El telescopio Euclid espía planetas errantes flotando libres en la Vía Láctea
Imagen de Euclid de Messier 78, un vibrante vivero estelar envuelto en polvo interestelar. Foto: Esa/Euclid/Euclid Consortium/Nasa

Tras girar el telescopio espacial Euclid para observar una región distante de la Vía Láctea, astrónomos descubrieron docenas de planetas errantes que flotan libres de sus estrellas.

Los mundos errantes fueron observados en las profundidades de la nebulosa de Orión, una gigantesca nube de polvo y gas situada a mil 500 años luz de distancia, y descritos en los primeros resultados científicos anunciados por los investigadores de la misión Euclid.

La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó el pasado verano el observatorio de mil millones de euros (18 mil 73 millones 231 mil 359 pesos), en una misión de seis años para crear un mapa tridimensional del cosmos. Armados con sus imágenes, los científicos esperan comprender mejor el misterioso 95% del universo que queda sin explicar.

Según las teorías de los astrónomos, la mayor parte del universo se compone de materia oscura, una sustancia invisible que se adhiere alrededor de las galaxias y se comporta como un pegamento cósmico, y de energía oscura, de la que se dice que impulsa la expansión acelerada del universo.

La primera oleada de resultados científicos procede de sólo 24 horas de observaciones, que revelaron 11 millones de objetos en luz visible y 5 millones en infrarrojos. Junto con los planetas errantes, los investigadores describen nuevos cúmulos estelares, galaxias enanas y galaxias muy distantes y brillantes de los primeros mil millones de años del universo.

Una ráfaga de nuevas imágenes procedentes de las mismas observaciones son las de mayor tamaño jamás tomadas en el espacio y demuestran las impresionantes y extensas vistas que los astrónomos pueden anticipar de Euclid en los próximos años. Entre las imágenes publicadas el jueves se encuentra una impresionante de Messier 78, una vibrante guardería estelar envuelta en polvo interestelar, que revela complejos filamentos de gas y polvo con un detalle sin precedentes.

“Las imágenes que he visto me han dejado absolutamente asombrado”, declaró el profesor Mark Cropper, científico principal de la cámara VIS de Euclid en la UCL. “No son sólo imágenes bonitas, sino que están repletas de nueva información”.

Una de las imágenes recién publicadas muestra a Abell 2390, un gigantesco conglomerado de más de 50 mil galaxias similares a la Vía Láctea. Estos cúmulos de galaxias contienen hasta 10 billones de veces más masa que el Sol, gran parte de la cual se cree que es materia oscura esquiva. Otra imagen del cúmulo de galaxias Abell 2764 revela cientos de galaxias orbitando dentro de un halo de materia oscura.

Otras imágenes captan NGC 6744, una de las galaxias espirales más grandes del universo cercano, y el grupo de galaxias Dorado, donde las galaxias en evolución y fusión producen estructuras en forma de concha y enormes colas de marea curva. 

Los planetas errantes detectados por Euclid tienen unos 3 millones de años, por lo que se les considera jóvenes en la escala cósmica. Son al menos cuatro veces más grandes que Júpiter y se detectaron gracias al calor que emiten. Los astrónomos saben que flotan libremente porque están muy lejos de las estrellas más cercanas. Están destinados a vagar por la galaxia a menos que encuentren una estrella que los ponga en órbita.

“El hecho de que hayamos realizado unas pocas observaciones y hayamos visto estos planetas significa que si profundizamos y observamos zonas más amplias, como haremos, veremos una plétora de planetas y aprenderemos mucho más sobre la formación de planetas”, afirmó Christopher Conselice, profesor de astronomía extragaláctica de la Universidad de Manchester.

Ya se habían descubierto planetas errantes, pero no a esta escala. Al estudiarlos en número, los astrónomos esperan comprender mejor los mecanismos que pueden expulsarlos de sus primeros sistemas solares. “Esto es sólo el principio, queda mucho por hacer”, añade Conselice. “Es un gran momento para trabajar en Euclides y en la astronomía en general”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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