En su casa, Lucy cuelga una cinta de color por cada muerto por covid en Florida
Lucy Kancy ata cintas en una cuerda que representa a las víctimas de Covid-19. Ya hay más de 30.000 cintas, en todos los colores del arcoiris. (Foto Chandan Khanna / AFP)

AFP.- Cuando Cathy Tobias comenzó a amarrar una cinta de color a una cuerda por cada muerto de covid-19 en Florida, no se imaginaba que acabaría llenando de coloridas guirnaldas el patio de su casa.

Este vistoso homenaje a los que murieron en el “estado del Sol” durante la pandemia cruza el patio de un lado a otro, se entreteje en las escaleras y recorre el balcón de la casa de Tobias en Isla Anna María, una pequeña comunidad en la costa oeste de Florida.

Ya hay más de 30,000 cintas de todos los colores del arcoíris, desde rosa pálido hasta el carmesí y el verde fluorescente.

Sentada en el porche de su casa junto a una vecina que la ayuda, Tobias cuenta que comenzó a atar las cintas porque necesitaba visualizar las cifras de fallecidos.

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La amiga de Cathy Tobias, Lucy Kancy, de 69 años, ata cintas en una cuerda que representa a las víctimas de Covid-19, en Anna Maria Island, Florida, el 1 de marzo de 2021. (Foto de CHANDAN KHANNA / AFP)

“Ver que los números aumentan tan rápido como podemos amarrar las cintas, nos golpea de una forma muy profunda y muy fuerte; nos muestra cuántas personas han muerto y están muriendo”, dice la mujer de 67 años. “Es muy triste”.

Se llega a su casa tras recorrer la carretera central de la estrecha isla, entre turistas que pasean en carritos de golf rentados y compran souvenirs decorados con flamencos y manatíes. En las costas, la arena es blanca como harina y el mar verde como menta.

En este contexto, el homenaje en la casa de playa de Tobias salta a los ojos, al mismo tiempo sombrío y jovial.

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“De alguna manera es celebratorio porque estamos celebrando la vida; son por supuesto vidas perdidas“, cuenta esta fotógrafa que trabajaba como fisioterapeuta antes de jubilarse.

Señalando las cintas, añade: “Cada una de estas personas tenía familiares, amantes y amigos que han sido profundamente impactados y yo no quería que quedaran perdidos en esta pandemia“.

A ella también se le murió alguien, años atrás. Su primer hijo falleció cuando tenía menos de un mes. “Yo sé cómo se siente, desgraciadamente, perder a un ser querido”, dice a la AFP.

“Un trabajo de amor”

Atar cintas puede parecer una tarea no muy complicada, pero a medida que la pandemia arrasaba el mundo, Tobias y su vecina Lucy Kancy diseñaron un sistema para no perder la cuenta de los muertos.

Por cada diez fallecidos, amarran una cinta blanca; luego escriben con un marcador cada centena, cada millar, cada decena de millar.

“Toma muchísimo tiempo, es un trabajo de amor“, dice Kancy, de 69 años. “Cortar estas cintas del tamaño correcto requiere horas”.

“Es mucho más fácil atarlas que cortarlas. Y luego, antes de que te des cuenta, es hora de hacerlo todo de nuevo”.

El mes pasado, Tobias expuso las guirnaldas por primera vez en una de las playas públicas de la isla, con la ayuda de su hermana y varias amigas.

Dispuestas en línea, las cintas se extendían a lo largo de 230 metros.

Tobias llevó además marcadores para que la gente pueda escribir los nombres de sus muertos en las cintas de colores, con la esperanza de que los familiares y amigos de los que se fueron puedan hacer algo de catarsis. En particular quienes no pudieron despedirse de los suyos.

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Las cintas cuelgan en el patiose ha convertido en un monumento a las víctimas de Covid-19,
en Anna Maria Island, Florida. (Foto de CHANDAN KHANNA / AFP)

“Muchas de estas personas fallecieron solas”, dice Tobias. “Y sus familiares no tuvieron la oportunidad de llorarlos en un duelo adecuado, ni siquiera de celebrar un funeral”.

Tobias no es exigente respecto a los nombres de los fallecidos que las personas sienten la necesidad de escribir. No tienen que haber muerto en Florida necesariamente.

Hasta ahora hay unos 40 nombres escritos. “Ya habrá más”, dice Kancy.

Ahora Tobias busca qué hacer con su trabajo. Por ahora, lo expondrá este mes en un museo en la vecina ciudad de St. Petersburg.

También sueña con replicar su “Covid Ribbon Memorial” en todos los estados de Estados Unidos para rendir este homenaje al medio millón de muertos de Covid en este país, el más devastado por la pandemia.

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Pero, por ahora, está enfocada en seguirle el paso a las cifras de Florida.

“Sólo hay que seguir trabajando todas las noches. Hay que seguir adelante“, dice la mujer.

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