¿Es ahora ‘Barbacoa’ Chérizier, el temido jefe de la banda, el hombre más poderoso de Haití?
Barbacoa, el líder de la banda G9, junto a sus compañeros de banda en Puerto Príncipe a principios de esta semana. Foto: Odelyn Joseph/AP

Los murales en que aparece Barbacoa Chérizier, en los paupérrimos barrios marginales haitianos que controla, lo comparan con el guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara.

En las entrevistas, se hace pasar por un Robin Hood caribeño temeroso de dios y celebra a luchadores por la libertad y agitadores como Fidel Castro, Thomas Sankara y Malcolm X.

“A mí también me gusta Martin Luther King”, le dijo el jefe de la banda haitiana Jimmy “Barbacoa” Chérizier al periodista del New Yorker Jon Lee Anderson cuando se conocieron el año pasado. “Pero a él no le gustaba luchar con armas, y yo lucho con armas”.

La asombrosa insurrección liderada por la banda contra el gobierno de Haití ha catapultado a Chérizier, un mafioso de 47 años, desenvuelto y con rifle en mano, a los titulares internacionales, un lugar que la historia sugiere que disfruta.

Durante los últimos cinco años, el forajido haitiano, que se ha erigido como el principal portavoz de la sublevación de las bandas contra el primer ministro Ariel Henry, ha recibido a una sucesión de reporteros extranjeros en sus dominios de gánster con la esperanza de justificar lo que él llama su noble, aunque sangrienta, cruzada para defender a los hambrientos y pobres urbanos de su país.

“No soy un ladrón. No estoy implicado en secuestros. No soy un violador. Sólo llevo a cabo una lucha social”, declaró Chérizier a Associated Press el año pasado, sentado frente a una casa agujereada por balas.

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En una entrevista de 2022 en Vice, Chérizier calificó a su ejército de pandilleros como una “estructura y fuerza sociopolítica que lucha en nombre de los vulnerables”.

Los expertos afirman que la verdad sobre Chérizier, más conocido simplemente como Babekyou (Barbacoa), es mucho más complicada y desagradable.

Nacido en la década de 1970, durante el reinado brutal y corrupto de Baby Doc Duvalier, Chérizier ha dicho anteriormente que era uno de ocho hermanos y que perdió a su padre a los cinco años. Creció en Delmas, una de las comunidades marginales de Puerto Príncipe que ahora dirige, y su madre vendía pollo frito en las calles.

Según cuenta Chérizier, fue la ocupación de su madre la que le valió el apodo de Barbacoa, aunque muchos afirman que el hábito de incinerar a sus víctimas era la verdadera razón.

Antes de establecerse como el capo mafioso más influyente de Haití, Chérizier fue miembro de la policía nacional del país. Trabajó para la Unité départementale de maintien d’ordre, un escuadrón antidisturbios cuyos miembros han sido acusados de matar a tiros a manifestantes.

El lema de la policía haitiana es “proteger et servir: proteger y servir”. Pero Chérizier, que también ha expresado públicamente su admiración por François “Papa Doc” Duvalier, el padre de Baby Doc, parece no haber honrado esos valores.

Fue expulsado del cuerpo en 2018 por su presunta implicación en una letanía de crímenes, incluida una horrible masacre ese año en un barrio llamado La Saline en la que murieron 71 personas, siete mujeres fueron violadas y 400 casas incendiadas.

Chérizier, que lidera una alianza de bandas denominada Familia G9 y Aliados, ha negado haber cometido delitos. Pero el expolicía ha sido sancionado tanto por Estados Unidos como por la ONU por sus presuntos crímenes. El G9 controla algunas de los barrios más grandes de Puerto Príncipe y las arterias viales más importantes, lo que ha permitido a Chérizier paralizar al país en varias ocasiones, cortando el suministro de gasolina y obligando a cerrar escuelas y hospitales.

“Es un empresario criminal”, afirmó Louis-Henri Mars, director de la organización haitiana sin fines de lucro Lakou Lapè.

“En 2020 algunos constructores de la paz y yo fuimos a verlo para pedirle que detuviera sus asaltos en el barrio de Bel Air (en Puerto Príncipe) e hizo algunas promesas”, añadió Mars. “Pero aun así siguió quemando las casas de la gente. Te escucha, pero al final hace lo que más le conviene”.

En declaraciones al Financial Times, Mars comparó al gánster con un volcán, constantemente a punto de hacer erupción. “Tiene cierto carisma, es un pensador, pero también es un individuo violento”.

Como muchos jefes del crimen haitiano, Chérizier es también un hombre con conexiones políticas de alto nivel. Se rumoreaba que era cercano al expresidente Jovenel Moïse, cuyo asesinato en 2021 preparó el camino para el caos actual.

Algunos sospechan que Chérizier tiene aspiraciones políticas propias.

“Barbacoa Chérizier es atractivo y realmente es un político natural… cuando lo conocí, supe enseguida que era una fuerza para tener en cuenta”, escribió el corresponsal de Sky News Stuart Ramsay tras su encuentro de 2023.

“Se ve a sí mismo como un revolucionario que lucha contra la oscura corrupción del gobierno y los empresarios oligarcas, pero no se equivoquen, es un gánster hecho y derecho”.

Diego Da Rin, especialista en Haití del International Crisis Group, dijo que el intento de Barbacoa Chérizier de pintarse a sí mismo como un compasivo, aunque férreo defensor del gueto no carecía totalmente de base. “Hace regalos a las mujeres el Día de las Madres. Da dinero a las familias que no tienen medios para enviar a sus hijos a la escuela. Pero la gente es consciente de que él es (también) uno de los principales responsables de la pesadilla que están viviendo”, dijo Da Rin.

Esa pesadilla alcanzó nuevas profundidades esta semana después de que Chérizier anunciara que dirigía un asalto masivo de bandas contra el gobierno de Henry, y ordenara a sus pistoleros que salieran a las calles a sembrar el caos. Desde que comenzaron los ataques el 29 de febrero, los delincuentes han quemado decenas de comercios y comisarías de policía, han obligado a cerrar el aeropuerto internacional, han liberado de la cárcel a miles de aguerridos delincuentes y han sitiado el puerto.

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Henry, que se encontraba en África cuando comenzó la revuelta, no ha dicho nada y no ha podido regresar a su país.

“Desgraciadamente, Barbacoa Chérizier es ahora el hombre más poderoso de Haití”, declaró Judes Jonathas, consultor independiente residente en Puerto Príncipe.

Traducción: Ligia M. Oliver

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