Promulgan en Uganda ley anti-LGBTQ+ que incluye pena de muerte
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó la ley anti-LGBTQ+ más severa del mundo, que permite la imposición de la pena de muerte.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó la ley anti-LGBTQ+ más severa del mundo, que permite la imposición de la pena de muerte.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó la ley anti-LGBTQ+ más severa del mundo, que permite la imposición de la pena de muerte por actos sexuales entre personas del mismo sexo.
La medida inmediatamente suscitó la condena de muchos ugandeses, así como una amplia protesta internacional. El gobierno británico indicó que estaba consternado por el proyecto de ley “sumamente discriminatorio”, del que dijo que “dañará la reputación internacional de Uganda”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, condenó el hecho como “vergonzoso” y “trágica violación de los derechos humanos universales”. Señaló que Washington estaba considerando la posibilidad de imponer “sanciones y restringir la entrada a Estados Unidos a cualquier persona implicada en graves violaciones de los derechos humanos”, lo que sugiere que los funcionarios ugandeses podrían enfrentarse a repercusiones.
A primera hora del lunes, la presidenta del parlamento de Uganda, Anita Annet Among, hizo público un comunicado en las redes sociales en el que confirmó que Museveni había aprobado la ley, aprobada inicialmente por los diputados en marzo. La ley impone la pena de muerte o cadena perpetua para “determinados actos homosexuales”, hasta 20 años de prisión por “captación, promoción y financiamiento” de “actividades” de la comunidad, y cualquier persona condenada por “tentativa de homosexualidad agravada” se enfrentará a una pena de 14 años de prisión.
Calificada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, como “escandalosa y discriminatoria”, a excepción de dos de los 389 diputados, el proyecto de ley fue aprobado el 21 de marzo. Museveni disponía de 30 días para promulgar la ley, regresarla al parlamento para su revisión o vetarla. Museveni la remitió de nuevo a los diputados en abril, con una petición de revisión. El proyecto se habría convertido en ley igualmente sin la aprobación del presidente si este lo hubiera regresado por segunda vez.
Among escribió en Twitter en la mañana del lunes: “El presidente… aprobó la Ley contra la Homosexualidad. Como parlamento de Uganda, hemos respondido las peticiones de nuestro pueblo. Legislamos para proteger la santidad de (la) familia”.
“Nos hemos mantenido firmes para defender nuestra cultura y (las) aspiraciones de nuestro pueblo”, señaló, agradeciendo a Museveni su “firme actuación en beneficio de Uganda”.
La presidenta del parlamento señaló que los diputados soportaron la presión de los “matones y los teóricos de conspiraciones del Juicio Final” y pidió a los tribunales que empezaran a aplicar las nuevas leyes.
Martin Ssempa, uno de los principales promotores del proyecto de ley, lo describió como una victoria frente a Estados Unidos y Europa, y sugirió que Uganda debía luchar contra los grupos que luchan contra el VIH. Ssempa señaló: “El presidente demostró un gran valor al desafiar la intimidación de estadounidenses y europeos. No les daremos dinero por esa intimidación. Ellos te intimidan y amenazan”.
En un comunicado conjunto, los responsables del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, ONUSIDA y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del SIDA (PEPFAR) reaccionaron con “profunda preocupación” y señalaron que los avances logrados en la lucha contra el SIDA y el VIH “ahora corren un grave peligro”.
“El estigma y la discriminación asociados a la promulgación de la ley ya han provocado un menor acceso a los servicios de prevención, así como de tratamiento. La confianza, la confidencialidad y la ausencia de estigmas son esenciales para cualquier persona que busque atención médica”, se indicó en el comunicado.
“Las personas LGBTQI+ de Uganda cada vez temen más por su seguridad, y se les disuade de acudir a servicios de salud vitales por el temor a los ataques, los castigos y una mayor marginación”, añadió la declaración, firmada por Peter Sands, Winnie Byanyima y John Nkengasong.
Museveni ha sido condenado enérgicamente. En un comunicado de la ONU se leía: “Nos consterna que el severo y discriminatorio proyecto de ley antigay ahora sea ley. Es una fórmula para la violación sistemática de los derechos de las personas LGBT y de la población en general. Es contraria a la Constitución y a los tratados internacionales y exige una revisión judicial urgente”.
Ashwanee Budoo-Scholtz, subdirectora para África de Human Rights Watch, señaló: “La promulgación del proyecto de ley contra la homosexualidad por parte de Museveni constituye un duro golpe para el derecho a la libertad de expresión y asociación en Uganda, donde en lugar de ser restringidos deberían ser reforzados”.
“La ley es discriminatoria y supone un paso en la dirección equivocada para la protección de los derechos humanos de todas las personas de la región”, añadió.
Una ley antigay promulgada en 2014 también suscitó críticas internacionales generalizadas y, posteriormente, el Tribunal Constitucional de Uganda la anuló por motivos relacionados con los procesos.
“La decisión del presidente Museveni de promulgar la Ley contra la Homosexualidad de 2023 es muy preocupante”, indicó Steven Kabuye, activista de derechos humanos en Kampala. “Esta ley viola derechos humanos básicos y sienta un peligroso precedente de discriminación y persecución contra la comunidad LGBTQ+ en Uganda”.
“Como hemos observado en el pasado, este tipo de leyes pueden conducir al aumento de la violencia, el acoso y la marginación de grupos que ya de por sí son vulnerables. Es importante que nos mantengamos unidos en solidaridad con la comunidad LGBTQ+ de Uganda y de todo el mundo y luchemos contra la intolerancia y el odio”, acotó.
Solo en febrero, 110 personas de la comunidad LGBTQ+ de Uganda denunciaron al grupo de defensa Sexual Minorities Uganda (Smug) incidentes como detenciones, violencia sexual, desalojos y actos de desnudez forzada en público. Las personas transgénero se vieron desproporcionadamente afectadas, indicó el grupo.
“¡Es una ilusión suponer que un instrumento legislativo falso borrará la existencia de las personas LGBTQI+ en Uganda!”, escribió en Twitter Sarah Kasande, abogada y activista de derechos humanos residente en la ciudad de Kampala. “Los homosexuales son ugandeses, pertenecen a Uganda. ¡Ninguna tonta ley cambiará eso jamás!”.
Edna Ninsiima, editora y crítica social, comentó: “A todos nos debería preocupar que nuestra homofobia colectiva como país culmine, una vez más, en la aprobación por parte del Estado de una autorización para el odio y la deshumanización”.
El 17 de abril, un tribunal de la ciudad oriental de Jinja les denegó la libertad bajo fianza a seis personas que trabajaban para organizaciones de asistencia médica y que habían sido acusadas de “formar parte de una red sexual delictiva”. La policía de Uganda confirmó que sometió a las seis personas a exámenes anales forzosos y que les realizó pruebas de VIH.
Museveni afirmó en marzo que su gobierno intentaba resistirse a los esfuerzos occidentales de “normalizar” lo que denominó “desviaciones”. “Los países occidentales deberían dejar de perder el tiempo de la humanidad intentando imponer sus prácticas a otras personas”, señaló.
Los activistas tienen previsto solicitar al tribunal que anule la legislación discriminatoria: “Por supuesto, vamos a manifestarnos ante el tribunal e impugnar esta severa ley de todas las formas posibles”, indicó Kabuye.