Miles de palestinos huyen del campamento de refugiados de Yenín después de la gran incursión israelí
El vicegobernador indica que se han marchado alrededor de 3 mil personas, que se alojarán en escuelas y refugios, mientras los Estados árabes condenan la operación militar.
El vicegobernador indica que se han marchado alrededor de 3 mil personas, que se alojarán en escuelas y refugios, mientras los Estados árabes condenan la operación militar.
Varios miles de palestinos han huido de sus hogares en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de la Cisjordania ocupada, tras el lanzamiento de la mayor operación militar israelí en la zona en dos décadas, informan las autoridades palestinas.
“Alrededor de 3 mil personas han abandonado el campamento hasta el momento”, comentó el vicegobernador de Yenín, Kamal Abu al-Roub, a la agencia de noticias AFP el martes, añadiendo que se estaban tomando medidas para alojar a los refugiados en escuelas y otros refugios ubicados en la ciudad de Yenín.
El servicio de rescate de la Media Luna Roja palestina proporcionó la misma cifra e indicó que esperaba que continuara el éxodo, en medio de las sugerencias de Israel de que la Operación Casa y Jardín, que comenzó en las primeras horas del lunes, podría durar varios días más.
UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, señaló que muchas personas del campamento necesitaban alimentos, agua potable y leche en polvo, mientras los combates se intensificaban por segundo día consecutivo.
Se registraron filas de varias horas en los retenes de la autopista 60 –la principal ruta norte-sur de Cisjordania–, mientras las personas que intentaban acceder o salir de Yenín, entre ellas al menos una ambulancia, se veían obligadas por momentos a tomar carreteras en las montañas sin pavimentar.
El Ministerio de Salud palestino informó que al menos 10 personas habían muerto y 100 habían resultado heridas, 20 de ellas de gravedad, desde que Israel lanzó una serie de ataques con drones y envió hasta 2 mil soldados de infantería, apoyados por excavadoras blindadas y francotiradores en los techos de los edificios, a la ciudad y su campamento de refugiados.
Con Israel en alerta por posibles ataques de represalia, la policía israelí informó el martes que un automovilista causó la muerte de seis personas en un atropellamiento en Tel Aviv, después de haber perpetrado un presunto ataque con arma blanca. La policía indicó que se trataba de un ataque terrorista. Un civil armado abatió al presunto atacante en el lugar de los hechos, según informó la policía a la emisora israelí Army Radio. Posteriormente, el jefe de la policía de Tel Aviv indicó que el sospechoso era un palestino de Cisjordania.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) señalaron que la operación de Yenín tenía como objetivo un importante centro de comando de militantes palestinos, y que Israel lanzó un ataque aéreo en la tarde del lunes cerca de una mezquita del campamento que, según informó el ejército, la estaban utilizando hombres armados palestinos.
El campamento de Yenín fue creado en la década de 1950 para albergar a los refugiados que huyeron de sus hogares en 1948 tras la creación del Estado de Israel. La zona, semejante a un gueto y asolada por la pobreza, ha sido desde hace mucho tiempo un hervidero de lo que los palestinos consideran una resistencia armada y los israelíes, terrorismo.
Roub comentó que alrededor de 18 mil palestinos vivían en el abarrotado campamento, aunque se desconoce la cifra exacta. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos sitúa la cifra en 14 mil personas, mientras que los datos oficiales de Palestina del año 2020 indican que el campamento alberga a 12 mil personas.
Cientos de militantes armados de diversos grupos, entre ellos Hamás, la Yihad Islámica y Fatah, tienen su base ahí, y la Autoridad Palestina semiautónoma, considerada por muchos palestinos como un subcontratista dependiente de la seguridad israelí, tiene poca presencia.
Las Brigadas de Yenín, una unidad compuesta por hombres armados de distintas facciones, han sido acusadas de varios ataques terroristas perpetrados contra israelíes conforme se ha ido deteriorando la situación de seguridad en Israel y Cisjordania. En los últimos 18 meses se ha registrado el peor derramamiento de sangre en las dos zonas desde que terminó la segunda intifada, o levantamiento palestino, en 2005.
La Operación Casa y Jardín ha suscitado comparaciones con las tácticas militares que Israel empleó durante aquella guerra y se lleva a cabo en un momento de creciente presión política para que se responda con dureza a los recientes ataques perpetrados contra colonos israelíes, entre ellos el tiroteo del mes pasado en el que murieron cuatro israelíes.
Los sucesos del lunes elevan a 133 el número de palestinos asesinados en Cisjordania este año. Un total de 24 ciudadanos israelíes han muerto, y en una operación sorpresa israelí de cinco días de duración en la bloqueada Franja de Gaza murieron otros 34 palestinos y un israelí.
Los palestinos y tres países árabes que mantienen relaciones normales con Israel –Jordania, Egipto y Emiratos Árabes Unidos– condenaron la incursión, al igual que la Organización de Cooperación Islámica, integrada por 57 países.
La Casa Blanca señaló que defendía el derecho de Israel a la seguridad y que estaba monitoreando atentamente la situación en Cisjordania.
En el Reino Unido, la ministra de Relaciones Exteriores, Anne Marie Trevelyn, pidió a Israel que mostrara proporcionalidad y moderación, pero no lo instó a detener la operación, cuando respondió una pregunta urgente de la Cámara de los Comunes. Trevelyn comentó que al gobierno británico le preocupaba profundamente el ciclo de violencia que existía en la región y añadió que se buscaría reducir la violencia en una reunión con el embajador de Israel.
La presidenta conservadora del comité selecto de asuntos exteriores del Reino Unido, Alicia Kearns, advirtió que el mundo se encontraba al borde de una tercera intifida y pidió apoyo para las iniciativas diplomáticas encaminadas a poner fin a la violencia.
Los dirigentes palestinos de Cisjordania convocaron una reunión de emergencia a última hora del lunes y anunciaron que interrumpirían sus ya limitados diálogos con Israel. Los dirigentes señalaron que se mantendría la suspensión de la coordinación en materia de seguridad y prometieron intensificar la actividad contra Israel en la ONU y en los organismos internacionales. También tenían planeado minimizar sus contactos con Estados Unidos.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, defendió la incursión alegando que en los últimos meses Yenín se había convertido en un “lugar seguro para el terrorismo”. Indicó que iba a poner fin a esta situación con el “mínimo daño para los civiles”.
El enviado de la ONU para Medio Oriente, Tor Wennesland, comentó que la escalada en Cisjordania era “muy peligrosa”. Cuando se preguntó al vocero de la ONU, Farhan Haq, por los ataques israelíes con drones lanzados contra zonas residenciales, este respondió: “Los ataques contra zonas densamente pobladas constituyen violaciones del derecho internacional humanitario”.
El contralmirante Daniel Hagari, principal vocero militar de Israel, señaló que Israel lanzó la operación debido a los casi 50 ataques que se habían perpetrado desde Yenín en el último año. Hagari añadió que se esperaba que la incursión durara hasta tres días, y que Israel no tenía intención de retener el terreno en Yenín ni en ninguna zona que estuviera bajo la supuesta jurisdicción de la Autoridad Palestina.
Yenín y la cercana Nablús han sido los principales objetivos de la operación Breakwater de Israel, que ya ha durado más de un año, y que ha implicado incursiones casi nocturnas y algunos de los combates más encarnizados librados en Cisjordania desde la segunda Intifada. Los ataques justicieros de colonos israelíes asentados en Cisjordania contra pueblos palestinos también están aumentando en escala y alcance.
A pesar del incremento de la actividad militar, se ha deteriorado la situación de seguridad y los ataques palestinos son cada vez más letales: el mes pasado murieron cuatro israelíes en una gasolinería en Cisjordania.
Con agencias.