‘Eco-ansiedad’: el miedo a la catástrofe ambiental agobia a los jóvenes
Aunque no es una enfermedad que se pueda diagnosticar, los expertos señalan que la ansiedad climática está aumentando en todo el mundo.
Aunque no es una enfermedad que se pueda diagnosticar, los expertos señalan que la ansiedad climática está aumentando en todo el mundo.
La crisis climática está cobrando un precio cada vez mayor en la salud mental de niños y jóvenes, advirtieron los expertos.
Es probable que los crecientes niveles de “eco-ansiedad“, el miedo crónico a la catástrofe ambiental, sean subestimados y dañinos para muchos a largo plazo, dijeron expertos en salud pública.
Mala Rao y Richard Powell, del Departamento de Atención Primaria y Salud Pública del Imperial College de Londres, publicaron en el British Medical Journal que la eco-ansiedad “tiene el riesgo de agravar las desigualdades sociales y de salud entre las personas más o menos vulnerables a estos impactos psicológicos”.
Aunque todavía no se considera como una enfermedad que se pueda diagnosticar, el reconocimiento de la eco-ansiedad y sus complejos efectos psicológicos está aumentando, al igual que su impacto “desproporcionado” en los niños y jóvenes, dijeron los expertos.
En su artículo señalan que una encuesta realizada en 2020 entre psiquiatras infantiles en Inglaterra muestra que más de la mitad (57%) atiende a niños y jóvenes angustiados por la crisis climática y el estado del medio ambiente.
Un reciente estudio internacional sobre la ansiedad climática en jóvenes de entre 16 y 25 años reveló que la carga psicológica de la crisis climática estaba “afectando profundamente a un gran número de estos jóvenes en todo el mundo“, añadieron.
Rao y Powell instaron a los líderes mundiales a “reconocer los retos que tenemos por delante, la necesidad de actuar ahora y el compromiso necesario para crear un camino hacia un futuro más feliz y saludable, sin dejar a nadie atrás”.
La investigación ofreció una visión sobre cómo las emociones de los jóvenes estaban relacionadas con sus sentimientos de traición y abandono por parte de los gobiernos y los adultos, señalaron. Consideraban que los gobiernos no respondían de forma adecuada, dejando a los jóvenes “sin futuro” y a la “humanidad condenada”.
Su alerta se produce una semana después de que Greta Thunberg exhortó a los líderes mundiales, desestimando sus promesas de combatir la emergencia climática como “bla, bla, bla”.
En abril, citó a Boris Johnson, quien utilizó burlonamente la frase “abrazar conejos” para describir el activismo climático. Thunberg dijo: “No se trata de un acto ecológico, costoso y políticamente correcto de abrazar conejos“.
De acuerdo con la ONU, para 2030 se espera que las emisiones de carbono aumenten 16%, en lugar de reducirse a la mitad, que es el recorte que se necesita para mantener el calentamiento global por debajo del límite acordado internacionalmente de 1.5°C.
Rao y Powell señalaron que era importante considerar qué se podía hacer para aliviar los crecientes niveles de ansiedad climática.
“La mejor oportunidad para incrementar el optimismo y la esperanza en los jóvenes y adultos eco-ansiosos es garantizar que tengan acceso a la mejor y más fiable información sobre la mitigación y la adaptación al clima“, comentaron. “Es particularmente importante la información sobre cómo podrían conectarse más firmemente con la naturaleza, contribuir a decisiones más ecológicas a nivel individual y unir fuerzas con comunidades y grupos con ideas afines”.
Por otra parte, un nuevo estudio también publicado en el BMJ sugiere que cambiar el comportamiento poco saludable podría ser la clave para lograr una emisión de gases de efecto invernadero de neto cero en 2050.
Theresa Marteau, de la Universidad de Cambridge, señaló que la innovación tecnológica por sí sola sería insuficiente.
Adoptar una dieta basada principalmente en productos vegetales y realizar la mayoría de los desplazamientos combinando el caminar, la bicicleta y el transporte público reduciría sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y mejoraría la salud, comentó Theresa Marteau.