Viudos de Covid-19: el reto y resiliencia a la soledad de los hombres
Foto: Brian James/Pexels

Alejandro Soria frecuentaba una papelería que estaba cerca de donde estudiaba el bachillerato. Ahí trabajaba quien se convertiría en su esposa, pero la conoció hastad años después en un encuentro religioso. En noviembre pasado cumplieron 40 años de casados. La pareja no presentó síntomas de Covid-19, hasta que él perdió el gusto. “Nos fuimos al hospital los dos juntos, desgraciadamente ‘mi güerita’ ya no regresó”.

Tenían una casa solo para ellos en San Juan del Río, Querétaro, así como diversos planes a realizar tras el retiro laboral de Alejandro: un viaje de aniversario de bodas que se quedó pendiente y el estreno tras una remodelación de su nuevo hogar. Pero no fue posible. Patricia Sánchez falleció por el coronavirus en diciembre de 2020.

“Me queda claro que estoy agradecido con el creador por el tiempo que me la prestó, pero entiendo que todo tiene un ciclo”, cuenta Soria a La-Lista. “No esperemos a que haya situaciones extremas para aprovechar nuestro día a día con el ser que vivimos”.

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Alejandro resalta la importancia de permitirse vivir la pérdida, agradecer que continúa con vida y honrar a la persona que ya no está. “Cuando me gana el sentimiento, aprovecho esos momentos de intimidad y me pongo a escuchar canciones, le echamos un poco de lagrimita y garganta congestionada, pero después, a seguir adelante, sin buscar culpables”.

Es importante reconocer el duelo y contar con el acompañamiento de personas cercanas, subraya la psicóloga clínica Asunción Álvarez del Río. “Cuando algo duele mucho es porque ha habido mucho amor, y es algo que se agradece. Hay que plantearse honrar en lugar de tratar de pasar la página. Detenerse y ver cómo podemos honrar a esa persona. Estoy reconociendo esa pérdida pero al mismo tiempo estoy planteando cómo seguir la vida”.

La académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que para llevar este proceso también puede servir compartir esa experiencia con personas que han vivido una situación similar. “Hay que darle lugar a todas las expresiones, y ver con quién se comparte esta pérdida”. En caso de que el dolor se imponga, es recomendable acudir por ayuda tanatológica.

Faltan cifras oficiales sobre cuántas personas han perdido a su pareja sentimental a causa de la pandemia. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) calcula que son más de 9,500, pues hasta marzo esa había sido la cantidad de hombres que habían solicitado un apoyo económico por la pérdida de su esposo o esposa a causa de la pandemia.

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Antes de iniciar la pandemia, Ana Laura Sánchez se levantaba temprano para preparar el desayuno para su esposo e hijos. A las ocho de la mañana ya estaba camino al jardín de niños donde trabajaba como docente. Cuando llegó el Covid-19 a México, realizó teletrabajo, pero su esposo Froylán Sánchez continuó laborando presencialmente como electromecánico. “Cuando (ella) se empezó a sentir mal, trajimos a los médicos a que nos revisaran. Yo estuve en cuarentena”, relata.

En octubre del año pasado, la maestra murió por coronavirus. Desde entonces, Froylán quedó al frente de sus dos hijos: Zoe de 11 e Ian de 15 años. En su empleo rotan los horarios de labores, a veces por la mañana o por la noche. “Procuraba que me dieran más trabajo y no tenía ganas de llegar a la casa. Me di cuenta a tiempo que estaba haciendo algo mal porque estaba descuidando a mis hijos, a pesar de que estaban al cuidado de mi cuñada”.

El mexiquense relata que estar sin su esposa sigue siendo un reto, pero está dispuesto a salir adelante. “Mi mente está en estar bien yo para que pueda estar bien con mis hijos”. Tiene el respaldo tanto de su familia como de los parientes de Ana Laura. Por el momento, su cuñada es quien lo auxilia con la comida y con los niños cuando trabaja en el turno nocturno.

“Gracias a ellos he salido a flote (su familia). No me he estancado. Siento que si estoy en paz, ella también va a estar bien allá donde se encuentre. Siento que ella me ha ayudado mucho y mi gente a mi alrededor”.

Cuando los hombres pierden a su pareja sentimental y tienen hijos dependientes, se convierte en un proceso de aprendizaje, sobre todo de labores del hogar, refiere la psicóloga Álvarez del Río. “Es un reto, no les queda más que hacerlo y pedir ayuda, ver quién de su círculo. Va a ser un aprendizaje, se enfrentan a hacer cosas que antes no hacían y las van a tener que hacer”.

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Añade que los hombres tienden a ocultar más sus sentimientos y su dolor, pero es importante que vivan su duelo y sigan adelante. “Es una parte fundamental de poder en el futuro volver a estar bien en la vida, a tener una vida que les guste”.

Otra de las preocupaciones de los padres en esta situación es que sus hijas no cuenten con una figura materna ni con los consejos de otra mujer, señala el estudio de la “Paternidad intensificada” de Froylán Ceballos Herrera, académico de la Universidad Anáhuac Mayab.

“Cada momento y situación que tuvieron que enfrentar como padres viudos los hizo más fuertes, más autosuficientes, más maduros. A medida que pasaron los días se fueron convirtiendo en personas más dedicadas y entregadas a sus familias”, acota el estudio, que consultó a siete padres que se enfrentaron a las muertes de sus esposas.

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