La llegada de Lionel Messi a Miami suscita alegría, incredulidad y posibles dificultades
Un mural de Lionel Messi afuera de un restaurante de Miami. El argentino se dirige a Florida tras decidir marcharse de Europa. Foto: Lynne Sladky/AP

Los Miami Heat fueron los subcampeones de la final de la NBA de este mes, mientras que los Florida Panthers llegaron a la final de la Copa Stanley de la Liga Nacional de Hockey (NHL) en Sunrise. Y también está el pequeño tema de la incorporación de Lionel Messi al Inter Miami CF de la Major League Soccer (MLS).

El ganador de la Copa Mundial de 2022 se unirá a sus nuevos compañeros de equipo en cuestión de semanas y, a nivel local, la incredulidad acompaña a la increíble emoción. Probablemente no se sentirá real hasta que Messi aparezca en alguna foto con el copropietario del club, David Beckham, sosteniendo en alto una bufanda rosa y negra del equipo.

Los anuncios hasta el momento han sido extrañamente sutiles. Messi dice que “decidió continuar su camino en Miami” y el club confirmó su llegada pendiente a través de una enigmática publicación en Instagram que se difundió a alrededor de un millón de seguidores. Desde entonces, la cuenta ha acumulado otros 7 millones de seguidores. Para poner esa cifra en contexto, la franquicia más valiosa de la NFL, los Dallas Cowboys, tiene 4.5 millones de seguidores. Por otro lado, el propio Messi tiene 500 millones de seguidores. Las oportunidades que esto presenta para el equipo y la liga son gigantescas.

Es surrealista, pero es real. Él vendrá, aunque no digan mucho”, comenta Franco Panizo, del podcast Miami Total Futbol. “Se sentirá más real cuando llegue y cuando juegue su primer partido será espectacular”.

“Además de las cámaras y el brillo y el glamour, el simple hecho de verlo en la cancha y el ambiente en el estadio va a ser increíble. Esto será transformador para el Inter Miami“.

El entusiasmo local incluso se filtró en el ambiente hiperconcentrado de las finales de la NBA. La propia estrella mundial de los Heat, Jimmy Butler, un inmenso aficionado del futbol, comentó: “Me emociona mucho que la ciudad tenga aquí a un jugador de ese calibre. Aficionados de todo el mundo vendrán para verlo competir“.

El entrenador principal de los Heat, Erik Spoelstra, comentó a The Guardian antes del juego 4: “Es emocionante. A mis dos hijos les está empezando a gustar el soccer… el futbol. Espero poder conseguir una entrada para algunos partidos”.

Spoelstra y Butler no tendrán problemas para conseguir una entrada, pero buena suerte a todos los demás. Los precios de reventa para el posible debut de Messi en casa el 21 de julio empiezan en más de 800 dólares. O puedes pagar 20 mil dólares (unos 300 mil pesos) por un asiento en primera fila en media cancha.

La parte más llamativa es que el Inter Miami es malísimo y estos tiempos idílicos del deporte en el sur de Florida no están exentos de sufrimiento. Los Denver Nuggets derrotaron de manera convincente a los Heat en la final de la NBA y el Inter perdió el sábado por 3-1 en Nueva Inglaterra. La vida es difícil en lo más alto y, en el caso del Inter, en lo más bajo.

Messi se incorpora a un equipo que ocupa el último puesto de la Conferencia del Este, después de sufrir seis derrotas consecutivas en la liga y de no tener un entrenador permanente. Phil Neville, que muchos creen que fue designado por ser amigo de Beckham y al que se le concedió una prórroga de gracia por el mismo motivo, fue finalmente despedido el 2 de junio. El asistente de Neville, el exmediocampista del Real Salt Lake City, Javier Morales, ocupa su puesto.

Hace un año, Morales entrenaba a la selección sub-17 del Inter. Ahora está a pocas semanas de entrenar a la estrella más grande del futbol. Pero es poco probable que Morales, que es argentino, sea nombrado entrenador de tiempo completo. Según parece, el exentrenador de Messi en el Barcelona y en Argentina, Gerardo Martino, es el candidato. Muchos entrenadores de alto perfil y con más experiencia ahora codiciarán la oportunidad de trabajar con el siete veces ganador del Balón de Oro. Y lo mismo ocurre con los jugadores.

Los directores del Miami deberán ser creativos en vista de las normas relativas al límite salarial de la Major League Soccer (MLS) y las restricciones a las que están sujetos por incumplirlas, no obstante, entre los candidatos que se rumoran figuran los excompañeros del Barcelona Sergio Busquets y Luis Suárez.

De hecho, dada la amigable estructura de repechaje de la MLS, la temporada dista mucho de estar perdida. El Inter está a siete puntos de la disputa de los repechajes en la mitad de la temporada y tiene que disputar una semifinal de la US Open Cup. Todavía podría ser una temporada exitosa, dependiendo de cuán participativo (y motivado) esté Messi tras su llegada.

“Es la MLS, hombre”, comenta Panizo. “El equipo en noveno lugar llega al repechaje. Puedes recuperarte en la segunda mitad de la temporada cuando fiches a un jugador designado. Ha habido ejemplos de eso en toda la historia de la liga”.

Además de unirse a un equipo que está en último lugar, los acuerdos de juego del Inter restan un poco de glamour al fichaje.

Cuando el medio Bleacher Report se refirió a la famosa decisión de LeBron James de “llevar mis talentos a South Beach”, un usuario de Twitter con buen ojo para la precisión respondió: “Técnicamente está llevando sus talentos a Commercial Boulevard en Fort Lauderdale, cerca de un montón de talleres mecánicos y un restaurante de mariscos llamado Catfish Dewey’s”.

De hecho, el estadio provisional del Inter, el DRV PNK, se encuentra a 56 kilómetros del glamour de South Beach y su capacidad para albergar a 18 mil personas es la más reducida de la MLS. La estructura del estadio es bastante agradable, pero tiene cuatro esquinas muy abiertas y se puede ver la cancha desde el estacionamiento. Resulta un poco impropio de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

El portero suplente Nick Marsman ya expresó sus inquietudes. “Personalmente, creo que el club no está preparado para la llegada de Messi“, comentó a la cadena ESPN. “Tenemos un estadio provisional, la gente puede entrar a la cancha y nos dirigimos al estadio sin seguridad”.

Panizo añadió: “Si los partidos se llevan a cabo en el estadio DRV PNK necesitarán mucha más seguridad de la que hay actualmente, probablemente tendrán que encontrar una forma creativa de hacer que Messi entre y salga. Será una cuestión de ensayo y error”.

Nueva Inglaterra, Charlotte, Seattle, Chicago, Nueva York y Atlanta juegan en estadios construidos para la NFL o la MLB. Esos equipos pueden maximizar sus enormes aforos cuando llegue el espectáculo de Messi. El Inter Miami no puede hacerlo. A menos que trasladen los partidos a un estadio como el Hard Rock Stadium de los Miami Dolphins, que tiene capacidad para 65 mil personas.

“Tendrán que encontrar un lugar diferente para jugar”, comenta Will Manso, presentador principal de deportes de la emisora WPLG Local 10. “Con un estadio que tiene capacidad para 18 mil personas, vas a tener el doble o el triple de gente que quiera ver jugar a Messi, si no es que más“.

“Cuando consigues esas estrellas, cada partido se convierte en algo parecido a un concierto de rock, y el Inter Miami tiene que verlo de esa manera. Logísticamente, ¿cómo lo harán? Nunca se tratará de algo como: ‘Oh, bueno, es otro partido de Lionel Messi’. Todo el mundo querrá ir y verlo“.

Habla con cualquier niño que juegue futbol en el sur de Florida y nombrará a Messi como su jugador favorito, por lo que es imperativo que Inter haga que la experiencia sea accesible. En solo uno o dos años, el club puede enganchar a toda una generación de aficionados.

Aún no se ha revelado la duración del contrato, pero es posible que Messi tampoco vaya a jugar en la sede permanente propuesta por el Miami. Aún no ha comenzado la construcción del recinto, que tendrá capacidad para 25 mil personas, en el Freedom Park de Miami, en medio de interminables disputas, y no abrirá sus puertas al menos hasta 2025.

Manso añade: “Quizás el fichaje de Messi es el gran empujón que les permitirá sacar esto adelante y construir unas instalaciones de primera clase y de última generación“.

Dentro y fuera de la cancha, el Inter Miami tuvo un comienzo fracturado, ahora en su cuarta temporada, pero existe la impresión de que este fichaje podría ser un catalizador. La organización de los Miami Heat puede identificarse con su hermano futbolero. Se estableció como franquicia de expansión en 1988, para competir por la relevancia local contra los Dolphins de Dan Marino. La acumulación de jugadores estrella constituyó una parte fundamental de ese viaje.

El legendario entrenador Pat Riley llegó en 1995 para aportar legitimidad. Shaquille O’Neal y Dwyane Wade llevaron al equipo a ganar el título en 2006. La era del Big Three de LeBron James –que supuso otros dos campeonatos– realmente convirtió a Miami en una ciudad de basquetbol.

Tony Fiorentino fue entrenador asistente de Riley y ha estado en la organización en cada una de sus 35 temporadas. Fiorentino percibe los paralelismos y las oportunidades, pero también los retos que afronta el Inter Miami, un club que todavía se encuentra en las primeras fases de su desarrollo.

Fiorentino comenta: “Todo empezó cuando llegó el entrenador Riley. Ese fue el gran acontecimiento. Fue emocionante. Esperábamos ansiosos cosas más grandes y mejores. Sin embargo, con un hombre de renombre internacional como Messi, tendrá que aumentar la seguridad y demás del Inter Miami“.

Eric Reid, su veterano colega de transmisión añadió: “Esto me recuerda mucho al Heat cuando era un equipo de expansión. El futbol profesional es algo nuevo aquí, pero esto lo eleva a un nivel global. Él aportará mucha energía positiva y luz”.

“LeBron era una superestrella, y era emocionante tenerlo en nuestra presencia. Nos convertimos en el epicentro del universo del basquetbol, y después todo evolucionó a través de Miami”.

Con Messi a bordo, el Inter Miami tiene la increíble oportunidad de seguir el modelo de los Heat en la MLS. Ahora veremos si el club puede lograrlo.

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