensión entre la base del Partido Republicano y los republicanos moderados. La base radical quiere la prohibición absoluta del aborto. Sin embargo, el electorado en general, y sin duda una parte importante de los independientes de tendencia derechista y los republicanos moderados, quieren que el aborto siga siendo legal, pero poco frecuente”, explicó Marson.

Esas tensiones se están haciendo evidentes en el escenario nacional, donde cada vez son más los republicanos que alertan al partido de que no debería decantarse demasiado por la derecha en materia de aborto, en especial desde que las elecciones de medio mandato del año pasado mostraron una serie de victorias a favor del derecho al aborto que parecen sugerir que la postura del partido respecto a esta cuestión no está en sintonía con el público en general.

En las últimas semanas también se ha visto a varios aspirantes republicanos a la presidencia intentando retractarse de la postura del partido sobre el aborto. La semana pasada, la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley pidió al partido una conversación “humanizadora, no satanizadora” sobre el aborto.

Donald Trump indicó que considera que la prohibición federal del aborto –promovida por el senador Lindsey Graham el año pasado– es una propuesta que provocará pérdidas en 2024.

Tras la decisión de la Corte Suprema de mantener por el momento el acceso a un medicamento crucial utilizado en los abortos con medicamentos, la diputada republicana Nancy Mace comentó a la cadena ABC que estaba de acuerdo con el fallo.

“Quiero que encontremos un punto intermedio”, señaló Mace. “Represento a un distrito muy neutral … Como republicanos, tenemos que entender la opinión de la gente sobre este tema, porque la gran mayoría de las personas no pertenecen a los extremos”, indicó.

Mace criticó la reciente decisión del gobernador de Florida, Ron DeSantis, de aprobar la prohibición del aborto después de las seis semanas en su propio estado, un proyecto de ley que, según dijo ella, “firmó a altas horas de la noche”.

“Vamos a perder mucho si nos mantenemos en este camino de extremismos… (La gente) quiere excepciones en caso de violación e incesto, quiere que las mujeres tengan acceso a métodos anticonceptivos. Se trata de posturas muy sensatas que podemos adoptar y seguir siendo provida”, señaló Mace.

La propia decisión de Senn de unirse a la táctica obstructiva en Carolina del Sur, señaló, fue una cuestión de principios, aunque añadió que la política también es convincente.

“En lo que respecta a mi estado, el 53% de los votantes republicanos están de acuerdo conmigo. Y en mi distrito, el 70% está de acuerdo conmigo”, indicó.

“No quiero que ninguna mujer aborte. Espero que no tenga que hacerlo, pero no voy a juzgarla. Y ella debe tener una oportunidad significativa de tomar su decisión”, explicó.

Senn apoya la prohibición del aborto después de las 12 semanas, con excepciones para las personas que hayan sido violadas, víctimas de incesto o cuya vida se vea amenazada por el embarazo, y señaló que le siguen sorprendiendo los colegas republicanos que discrepan de esta postura.

“El bebé ni siquiera es un bebé en esa etapa. En mi estado, 19 legisladores de nuestra cámara de representantes firmaron un proyecto de ley que convertiría a una mujer en culpable de asesinato si abortaba en cualquier etapa”, dijo, en referencia a un reciente proyecto de ley. “Ojalá contáramos con más personas en un punto intermedio, con sentido común respecto a todas las cuestiones. Y en este tema, ¿por qué no tener un poco de piedad?”, pregunta.

Marson, el estratega, cree que los mensajes contradictorios que emite el partido podrían acabar en catástrofe para los republicanos en 2024 en caso de que no atiendan esas peticiones.

“No tenemos que adivinar qué ocurrirá. Hace poco más de seis meses, vimos lo que el tema del aborto provoca en el electorado: lo desplaza hacia los demócratas”, señaló.

“Hemos observado cómo estados como Kansas, uno de los más conservadores del país, rechazan la prohibición del aborto. La prohibición del aborto después de las seis semanas, sin excepciones en caso de violación, incesto o vida de la madre, es un riesgo para la campaña de un republicano”, añadió.