Harry, ¡canta Lana Del Rey! La IA está haciendo realidad las fantasías de los fans del pop
Lana Del Rey y Harry Styles: ¿podría la inteligencia artificial convertirlos en un dueto? Foto compuesta: EPA, Getty

El mes pasado, un video de Harry Styles haciendo un cover de una canción de la película de Disney de 2003 Lizzie McGuire: Estrella pop se volvió viral en TikTok. Sólo que Styles nunca ha interpretado esta canción –al menos públicamente, o que alguien sepa–. En su lugar, se une a los muchos ejemplos de falsas interpretaciones creadas por la inteligencia artificial.

Los fanáticos estaban encantados. “De repente, ya no me asusta la inteligencia artificial”, comentó un oyente, y en los videos de otras canciones de Styles generadas mediante inteligencia artificial (se le hizo hacer un dueto con Taylor Swift, por ejemplo) hay múltiples peticiones de más canciones.

“Que cante Take me to church (de Hozier)”, escribe un admirador, y “CANTA SAD GIRL DE LANA [del Rey]”, clama otro. Que los fanáticos quieran que sus artistas favoritos hagan covers de canciones que les gustan no es un fenómeno nuevo, no obstante, con los avances de la inteligencia artificial, ya no es necesario que intervenga el artista.

Por eso, a los músicos les preocupa: que los obliguen a interpretar un material que de otra forma no interpretarían, o que los usurpe una fantasía. “No puedo evitar pensar que me pueden reemplazar fácilmente”, comenta Flora Rose, cantautora en TikTok. ” Paso meses preparando mi EP debut, (y mientras tanto) las personas pueden hacer canciones con un solo clic”.

Cuando se trata de arte, la inteligencia artificial suele provocar el horror o el ridículo, como cuando una fotografía hecha con inteligencia artificial ganó un importante concurso de fotografía, o cuando ChatGPT declaró que la triste novela para jóvenes adultos Bajo la misma estrella era “uno de los mejores libros de todos los tiempos”.

En febrero, el abogado que interpuso una demanda en representación de artistas plásticos cuyo trabajo se estaba utilizando para generar arte con inteligencia artificial calificó cualquier imagen generativa como “una obra derivada infractora”.

La industria musical ha adoptado una postura similar. El mes pasado, Universal Music Group pidió a las plataformas de streaming que decidieran si querían estar “del lado de los artistas, los fanáticos y la expresión creativa humana” o “del lado de las deepfakes, el fraude y negar a los artistas la compensación que les corresponde”.

El problema que plantea la declaración de UMG es que da por sentado que los fanáticos y los artistas están en el mismo bando de este debate. Un informe de JP Morgan publicado en abril sostenía que “la música con inteligencia artificial no es muy buena” y que “la gente no la escucha”.

Sin embargo, la popularidad de los covers con inteligencia artificial –más de 9 millones de reproducciones de una falsa colaboración entre Drake y The Weeknd antes de que fuera eliminada– cuestiona esta afirmación, y en los comentarios de estos covers en TikTok, la opinión es abrumadoramente positiva. Phoebe, de 23 años, admiradora de Styles en Londres, comenta que le encanta “la idea de escuchar a Harry haciendo un cover de una de mis canciones favoritas, sin tener que depender de que él la cante en el escenario”.

La cantautora Victoria Canal comenta que no cree que los covers con inteligencia artificial puedan “reemplazar el corazón de la voz original de un artista. Es divertido e impactante escuchar una canción de Drake con inteligencia artificial, pero no creo que tenga el potencial de quitarle trabajo a Drake”. No obstante, la música generada por inteligencia artificial sigue provocando alarma en la industria: Drake recientemente calificó un cover de sí mismo rapeando una canción de Ice Spice como “la gota que derramó el vaso”.

Aquel informe de JP Morgan insiste en que “los superfanáticos se enamoran del artista, no solo de la música”. Canal coincide, señalando que la inteligencia artificial “no puede reemplazar el corazón de la voz y la grabación originales de un artista, y la gente puede sentirlo”.

No obstante, los artistas con marcas personales fuertes, como Styles, Drake o Taylor Swift, ya tienen una conexión emocional con sus admiradores. “Las estrellas del pop son una proyección de nuestros deseos”, explica Holly Herndon, una música que ha experimentado con Holly+, un clon de inteligencia artificial de su propia voz. “Nos identificamos más con fantasías idealizadas”, comenta, que con los propios artistas.

Los covers con inteligencia artificial están “vinculados a (Styles), pero separados”, comenta Phoebe. “Ser fanático de alguien gira en torno a la comunidad que lo rodea, y me encanta cómo los covers con inteligencia artificial nos dan más contenido del cual hablar”.

Pero la inteligencia artificial no solo está facilitando el fan service. La cultura Stan –el apasionado grupo de fanáticos basado en internet– se ha vuelto cada vez más crítica y exigente con sus ídolos. Pensemos en la reacción en internet a Frank Ocean, cuya falta de comunicación sobre su nueva música molestó a sus admiradores mucho antes de que su actuación en Coachella resultara deficiente, o la reacción con respecto a Charli XCX, que suele verse asediada por las críticas de los fanáticos sobre su nueva música o las listas de canciones de sus conciertos.

Los grupos de fanáticos a menudo “tratan el estrellato del pop como si fuera un deporte”, comenta el DJ Louie XIV, presentador del podcast de música pop Pop Pantheon. “Eligen a un artista favorito y se involucran mucho en la idea de que les ‘gane’ a los demás en el campo”. Como los fans piden más, en ocasiones a costa de la propia libertad creativa del artista, la inteligencia artificial podría estar satisfaciendo esas necesidades más que los propios artistas.

No obstante, muchos fanáticos consideran que los covers con inteligencia artificial son una oportunidad para la colaboración y la comunicación. “Las canciones con inteligencia artificial podrían brindar a los artistas la oportunidad de captar lo que sus bases de admiradores quieren de ellos”, señala Sara, que dirige una cuenta de fanáticos de Taylor Swift en Twitter.

Herndon cree que, en un futuro próximo, será tan habitual que los artistas “asuman la identidad de otras personas” como que utilicen samples, y “los artistas experimentarán permitiendo que otros actúen como ellos y compartan las ganancias”.

Es posible que UMG y Drake no estén de acuerdo, pero la semana pasada, la cantante canadiense Grimes escribió en Twitter que dividiría los derechos de autor al 50% por cualquier canción exitosa de inteligencia artificial en la que se utilizara su voz. “Me gusta la idea de que el arte sea de código abierto y acabar con los derechos de autor”, escribió.

Sin embargo, a medida que avancen los programas de inteligencia artificial, cada vez será más difícil distinguir entre la música real y la generada, y los fanáticos podrían llegar a horrorizarse por lo que se hace cantar a sus ídolos. Grimes dudó posteriormente, escribiendo en otro tuit unos días después que “puede que cancele los derechos de autor… no quiero ser responsable de un himno nazi”.

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