Taiwán se compromete a retirar 760 estatuas del dictador chino Chiang Kai-shek
El gobierno del general Chiang Kai-shek está siendo investigado en Taiwán Foto: Vincent Yu/AP

El partido en el poder sigue adelante con sus planes de eliminar las estatuas del dictador Chiang Kai-shek, una medida que la oposición considera un intento de desinización de Taiwán.

El gobierno de Taiwán se comprometió a retirar casi 800 estatuas de Chiang Kai-shek, el dictador militar chino que gobernó la isla durante décadas bajo la ley marcial, pero cuyo legado sigue siendo un punto de polémico debate.

En 2018, el gobierno creó un comité de justicia transicional para investigar el mandato del antiguo generalísimo, que fue presidente de la República de China (ROC), en China y luego en Taiwán, hasta su muerte en 1975. Entre las recomendaciones figuraba la de retirar los miles de estatuas del dictador Chiang Kai-shek de los espacios públicos.

El lunes, ante la asamblea legislativa de Taiwán, Shih Pu, funcionario del gabinete, declaró que el Ministerio del Interior retiraría rápidamente las 760 que aún quedaban. La promesa respondía a las críticas de que el gobierno no estaba actuando con suficiente rapidez.

Taiwán está salpicado de estatuas de Chiang Kai-shek, y durante años el gobierno y la sociedad se han enfrascado en un debate sobre qué hacer con ellas, en particular con la más grande, situada en el interior del monumento conmemorativo de Chiang Kai-shek en Taipéi. Muchas ya han desaparecido, a menudo trasladadas a un parque del norte de Taipéi, famoso ahora por la gran cantidad de imágenes de Chiang colocadas en su terreno.

El lunes Shih declaró que los militares, en particular, habían tardado en aceptar las subvenciones concedidas como incentivo para retirar las estatuas de Chiang Kai-shek.

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“El Ministerio de Defensa ha dicho que hay que tener en cuenta la tradición militar”, declaró Shih a la asamblea legislativa.

El ministro de Defensa declaró la semana pasada que era tradición militar de la República de China honrar a Chiang, que había fundado sus academias de entrenamiento en China y luego en Taiwán, y que consideraba que las instalaciones militares eran propiedad privada, informó el South China Morning Post.

La promesa de retirar las estatuas restantes de Chiang Kai-shek se produce tras las demandas para que se avance en la estancada decisión sobre una estatua de Chiang en Taipéi de más de seis metros de altura y protegida por una guardia de honor de la policía militar.

El debate sobre el legado de Chiang está dividido en gran medida por líneas partidistas, con el gobernante Partido Democrático Progresista promoviendo la separación de los homenajes que todavía persisten, mientras que el Partido KMT de Chiang, ahora de oposición, les acusa de querer borrar la historia.

El legado de Chiang ha sido durante mucho tiempo un punto de discordia política en Taiwán. Al final de la guerra civil china en 1949, Chiang, el KMT y millones de seguidores huyeron derrotados a Taiwán. Chiang estableció el gobierno de la República de China en el exilio y gobernó la población de Taiwán bajo una brutal ley marcial durante décadas, hasta su muerte en 1975, cuando el poder fue transferido a su hijo. Se calcula que al final de la ley marcial, en 1987, 140 mil personas habían sido encarceladas y entre 3 mil y 4 mil ejecutadas por oposición real o sospechada al KMT.

Pero algunos taiwaneses afirman que ese legado debe valorarse con los éxitos de Chiang, señalando que también supervisó el camino de Taiwán hacia la prosperidad económica, luchó contra comunistas y japoneses y fundó las academias militares de Taiwán. El KMT sigue siendo un partido político importante.

El Partido Democrático de Taiwán (DPP) ha sido acusado de tratar de “desinizar” Taiwán al presionar para poner fin a los homenajes de Chiang. El partido es partidario de la soberanía de Taiwán, a diferencia del KMT, que sigue defendiendo los lazos históricos y culturales de Taiwán con China. El KMT también ha expresado su oposición a la comisión de justicia transicional y a sus conclusiones adversas contra el partido.

Hsu Yu-chien, subdirector de Asuntos Internacionales del KMT, declaró que Taiwán es una sociedad diversa y que el DPP no debería “imponer su ideología”.

“Creemos que es muy importante que el actual gobierno contemple más la memoria histórica de los diversos grupos de personas”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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