Los delincuentes explotan la angustia de familiares de enfermos de covid-19
Una estampa cada vez más común ante la pandemia del Covid en México. Foto: JoséPazos/EFE.

Por Jennifer GONZALEZ COVARRUBIAS México, México | AFP |

En el pico más mortal de la pandemia en México, la delincuencia se aprovecha de la desesperación de familiares de los enfermos. “¡Son unos abusadores!”, denuncia Aracely, víctima de estafadores que ofrecen desde supuestas vacunas hasta oxígeno que nunca llega.  “Están vendiendo cubrebocas, gel antibacterial e incluso, lo más alarmante, pruebas para detectar el covid-19 o bien vacunas para combatirlo de dudosa calidad o que el comprador nunca recibe”, dijo a la AFP Sandra García, oficial de la Policía Cibernética de Ciudad de México. Las ofertas, que según García se realizan en sitios de Internet con dominios en México y el extranjero, crecen a medida que se agrava la crisis. 

México está cerrando el mes más crítico de la epidemia, reflejo de los excesos de fin de año. Hasta el jueves se registraron 155.145 fallecidos y 1,8 millones de contagios por covid-19 en este país de 126 millones de habitantes.

La situación es alarmante en la capital, donde la ocupación hospitalaria llega al 87% y las actividades no esenciales están suspendidas desde el 18 de diciembre.

Vacunas on line   

El país emprendió el 24 de diciembre su plan de inmunización, inicialmente con el personal de salud, un proceso gratuito a cargo del gobierno que emplea la vacuna del dúo farmacéutico estadounidense-alemán Pfizer-BioNTech. Pero en grupos de conversación de Telegram se ofrecen supuestas vacunas de ese laboratorio. 

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También de las vacunas de Moderna y AstraZeneca, por precios que oscilan entre 110 y 180 dólares, e incluso medicamentos como Dexametasona, que en México solo se vende con prescripción.

Para hacer los pedidos hay que abrir un enlace a una conversación privada con una persona en cuya foto de perfil aparecen un hombre y dos niñas sonrientes. Estos “ciberdelincuentes” buscan “obtener contraseñas, nombres de usuarios, teléfonos, claves de acceso o recibir dinero a través de pagos anticipados por un producto que no existe y, una vez logrado el objetivo, ya no contestan o bloquean al ciudadano”, advirtió a comienzos de enero la Policía Cibernética.

La autoridad sanitaria de México, Cofepris, ha alertado de la “venta ilegal” de vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna.

Por su parte, Interpol reveló en diciembre la existencia de 3.000 sitios web asociados a farmacias en línea sospechosos de vender medicamentos y dispositivos médicos ilegales en el mundo.

Sin oxígeno  

Solo en CDMX, la Fiscalía y la organización Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia han recibido 26 denuncias por intentos de venta de vacunas y fraudes en compras de tanques de oxígeno desde finales de 2020, cuando se dispararon los contagios.

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“Pero la cifra negra (subregistro) de denuncias siempre es mucho más”, declaró a la AFP Salvador Guerrero, presidente de esa asociación.

Recientemente el Ejército reportó el robo de cuatro vacunas de un hospital de Morelos. Autoridades de los estados de Quintana Roo, Guerrero, Puebla y Sonora también han denunciado la presencia de falsos brigadistas que venden y aplican vacunas. “Son parte de pandillas constituidas a veces por integrantes de una misma familia que utilizan guiones para engañar a las personas”, añade Guerrero.

La oportunidad parece servida con una demanda de oxígeno que aumentó un 700% en el último mes, y generó escasez y especulación con los precios.

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Aracely Becerril, un ama de casa de 42 años que vive en el sur de Ciudad de México, fue víctima de los estafadores. Hace unas semanas necesitaba con urgencia un tanque de oxígeno para su hermano, que se contagió junto con su madre.

Angustiada, contactó por Facebook a una supuesta empresa que ofrecía cilindros por 461 dólares. Su interlocutor puso como condición comunicarse únicamente por la mensajería de esa plataforma. Aunque sospechó que podía ser un fraude, realizó el depósito bancario que le pidieron. “Estaba muy desesperada. ¡Son unos abusadores¡”, afirma Aracely, quien jamás pudo volver a contactar a los timadores.

AFP

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