Vestir de color beige podría matarte: los arcoíris andantes cuentan por qué

Inspirados por Iris Apfel, pionera en el vestir maximalista, los superfans del color nos comparten los secretos de su alegre forma de vestir. Los arcoíris andantes nos cuentan por qué es mejor vestir prendas llenas de colores.

El pasado viernes, la diseñadora de interiores estadounidense Iris Apfel falleció a los 102 años. Su ecléctica forma de vestir, con una discordancia de color, estampados y texturas, rompió todas las reglas de la moda y acumuló legiones de fans. Aquí, algunos de ellos explican cómo se visten, también, para divertirse.

Sade Adeyemi, estilista y jefa de personal de una empresa tecnológica

Mi padre trabajaba en una empresa textil. En Navidad venía a casa con algunas telas y yo escogía. Siempre me incliné por los estampados más atrevidos y coloridos. A medida que fui creciendo me di cuenta de que parte de la razón por la que me gustaban tanto era que podía mezclar y hacer combinaciones inesperadas para experimentar. Ahora me encanta el naranja y el verde neón.

Me encanta Iris. No tenía miedo, era atrevida. Dijo algo con lo que estoy totalmente de acuerdo: “Más es más y menos es aburrido”. Me encanta el “más es más”, sigue proponiéndomelo y seguiré probándomelo. Sé que, naturalmente, algunas personas son minimalistas y lo entiendo. Pero la moda es tener confianza en lo que llevas puesto. Para mí, ¡el color es vida!

Hago muchas compras vintage y de reciclaje. Tenía un par de zapatos que nunca me había puesto y los reciclé con globos rojos sin inflar, unos 95 por zapato. Los globos me costaron 4 libras (86 pesos) y el pegamento unas 3 (65 pesos). La gente pensó que eran de una marca de gama alta. He reciclado una chaqueta que hacía más de tres años que no me ponía. Busqué mariposas en Google y encontré algunas decorativas por unas 3 (65 pesos), de diferentes colores y tamaños. Me la he puesto una y otra vez. En otra ocasión compré pompones verdes a una vendedora de materiales de costura y los pegué a una chaqueta rosa de gran tamaño.

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Creo que las normas a la hora de vestir pueden aportar estructura y bases, pero para mí el verdadero estilo surge cuando siento que estoy rompiendo las normas. Mi forma de vestir ahora es distinta a la de hace cinco años. Con el tiempo te encontrarás a ti misma, evolucionarás y descubrirás con qué te sientes más cómoda. Vestir según las reglas debe ser una base, no una limitación.

Yu Masui, escritor de moda

Crecí con una generación acostumbrada al color y a este tipo de vestimenta estrafalaria: el movimiento Harajuku, kawaii, de mediados/finales de los 90 en Japón. Cuando llegué a Londres en 2000, era una época en la que muchos diseñadores alternativos hacían diseños muy desafiantes. Siempre estaba rodeado de colores y prendas únicas.

Mi forma de vestir es divertirme. Siempre tengo un tema. Si es el Día de las Madres, probablemente me ponga algo relacionado con las madres; si es el Día del Hot Cake, me vestiré con un delantal o un traje de chef. Si tuviera que asistir a una fiesta de cumpleaños probablemente me vestiría con una camiseta de pastel de cumpleaños o algo parecido.

Soy un camaleón. Me visto con todos los colores, desde el negro al blanco, pasando por el plateado, el naranja, el verde o el rosa. No me disfrazo. Te puedes vestir a lo loco, pero no quiero acabar pareciendo Halloween.

Tengo reacciones divertidas en las redes sociales. Por suerte tengo seguidores que me apoyan mucho; no recibo comentarios negativos. Por supuesto, el público en general no entiende algunos de mis atuendos, y algunas personas me señalan y se ríen. En la industria de la moda todo el mundo viste muy serio o intenta ser genial, y eso nunca me ha parecido divertido. No me importa ser un payaso por la calle; no me asusta que la gente se ría de mí. Iris alegraba mucho a los demás con sus colores y su forma de vestir. Ojalá yo tuviera la misma energía.

Sue Kreitzman, artista

Soy la reina mundial del color. Mi lema es: “No te vistas de color beige, podría matarte”, y lo digo de corazón. Nací con un arco iris en la cabeza.

Me arreglo cada mañana. Me encanta el rojo con cualquier cosa. Con rosa brillante, con naranja brillante, con turquesa. Me encantan los distintos tonos de rojo. Me encantan todos los colores, siempre que no sean de la familia del beige, el café y el castaño, que añaden 15 años a mi vida.

Confecciono mi propia ropa. Compro maravillosas telas africanas con estampados de cera a vendedoras y telas vintage en el mercado de pulgas. Diseño las prendas y tengo un chico encantador que hace las costuras. Compro mis anillos y pulseras en el mismo mercado de pulgas todos los jueves: Old Spitalfields, en el este de Londres.

También hago estos “altares para el cuello”. Son mezclas culturales, santuarios a lo kitsch, a veces algo más profundo. Son muy, muy importantes para mí. Llevo años haciéndolos y probablemente tenga más de mil.

Tengo 83 años y unos pies terribles, así que llevo Crocs. Me encantan los Crocs. Los tengo de todos los colores y los adorno yo misma. Así que los Crocs se convierten en obras de arte.

“La gente me para y me dice: “Te ves increíble”. La gente es muy, muy amable. A veces, cuando camino por el mercado de Roman Road, en Londres, algunos jóvenes me dicen: “Ojalá mi abuela se vistiera así”. Lo acepto. De vez en cuando alguna persona realmente grosera, y suele ser un hombre, dice: “Ese es el camino al departamento de payasos.”

Hay demasiada cromofobia. Por el amor de Dios, no tengas miedo al color. Es tan bueno para el alma, es tan bueno para la salud mental, es tan bueno para la gente que te rodea. Si vistes de forma conservadora con colores apagados, empieza con un pañuelo, una pulsera, añade colores a tu atuendo y verás que te empieza a gustar.

No te preocupes por lo que está de moda y lo que no. No compres moda rápida que no es buena para el planeta ni para nadie. Empieza a ser un poco exigente con lo que te pones. Si puedes añadir algo de arte, compra joyas a un artista. Apoya a las pequeñas empresas, tiene mucho más sentido.

Siobhan Murphy, diseñadora de interiores

Cuando tenía 20 años, me vi inmersa en un mar de ropa negra. Al ser de talla grande, me costaba encontrar cosas que me gustaran, sobre todo en la calle. Ahora hay muchas más opciones e Internet me ha permitido encontrar a otras personas de talla grande a las que les gusta vestir con colores y estampados. Así que, en lugar de esconderme en colores oscuros y tonos más suaves, ahora me siento orgullosa de ocupar espacio y demostrar que se puede ser guapa tengas la talla que tengas.

No me siento como yo cuando veo fotos antiguas de mi pelo castaño natural. He experimentado con el azul y el verde, pero desde que probé el rosa no he vuelto atrás. También uso muchas pelucas. Me han cambiado el juego, porque pueden cambiar un look por completo.

Si tengo reuniones o un evento, preparo el conjunto la noche anterior. Las capas son la clave. El color y los estampados siguen siendo pilares inamovibles en mi armario, que cambia constantemente. No tengo básicos, pero sí toda una colección de medias de colores. Como Iris Apfel, disfruto con el arte de la yuxtaposición, mezclando prendas de diseño con tesoros de tiendas de segunda mano, delicias hechas a mano en Etsy, piezas vintage y hallazgos de la calle. Es hora de que los maximalistas pasen a primer plano. Esta forma de vestir tiene que ver con la diversión, la extravagancia y la expresión personal.

Zeena Shah, directora de arte y escritora

En 2020 empecé un reto de color en Instagram. Cada día pedía a mis seguidores que vistieran un color diferente: rojo los lunes, rosa los miércoles. Fue entonces cuando realmente me di cuenta del poder que tiene el color. Ahora vestirme por la mañana me da mucha alegría.

Me inclino por lo que me entusiasma ese día en mi armario o por el clima que hace. Suelo ceñirme a una fórmula, porque si no me vuelvo un poco loca. Tengo muchas capas de base monocolor, que son mis prendas básicas. Intento ceñirme a dos o tres colores. Por ejemplo, mi suéter tipo cárdigan verde brillante con ribetes azules, me lo pongo con pantalones azules y un bolso verde oscuro.

No hay reglas. Se trata de que te importe menos lo que piensen los demás. Una de mis manías es cuando alguien dice: “Oh, a mi hijo le encantaría eso”, y yo pienso: “Pero a mí también me encanta”. ¿Por qué la combinación de colores y texturas es sólo cosa de niños? Tienes que pensar en lo que te hace feliz. Tampoco tiene por qué ser demasiado excéntrico. Cambiar unos pantalones de mezclilla azules básicos por, por ejemplo, unos pantalones de mezclilla rosas son muy divertidos. O incluso puedes empezar cambiando los calcetines por un color más vivo. Se trata de ganar confianza en el color.

Tengo un poco de amor/odio con los análisis de color, ya que a menudo descartan ciertos colores y eso puede limitarte bastante. Pero puede animarte a probar algo nuevo. Las tendencias también pueden ser pasajeras, pero dan confianza para probar algo diferente. Todo el mundo busca la alegría. El mundo está loco, así que tenemos que encontrarla donde podamos.

Traducción: Ligia M. Oliver

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