Trump no encuentra nuevos abogados para comparecer en el caso de Mar-a-Lago
Donald Trump con su asistente y codemandado, Walt Nauta. Foto: Alex Brandon/AP

Se espera que Donald Trump sea representado en su primera comparecencia ante el tribunal para enfrentar cargos penales federales por retener material de seguridad nacional y obstrucción de la justicia por dos de sus abogados actuales, a pesar de que intentó reclutar a un abogado local de Florida que estuviera dispuesto a unirse a su equipo de defensa legal.

Los abogados que se presentarán con Trump este martes serán el alto exfiscal federal Todd Blanche y el exfiscal general de Florida Chris Kise, según indicaron personas familiarizadas con el asunto. El codemandado de Trump, su asistente Walt Nauta, estará representado por Stanley Woodward.

Trump y su equipo jurídico pasaron la tarde antes de su lectura de cargos entrevistando a posibles abogados, sin embargo, las entrevistas no dieron lugar a que se uniera alguno de ellos al equipo a tiempo para la comparecencia inicial de Trump ante el tribunal, programada para las 13:00 horas del martes, después de que varios abogados se negaran a aceptarlo como cliente.

Aparentemente, Trump tampoco ha podido encontrar un abogado especializado en seguridad nacional, que sea elegible para poseer una autorización de seguridad, para que lo ayude a sortear los cargos presentados en virtud de la Ley de Espionaje.

La lucha de última hora para encontrar un abogado litigante veterano constituyó un proceso familiar para Trump, a quien le ha resultado difícil contratar y mantener abogados que lo defiendan en los numerosos casos penales federales y estatales que lo han perseguido durante su presidencia y después de que abandonara la Casa Blanca.

Después de entrevistar a un grupo de posibles abogados en su complejo turístico Trump Doral, el expresidente decidió que Kise apareciera como el abogado local admitido en el distrito sur de Florida por única vez, y que él mismo patrocinaría a Blanche para que compareciera pro hac vice, indicó una de las personas.

Blanche y Kise cenaron con Trump y otros asesores el lunes en el restaurante BLT Prime en el Doral.

Entre los abogados de Florida que rechazaron a Trump se encontraba Howard Srebnick, que ya la semana pasada expresó su interés en que el expresidente fuera a juicio, en parte debido a los elevados honorarios que ello conllevaba, aunque finalmente no se lo permitieron tras consultarlo con sus socios, explicó la persona.

El otro abogado prominente que declinó trabajar con Trump fue David Markus, quien recientemente defendió al candidato demócrata a gobernador de Florida, Andrew Gillum, contra las acusaciones de que le mintió al FBI y desvió contribuciones de su campaña a sus cuentas personales, indicó la persona.

Trump y su equipo entrevistaron al abogado especializado en corrupción Benedict Kuehne, que fue acusado en 2008 de lavado de dinero antes de que se retiraran los cargos, señaló la persona. No obstante, Kuehne tiene su propia carga, ya que se enfrenta a la inhabilitación para ejercer por desacato al tribunal a raíz de una reciente demanda civil que perdió.

Se tiene entendido que las otras entrevistas fueron con William Barzee, así como con Bruce Zimet, exfiscal jefe adjunto de Estados Unidos en Fort Lauderdale y West Palm Beach.

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Donald Trump llega a Miami un día antes de su lectura de cargos prevista en relación con una acusación federal de 37 cargos que implica documentos clasificados. Foto: Kyle Mazza/Anadolu Agency vía Getty Images

Una parte del problema de reclutar nuevos abogados radica en la reputación de Trump de ser un cliente notoriamente difícil que tiene un historial de rechazar la asesoría legal y de intentar que sus abogados actúen como perros de ataque o ayudantes políticos en lugar de abogados sujetos a las reglas de ética, señalaron personas cercanas al proceso.

La otra preocupación de los principales abogados de Florida que están siendo contactados por los asesores de Trump ha sido la percepción del daño reputacional que podría suponer la defensa del expresidente, indicaron las personas, no solo por su política sino también por la solidez de la acusación, la cual podría conducir potencialmente a penas de años de prisión.

Mediante el uso de las propias confesiones grabadas de Trump sobre la retención de información de defensa nacional y los relatos de testigos de sus empleados, la acusación proporcionó pruebas convincentes de los esfuerzos de Trump de acaparar los secretos más sensibles del país y obstruir los intentos del gobierno de recuperarlos.

Se dice que Trump todavía está buscando un abogado de la talla de Roy Cohn, el implacable amañador de Nueva York que lo defendió y fue su mentor antes de que lo inhabilitaran posteriormente, y el temor de que potencialmente le pidan que tome medidas similares ha constituido un tema persistente.

Ese temor ha acechado a numerosos abogados que los asesores de Trump contactaron, indicaron las personas, en particular tras la posibilidad de que Trump convirtiera a Evan Corcoran, otro exabogado que se retiró de su defensa en la investigación sobre los documentos de Mar-a-Lago, en testigo en su contra.

Según la acusación, después de que Trump recibió una citación judicial el año pasado en la que se solicitaba la devolución de cualquier documento clasificado, Trump tomó medidas para retirar cajas llenas de documentos de un almacén que Corcoran pretendía registrar con el fin de encontrar material que correspondiera a la citación.

Las medidas que tomó Trump para retirar dichas cajas del almacén, un episodio que ahora constituye el núcleo de la acusación de obstrucción, provocaron que Corcoran expidiera una certificación falsa al Departamento de Justicia en la que confirmó que no había más documentos en la propiedad, indicó la acusación.

Mientras continúa la búsqueda de Trump de nuevos abogados en Florida, se espera que Blanche desempeñe el papel principal en el caso de los documentos de Mar-a-Lago, y que además lidere el equipo que defiende a Trump contra los cargos estatales presentados en Nueva York por el soborno pagado a una estrella de cine para adultos en 2016.

Aunque se espera que Kise comparezca junto a Blanche en el tribunal federal de distrito en Miami, se ha encargado principalmente de litigios civiles de Trump desde que se retiró del caso de los documentos en octubre pasado y no se espera que forme parte del equipo que llevará el juicio propiamente dicho, señaló una persona familiarizada con el asunto.

La lucha por encontrar abogados en Florida surgió después de que Jim Trusty y John Rowley, los dos abogados de Trump que quedaban tras la anterior renuncia de Tim Parlatore y la recusación de Corcoran, se convirtieran en las últimas víctimas de un equipo jurídico socavado por el caos y las luchas internas, informó anteriormente The Guardian.

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