¿Qué está en juego para el príncipe Harry en el juicio por hackeo telefónico?

El príncipe Harry realizará esta semana otra acción sin precedentes para un miembro de la realeza de alto rango cuando declare en un juicio por hackeo telefónico interpuesto contra Mirror Group Newspapers, propietario de los periódicos Daily Mirror, Sunday Mirror y Sunday People. La demanda alega que la empresa recopiló de forma ilegal información sobre el príncipe entre 1996 y 2011 que fue publicada en sus periódicos, y que altos ejecutivos y editores del grupo tenían conocimiento de esta actividad.

Esta demanda es una de las tres, totalmente independientes pero simultáneas, que el príncipe Harry interpuso por hackeo telefónico: las otras dos son contra News Group Newspapers, de Rupert Murdoch, y los periódicos Mail.

Aunque él es uno de los implicados más destacados en la demanda, Harry no es el único demandante. Más de 100 personas demandan al Mirror Group, entre ellas el exfutbolista y presentador de televisión Ian Wright, la estrella del grupo de música Girls Aloud Cheryl Cole y los herederos del fallecido cantante George Michael. (El Mirror Group negó rotundamente las acusaciones, y añadió que los demandantes esperaron demasiado tiempo para demandarlo).

Aun así, el caso del príncipe parece ser particularmente notable; después de años de ser acosado y de aparecer en las primeras planas con titulares humillantes, parece que Harry está comprometido con su cruzada contra los medios de comunicación, a los que culpa de la muerte de su madre y de su tensa relación con su familia.

Para el boletín de hoy, hablé con Jim Waterson, editor de medios de comunicación de The Guardian, sobre los motivos por los que este caso es tan importante.

¿Por qué es tan importante la declaración del príncipe Harry?

Estar al día de todos los procesos legales de Harry contra la prensa sensacionalista puede resultar una tarea vertiginosa. Pero esto es diferente: declarar ante un tribunal difiere significativamente de la estrategia de la familia real en la vida pública. Se cree que el duque de Sussex es el primer miembro de la realeza que declara en un juicio desde finales del siglo XIX, y el hecho de estar en el banquillo de los testigos significa que se expone a un contrainterrogatorio agresivo. (Esto no es lo mismo que “subir al estrado”, señala Jim, un término estadounidense que no existe en el sistema judicial británico).

“Los miembros de la realeza siempre han hecho todo lo posible por mantenerse alejados del sistema judicial en caso de que les resulte un poco desagradable e indeseable y revele cosas que no quieren que se revelen”, explica Jim. “Pero Harry ha adoptado una especie de actitud tipo ‘ya no me importa’“.

Los riesgos

Hay muchas cosas en juego en este caso para el príncipe: podría perder mucho dinero en gastos legales si no ha firmado un acuerdo tipo “no win no fee” (no se pagarán los honorarios si no se gana el caso) con su equipo jurídico, y los periódicos británicos probablemente lo ridiculizarán aún más si el veredicto no sale a favor del príncipe. No obstante, como en todos los casos ante los tribunales, se trata de un “riesgo calculado” que Harry está asumiendo. “Él considera que la prensa británica, en particular los periódicos sensacionalistas, lo han perjudicado a él, a su madre y a quienes lo rodean. Y quiere hacer algo“, explica Jim.

Aunque no gane los juicios, el hecho de arrastrar públicamente al Mirror Group por los tribunales y obligarlo a gastar sumas exorbitantes en abogados podría ser una forma de hacerles sentir las consecuencias. “La impresión que me da es que es un hombre enojado, herido y que no puede más“, comenta Jim. “Está dispuesto a recibir los golpes y hacer esto, porque considera que esto es su forma de conseguir justicia”.

La derrota de Harry podría ocurrir de dos maneras. En primer lugar, el Mirror Group argumenta que la mayoría de los artículos que menciona procedían de pistas, por lo que un juez podría determinar que su teléfono no fue hackeado. La defensa alternativa podría consistir en que él simplemente presentó su documentación demasiado tiempo después. La norma general es que las víctimas disponen de seis años desde el momento en que se cometió el delito o se tuvo conocimiento del mismo para interponer una demanda en el sistema judicial civil, explica Jim, “por lo que el juez podría decir que es casi irrelevante que lo hayan hecho, porque simplemente se te pasó el tiempo límite”.

¿Y si todo sale bien?

El mejor resultado para el príncipe sería que el tribunal determinara que el Mirror Group efectivamente hackeó su teléfono y que algunas personas –algunas de las cuales siguen ocupando altos cargos en la prensa– tenían conocimiento de ello. Lo ideal sería que al menos algunas de estas personas rindieran cuentas. Una victoria como esta supondría un duro golpe para el editor.

Durante los últimos siete años, el Mirror Group ha podido resolver de manera extrajudicial los casos de hackeo telefónico. Si el juez falla en contra del príncipe Harry, es posible que se desestimen muchas de las demandas pendientes y esto podría poner fin a esta saga desordenada, costosa, vergonzosa y perjudicial para la empresa.

“Pero si un juez falla a favor, y efectivamente declara que muchas personas aún no saben que han sido víctimas, esto podría continuar durante muchos años”, comenta Jim.

El Mirror Group ya pagó 100 millones de libras (unos 2 mil millones de pesos) para resolver centenares de demandas relacionadas con el hackeo telefónico y los gastos legales de sus publicaciones en la última década, en un momento en que el negocio de la prensa se encuentra en una terrible situación financiera. No obstante, es poco probable que un pago, por muy bueno que sea, constituya la principal motivación de Harry. “No se trata únicamente del hackeo telefónico”, dijo el príncipe anteriormente en referencia a su caso contra los periódicos de Murdoch. “Se trata de hacer responsable al poder”.