Harry contra el Mirror: ¿qué pasará cuando el príncipe suba al estrado?
El príncipe Harry (centro) saliendo del Tribunal Superior de Londres en marzo. Foto: Henry Nicholls/Reuters

Cuando el príncipe Harry testifique el martes en el juicio por hackeo telefónico contra el periódico Daily Mirror, se convertirá en el primer alto miembro de la realeza en ser sometido a un contrainterrogatorio en un tribunal desde el siglo XIX. En vista de lo que ocurrió anteriormente en el juicio, es poco probable que el príncipe vaya a disfrutar la experiencia.

Harry alegará que los periodistas de los periódicos Daily Mirror, Sunday Mirror y People utilizaron métodos ilegales, entre ellos el hackeo telefónico, para obtener historias sobre él. Mirror Group Newspapers intentará poner en duda las pruebas aportadas por Harry, su credibilidad y la razón por la que esperó tanto tiempo para presentar el caso.

Se enfrentará a un contrainterrogatorio sobre los artículos cuyos títulos son “Harry es fan de Chelsy” y “Hurra, dejaron a Harry”, lo cual le exigirá revivir públicamente la ruptura de su relación con su exnovia Chelsy Davy bajo juramento en un estrado y ante la mirada de los medios de comunicación de todo el mundo. También se espera que lo interroguen sobre su relación con el exeditor del Mirror, Piers Morgan, de quien el equipo jurídico de Harry alega que tuvo una “clara implicación y conocimiento” en actividades ilegales, algo que niega Morgan.

Al frente de la acusación contra el príncipe se encontrará el abogado del Mirror, Andrew Green, que tendrá la inusual labor legal de ser el abogado de un rey contratado para desacreditar al hijo de un rey. En las primeras fases del juicio, Green destacó el pasado consumo de drogas de los testigos, acusó a algunas personas de fabricar pruebas y sugirió que Harry y sus compañeros demandantes estaban “desprestigiando” a la junta directiva del Mirror al sugerir que esta organizó una operación de encubrimiento de alto nivel del hackeo telefónico.

Ya se sabrá si Green está dispuesto a utilizar semejantes tácticas contra el príncipe –y la forma en que el príncipe lo afronte en caso de que así sea–. Sin embargo, este es el riesgo que Harry asumió al presentar el caso. A cambio, obtiene el derecho a formular acusaciones directas contra los periodistas a los que culpa de destruir su salud mental y de la muerte de su madre, Diana, princesa de Gales.

Durante años, la relación de la familia real con los medios de comunicación y los tribunales se basó en el mantra “nunca te quejes, nunca des explicaciones”. Era preciso gestionar con cuidado las relaciones con la prensa, los tratos se hacían en secreto y –lo más importante– los miembros de la familia real no debían comparecer ante los tribunales. Lo más cerca que los miembros de la realeza han estado de un tribunal en las últimas décadas fue en 2002, cuando la princesa Ana se declaró culpable de un delito relacionado con la ley de perros peligrosos.

Harry cambió por completo esta norma. No oculta su aversión a los periódicos sensacionalistas, y como consecuencia, el príncipe ha demandado a la empresa matriz de casi todos los periódicos británicos nacionales –a excepción de The Guardian, Daily Telegraph y Financial Times–.

Harry dejó claro en anteriores documentos judiciales que considera que esto es una cruzada contra los medios de comunicación que él está llevando a cabo en beneficio de los demás. El príncipe expresó su disgusto por el hecho de que el resto de su familia haya preferido mantener buenas relaciones con los periódicos sensacionalistas en lugar de intentar cambiar la prensa británica.

El príncipe alega que el rey Carlos dio prioridad a la cobertura positiva de la reina Camila en lugar de cambiar el sistema, y afirmó que el príncipe Guillermo recibió un pago secreto por el hackeo telefónico que realizó News UK de Rupert Murdoch en 2020, cuyo valor se calcula en aproximadamente un millón de libras (unos 20 millones de pesos).

Aunque los medios de comunicación suelen informar sobre el caso de hackeo telefónico del Mirror a través de la perspectiva del príncipe Harry, se trata tan solo del más destacado de los más de 100 demandantes –entre ellos la cantante Cheryl y los herederos de George Michael– que están involucrados en el litigio.

Las primeras semanas del juicio se centraron en la cuestión más general del comportamiento ilegal del editor del Mirror, que incluyó acusaciones de encubrimiento por parte de la junta directiva, sugerencias de que Morgan seguramente tenía conocimiento del hackeo telefónico que cometían sus periodistas y afirmaciones de que el uso ilegal de investigadores privados para obtener datos personales era una práctica generalizada en el grupo periodístico.

En la segunda parte del juicio, que se prolongará hasta finales de junio, se examinarán cuatro demandas concretas presentadas por particulares: Harry, los actores del drama Coronation Street Michael Turner y Nikki Sanderson, y la exesposa del comediante Paul Whitehouse, Fiona Wightman. Harry viajará desde California para presenciar los argumentos de su caso el lunes, antes de su contrainterrogatorio el martes y el miércoles.

El Mirror admitió que en un caso sus periodistas utilizaron ilegalmente a un investigador privado para recabar información sobre su visita a un club nocturno. Sin embargo, sostiene que la mayoría de los demás artículos estaban basados en fuentes de información tradicionales –ya fuera a través de pagos al personal de los clubes a cambio de chismes o de información directamente de los ayudantes del rey Carlos– y que no hay pruebas de que sus periodistas hackearan los mensajes de voz de Harry. Aunque menos llamativo, para el juez es igual de importante la acusación de que las demandas fueron presentadas mucho tiempo después.

Los individuos tienen seis años desde que se enteran de que fueron víctimas de un delito para presentar una demanda en el sistema judicial civil y el Mirror argumenta que Harry esperó demasiado tiempo.

En las próximas semanas, Harry averiguará si sus otros dos casos, completamente distintos, de hackeo telefónico –contra el editor del Daily Mail y contra el editor del Sun– serán llevados a juicio. Si los jueces lo autorizan, Harry podría tener que subir dos veces más al estrado en los próximos 12 meses.

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