El extraño mundo del entrenamiento de los famosos: cómo Taylor Swift, Beyoncé y Madonna se ponen en forma para sus espectáculos
Tres meses de entrenamiento de baile... Taylor Swift actuando en East Rutherford, Nueva Jersey, en mayo de 2023. Foto: Kevin Mazur/TAS23/Getty Images para TAS Rights Management

Ser una estrella del pop solía significar tener una cara bonita, una buena voz y aprender algunas rutinas de baile. Esto ya no aplica para las estrellas de hoy, tal como Taylor Swift nos lo recordó la semana pasada, cuando reveló cómo se había preparado para su gira Eras. “Todos los días corría en la caminadora, cantando toda la lista de canciones en voz alta”, dijo a la revista Time. “Corría rápido para las canciones rápidas y trotaba o caminaba rápido para las canciones lentas. Luego hice tres meses de entrenamiento de baile, porque quería metérmelo en los huesos”.

Si has visto Eras en vivo o en el cine, sabrás por qué tuvo que esforzarse tanto con su entrenamiento. En parte espectáculo pop y en parte hazaña de resistencia, supone casi tres horas de cambios de vestuario, energéticos bailes y carreras de un lado a otro del escenario, todo ello cantando a pleno pulmón. Cuando a Swift se le sube el color a la cara y el sudor se le acumula en el nacimiento del pelo, uno empieza a sentirse cansado. Swift no es la única. La película Renaissance de Beyoncé también documenta el trabajo físico que requiere una gira, mientras que la actual gira Celebration de Madonna, de 65 años, que concluirá el próximo mes de abril tras 78 conciertos, deja claro lo mucho que puede durar ese compromiso.

“Los tratamos como atletas: ¿qué estrés va a sufrir el cuerpo?””, dice Dan Roberts. Entrenador personal en Londres, es uno de los pocos profesionales del fitness que se dedican a lo que él llama el “extraño mundo del entrenamiento de famosos”. La mayoría de las veces se trata de poner en forma a actores para papeles de superhéroes (o escenas sin camiseta); algunos de sus clientes están en Broadway, en el escenario dos horas cada noche durante seis meses seguidos. Pero también trabaja con miembros de la realeza y músicos famosos. Los acuerdos de confidencialidad le impiden dar nombres, pero puede hablar en general.

Algunas veces, a Roberts lo llevan en avión para apoyar a un artista en plena gira, pero lo más habitual es que se ponga en contacto con otros entrenadores de primera fila de todo el mundo para ocuparse de sus clientes habituales. Y entrena a los que están de paso por Londres. Su primer paso es evaluar las necesidades de cada persona y sus objetivos de entrenamiento. “Alguien como Beyoncé, por ejemplo, tiene rutinas de baile muy enérgicas, mientras que Liam Gallagher puede quedarse ahí parado”.

Normalmente, la preparación física para una gira empieza tres meses antes, dice Roberts. La mayoría de las estrellas no son ajenas al ejercicio, y a menudo se presentan con viejas lesiones de entrenamiento. Nadie dice: “Mi cuerpo está genial”, dice Roberts. “Hay que trabajar en torno a eso”. Otro entrenador personal, Jono Castano, con residencia en Sydney, está de acuerdo. “Muchos saben lo que tienen que hacer: qué comer, cómo entrenar. Se trata de recordárselo y de que rindan cuentas”.

El extraño mundo del entrenamiento de los famosos: cómo Taylor Swift, Beyoncé y Madonna se ponen en forma para sus espectáculos - ‘Sometimes-I-feel-more-like-an-athlete-than-a-singer-Pink
“A veces me siento más atleta que cantante con tanto entrenamiento” … Pink actuando en Boston en 2023. Foto: Billie Weiss/Boston Red Sox/Getty Images

El trabajo de “prehabilitación”, es decir, el desarrollo de la flexibilidad y la fuerza general es vital para evitar lesiones cuando se baila noche tras noche. Roberts se centra en los músculos estabilizadores que rodean los tobillos, “y en otras partes más propensas a sufrir lesiones”. Aunque rara vez es necesario aumentar el volumen, Roberts tuvo una clienta, una estrella del pop, cuya grasa corporal era demasiado baja para que pudiera hacer esfuerzos sin peligro noche tras noche. “Se salía con la suya en términos de salud, pero no menstruaba, lo que siempre es una señal de alarma. Sabía que la gira iba a ser dura para ella, porque no comía lo suficiente cuando estaba estresada”.

El objetivo, en ese caso, era aumentar su grasa corporal y mantenerla durante toda la gira. Pero más allá de las exigencias de las actuaciones nocturnas consecutivas, a menudo hay un “objetivo secundario” menos obvio, dice Roberts, como perder peso o ganar músculo antes de una aparición en la alfombra roja o un papel en una película. “Cada vez más, estas personas son marcas comerciales y tienen que hacer varias cosas”.

Rita Ora, clienta de Castano, solía llegar a las sesiones sintiéndose cansada, “lo cual es comprensible”, dice. “Pero al ver los beneficios de lo que hace una sesión de entrenamiento, liberar endorfinas, se iba sintiéndose mucho mejor y más positiva”. Incluso el oído comprensivo de un entrenador, “simplemente escuchándolos, dándoles consejos sobre lo que les depare ese día”, puede ser valioso, dice. “Siempre digo: si no puedes dedicarte 45 minutos al día, es que hay que mirar dentro de ti”. Para algunos famosos, hacer ejercicio es incluso “una especie de evasión”.

El extraño mundo del entrenamiento de los famosos: cómo Taylor Swift, Beyoncé y Madonna se ponen en forma para sus espectáculos - Madonnas-Celebration-tour-in-London-2023
La gira Celebration 2023 de Madonna en Londres requirió mucho entrenamiento. Foto: Kevin Mazur/WireImage para Live Nation

Además de ser un terapeuta ad hoc, el entrenador tiene que reconocer y acomodarse a las exigencias específicas de la agenda de la estrella. Para quienes están al nivel de Swift, eso puede significar que el entrenador sea un engranaje más de una “máquina bien engrasada”, dice Roberts. Todas sus necesidades están cubiertas. “Es como una empresa”. El equipo de Swift, por ejemplo, puede estar formado por hasta 40 personas a tiempo completo, con docenas más contratadas para las giras. Una gran empresa como la gira Eras puede incluir masajes diarios, evaluaciones rutinarias de fuerza y forma física, y una nutrición que cumpla exactamente los requisitos de la estrella.

A veces, la parte más difícil del trabajo del entrenador es convencer a la estrella de que tiene algo que ofrecerle. Estrellas del nivel de Mick Jagger y Madonna, que han entregado su vida a la actuación, pueden ser “completos maniáticos del control”, dice Roberts. “No es un insulto. Por eso tienen tanto éxito. Pero es muy difícil entrar en eso como entrenador, por muy bueno que creas que eres, porque en cuanto te pones firme, te despiden”.

Cuando los artistas están de gira, los entrenamientos suelen reducirse al nivel de mantenimiento y los días de descanso se incorporan al programa para proteger la energía y el bienestar de la estrella. Roberts calcula que pueden llegar a quemar mil calorías en un solo espectáculo, o incluso dos o tres veces más. Pero no es el mismo esfuerzo que si una persona normal, o incluso alguien muy en forma como Roberts, se subiera al escenario. Nunca ha trabajado con Swift, pero supone que, para ella, un espectáculo de tres horas puede ser como correr 5 km para muchos de nosotros: agotador, pero no aniquilador. “Ha desarrollado esos músculos y niveles de energía en los últimos 15 años”. Algunos artistas parecen rozar lo sobrehumano. Pink, conocida por las acrobacias aéreas de sus espectáculos, hace una hora de cardio y otra de yoga antes de subir al escenario. “A veces me siento más atleta que cantante”, ha dicho.

El extraño mundo del entrenamiento de los famosos: cómo Taylor Swift, Beyoncé y Madonna se ponen en forma para sus espectáculos - The-Rolling-Stones-tour-latest-album-Hackney-Diamonds-in-New-York-2023
Los Rolling Stones de gira con su último álbum Hackney Diamonds en Nueva York, 2023. Foto: Evan Agostini/Invision/AP

Antes de una actuación, los vocalistas más acrobáticos pueden limitar la conversación. Y las superestrellas rara vez salen de fiesta después, dice Roberts, motivadas por la necesidad de proteger su marca tanto como su instrumento. “Toman su té de miel o lo que sea, se acuestan pronto, descansan”.

“Ves por lo que pasan los artistas, y es inmenso”, dice Niamh McCarthy, fundadora de Mindful Nation, una aplicación de meditación diseñada para artistas. En su etapa anterior, McCarthy pasó cuatro años de gira con U2 como ayudante de dirección, al tiempo que viajaba para apoyar a Madonna con su entrenamiento cuando era necesario. Tras dejar atrás la vida de las giras, no le sorprende ver a estrellas más jóvenes, como Justin Bieber y Shawn Mendes, cancelar conciertos para centrarse en su bienestar. “No sólo se espera que suban al escenario y lo den todo cada noche sino que muchas cosas de después de los conciertos son obligatorias: tu compañía discográfica y las editoriales quieren verte y hablar. Están muy ocupados”.

Pero los artistas de hoy, preocupados por su imagen, “no van a arruinar su reputación ni a cancelar un concierto porque tengan resaca. Son demasiado profesionales”, dice Roberts. Sólo unos pocos de sus clientes han estado a la altura del cliché de la vida dura y el alcoholismo, y “formaban parte de bandas de rock, en las que no les importa nada su aspecto”. Eso también había que tenerlo en cuenta en la formación. Roberts recuerda haber trabajado con un cantante que rechazó un batido de proteínas (como complemento del entrenamiento) porque contenía aditivos. “Le dije: Colega, anoche te metiste cuatro rayas de coca, y era martes: ordena tus prioridades”.

Traducción: Ligia M. Oliver

No te pierdas: ¿El show debe continuar? La muerte de un fan de Taylor Swift expone el peligro de espectáculos en vivo mientras la Tierra se cocina

Síguenos en

Google News
Flipboard