Las algas verdeazuladas tienen mala fama, pero estamos en deuda con ellas
Pelícanos blancos alimentándose durante una floración de algas de cianobacterias en el lago Elsinore, California. Foto: David McNew/Getty Images

Las algas verdeazuladas, o cianobacterias, se presentan de muchas formas y suelen tener mala fama, sobre todo porque cinco de las 2 mil especies identificadas pueden producir algunas de las toxinas más mortíferas conocidas por la ciencia.

Sin embargo, las algas verdeazuladas son uno de los organismos más antiguos del mundo, con 2 mil 100 millones de años, y tenemos una deuda de gratitud con ellas.

Las cianobacterias fueron los primeros organismos en realizar la fotosíntesis, convirtiendo el dióxido de carbono en oxígeno. Son responsables de la creación de la atmósfera rica en oxígeno que permitió el florecimiento de la vida en la Tierra y la evolución de los seres humanos.

En sus incontables billones, en casi todos los entornos donde hay agua, incluso en las rocas húmedas de los desiertos, las algas verdeazuladas continúan prestando este valioso servicio, manteniendo la atmósfera segura para que los mamíferos podamos respirar.

Pero en aguas ricas en nutrientes, creadas por residuos agrícolas o aguas residuales vertidas en ríos y lagos, las algas verdeazuladas se multiplican rápidamente, sobre todo con resolana. Esto es peligroso en aguas tranquilas, donde forman densas capas de espuma que privan de oxígeno a las aguas inferiores, matando a los peces.

En algunas circunstancias, las algas verdeazuladas también crean toxinas que pueden envenenar a los animales y seres humanos que las beben. Sólo las pruebas de laboratorio pueden determinar si estas algas son tóxicas, pero se recomienda a quien las vea que las evite y notifique su presencia.

Traducción: Ligia M. Oliver

No te pierdas: Orangután se cura herida con hierbas medicinales; primera vez que un animal salvaje lo hace

Síguenos en

Google News
Flipboard
La-Lista Síguenos en nuestras redes sociales