Aprende en casa, el desafío de educar en pandemia
Foto: Thomas Park/Unsplash.com

Kenya González cursa tercero de secundaria en una escuela pública del Estado de México. Al inicio del curso, sus profesores le pedían que viera la televisión porque no tenían sesiones en línea. Realizaba resúmenes de lo que veía en la pantalla. A un año de clases a distancia, ya casi no usa Aprende en casa, el programa del gobierno federal para continuar con la educación en pandemia.

“Te deja muchas dudas, preguntas. Es confuso. A veces no las puedes responder tú solo y tienes que esperar hasta la clase del maestro”, detalla Kenya su experiencia sobre los programas televisivos. Ahora tiene asesorías por internet con sus profesores cada 15 días. “La verdad me concentro más, captó más las indicaciones”.

Paola Santillán cambió a su hija Viridiana a un preescolar público poco después de que inició el ciclo escolar en agosto del año pasado. “Ya no le veía caso seguir pagando si iba a estar en la casa”. Aunque sigue los contenidos televisivos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), están desfasados con el nivel académico que tiene la niña. 

Ella vio esto en segundo de kínder, ya casi lee, escribe, es autodidacta. (En la televisión) les enseñan a contar contar del uno al 10 y ella ya cuenta hasta el 100”, señala la madre. Relata que hay actividades de socialización y arte que le parecen buen contenido de los programas, sin embargo la maestra de Viridiana no las ha buscado.

En agosto del 2020, la SEP presumió que al 85% de los alumnos encuestados les agradó el contenido de Aprende en Casa. Sin embargo, profesores de nivel básico y medio superior calificaron con 7.2 este proyecto, según un ejercicio estadístico realizado por la Universidad Iberoamericana.

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Cuando la institución educativa preguntó a los docentes de escuelas particulares, la calificación bajó a 6.5, arroja el reporte Educar en contingencia. Esta investigación tomó en cuenta a 50,401 maestros en diversos contextos: urbano, rural, indígena, entre otros. 

A la fecha, la SEP no ha hecho públicas las cifras oficiales sobre cuánto gastó en este proyecto, pero es importante conocer el dato para terminar de hacer el análisis al respecto, dice Carlos González, investigador de la organización Mexicanos Primero. “En términos de dinero, ahí se pueden ver las prioridades de un gobierno, dónde le mete o dónde le invierte”. 

En entrevista para La-Lista apunta que el gobierno federal fue poco creativo al sólo abarcar la televisión para el aprendizaje y no fortalecer otras plataformas digitales. “Hubo una colaboración con las empresas para que se transmitieran (Aprende en casa) por televisión, pero no con empresas de internet para que los hogares tuvieran conexión”. 

Cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apuntan que en México el 60% de los estudiantes tiene internet. Ante las clases a distancia por la pandemia, el 28% de las viviendas en el país compró un celular y el 26.4% contrató un servicio de internet fijo, de acuerdo con la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020. 

Los programas educativos en la televisión no respetan las diversas maneras que hay de adquirir conocimiento, señala González. “El ritmo de aprendizaje es diferente para cada uno de los estudiantes. La televisión, a pesar de que podría ser en términos macro y generales el medio que alcanza más personas, en realidad no fue lo que más se usó”.

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Durante el ciclo escolar 2019-2020, el 72% de los estudiantes de primaria usó un celular para tomar sus clases y el 8.8% la televisión. En el caso de nivel secundaria, el 70% utilizó el dispositivo móvil y el 2.3% el televisor, de acuerdo con datos de la ECOVID-ED 2020.

Un puente hacia las plataformas digitales

Ana María* es profesora de primaria en Nezahualcóyotl, Estado de México. Afirma que Aprende en Casa ha sido un programa positivo, sobre todo para los docentes que al inicio no estaban muy familiarizados con las plataformas digitales. Ella trabaja como maestra en una escuela de tiempo completo en el sector público y explica que el tiempo de los contenidos en la pantalla se han visto disminuidos en comparación con su planeación. 

“Los docentes tuvimos que entender que las clases de Aprende en casa abarcaban dos o tres contenidos en una hora, lo que yo puedo abarcar en un salón de clases en tres horas tres veces a la semana. Era lógico, los papás no podían tener a los niños las cinco horas de actividades académicas”. 

Agrega que en su caso le hubiera gustado haber abordado algunos temas de manera diferente a como los llevo el programa de televisión. Sin embargo reitera que fue un plan que se tuvo que adaptarse a las necesidades educativas de todo el país. “Yo tengo una programación de actividades semanales. Aprende en casa no podría dosificar todo lo que yo requeriría, porque trabajo en escuelas de tiempo completo, los niños tienen actividades de ocho horas”.

El 56% de los estudiantes de primaria dedicaron entre tres y cinco horas al estudio, el 24.2% menos de tres horas. En el caso de secundaria, el 48.9% dedicó de tres a cinco horas para su educación, al 23.7% le tomó entre seis y siete horas, detalla la ECOVID-ED 2020.  

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“El nuevo Aprende en casa mejoró, pero los niños se siguen aburriendo porque es mucha explicación o no sé si los toman como muy ingenuos. Está bien la marioneta y los profesores, pero dejan de lado todo el proceso de aprendizaje”, explica Minelly Pérez, docente del Estado de México. 

La maestra de primaria reconoce el trabajo de los profesores que salen en la pantalla. A pesar de ello, indica que le es difícil coordinar la planeación para la semana, más los contenidos televisivos y las actividades con materiales didácticos. 

Para mí es muy desgastante como maestra estar revisando lo que planea la SEP, con lo que vienen en tu plan de estudios, con lo que las autoridades dicen: `ya viene el programa de la paz, el Día de la no violencia contra la mujer ́. Te llenan de muchas convocatorias que no es lo mismo cuando estás en el trabajo presencial”; agrega. 

Aunque Pérez está deseosa de regresar a las aulas para mejorar el proceso de aprendizaje con sus alumnos, pide a las autoridades que garanticen las condiciones necesarias como agua en las llaves de las escuelas. 

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