La pérdida mundial de selva tropical continúa a un ritmo de 10 campos de fútbol por minuto
Bosque quemado en el área de conservación Ñembi Guasu en Charagua, Bolivia. La expansión del cultivo de soya provocó un aumento de la pérdida de bosques por tercer año consecutivo en Bolivia. Foto: David Mercado/Reuters

Incluso con los grandes avances registrados en Brasil y Colombia, la deforestación y pérdida de selva tropical provocada por la agricultura sigue arrasando cada minuto una superficie casi igual a la de Suiza.

La destrucción de las selvas tropicales más vírgenes del mundo continuó a un ritmo implacable en 2023, a pesar de los drásticos descensos en la pérdida de bosques en la Amazonia brasileña y colombiana, según muestran nuevas cifras.

El año pasado se taló un área de selva tropical casi del tamaño de Suiza, con un total de 37 mil km2, según las cifras recopiladas por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la Universidad de Maryland. Esto supone un ritmo de 10 campos de fútbol por minuto, a menudo debido al aumento de los cultivos agrícolas en todo el mundo.

Aunque Brasil y Colombia registraron grandes descensos en la pérdida de bosques y selva tropical, del 36% y el 49% respectivamente, bajo las políticas medioambientales de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, esos descensos se vieron compensados por grandes aumentos en Bolivia, Laos, Nicaragua y otros países.

Canadá también experimentó una pérdida récord de bosques debido a los incendios, perdiendo más de 8 millones de hectáreas.

Mikaela Weisse, directora de Global Forest Watch en el WRI, declaró: “El mundo dio dos pasos adelante y dos pasos atrás en lo que se refiere a la pérdida de bosques de este último año”.

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Gráfico de The Guardian. Fuente: Instituto de Recursos Mundiales. Nota: los países nombrados son aquellos con mayor pérdida en 2023.

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“Los fuertes descensos en la Amazonia brasileña y Colombia demuestran que es posible progresar, pero el aumento de la pérdida de bosques y selva tropical en otras zonas ha contrarrestado en gran medida ese progreso”, dijo. “Debemos aprender de los países que están frenando con éxito la deforestación”.

Los cambios en el uso del suelo, de los que la deforestación es un componente central, son la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y uno de los principales motores de la pérdida de biodiversidad. Preservar los bosques tropicales es esencial para limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, según los investigadores.

Los expertos han advertido que la continua deforestación y pérdida de selva tropical significa que los gobiernos están peligrosamente lejos de cumplir sus compromisos en materia de clima y biodiversidad. En la conferencia sobre el clima COP28 celebrada en Dubái, los gobiernos acordaron la necesidad de detener y revertir la pérdida y degradación de los bosques para 2030, tras el compromiso de los líderes mundiales en la COP26 celebrada en Glasgow de poner fin a su destrucción esta década.

Pero las nuevas cifras de pérdida de selva tropical muestran que el mundo está muy lejos de cumplir este objetivo, con escasos cambios en la pérdida global de bosques desde hace varios años.

Aunque Brasil ha desacelerado considerablemente su ritmo de pérdida de bosques, sigue siendo uno de los tres países que más selvas primarias pierden, junto con la República Democrática del Congo y Bolivia. Juntos, representaban más de la mitad de la destrucción mundial total.

Bolivia registró un gran aumento en la pérdida de bosques y selva tropical por tercer año consecutivo, a pesar de tener menos de la mitad de bosque que otros grandes países con selvas tropicales como la República Democrática del Congo e Indonesia, impulsado en gran medida por la expansión del cultivo de soya.

En 2023, Laos y Nicaragua perdieron gran parte de la selva virgen que les quedaba, talando un 1.9% y un 4.2% respectivamente en un solo año, lo que, según los investigadores, se debe a que los bosques muy fragmentados de los países que ya han sido objeto de talas extensivas suelen desaparecer con mayor rapidez.

En Laos, la expansión agrícola está siendo impulsada por la demanda de productos básicos por parte de China, mientras que, en Nicaragua, la ganadería y la expansión de la agricultura tienen la culpa.

A pesar de la falta de progreso general en las cifras para 2023, los investigadores afirmaron que el mundo podría aprender de los ejemplos de Brasil y Colombia para cumplir los objetivos de deforestación.

El profesor Matthew Hansen, especialista en teledetección del Departamento de Geografía de la Universidad de Maryland, afirmó: “Realmente creo que la única forma de mantener los bosques en pie es un fondo de compensación para conservar las selvas tropicales”.

“Alemania ha presentado el ‘Fair Deal’, que pretende pagar de esta manera a los países con selvas tropicales. Noruega se ha comprometido con Gabón de forma similar, utilizando como medida el embargo de carbono. Si se combina este enfoque con una gobernanza sólida y la participación de la sociedad civil, podría funcionar”, afirmó.

Más información sobre The age of extinction aquí, y sigue a los reporteros de biodiversidad Phoebe Weston y Patrick Greenfield en X para conocer las últimas noticias y reportajes.

Traducción: Ligia M. Oliver

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