Fotógrafos de nota roja exhiben su trabajo en la CDMX
Fotógrafos de nota roja exhiben parte de su trabajo en el Faro Cosmos. Foto: EFE/ Isaac Esquivel

Exhibir el rostro más estético de la muerte, la exigencia de no repetición y la dignificación del trabajo de los fotógrafos de nota roja en la Ciudad de México, son tres de los objetivos de la exposición Dulce violencia, que se inauguró está semana.

“Tratamos de cambiar un poco la estética de las fotografías y el lenguaje para mostrar un rostro bello de la muerte”, dijo en entrevista Ernesto Álvarez, uno de los fotógrafos que participa en la muestra, junto con Jair Cabrera y Alberto Jiménez.

La exposición, que estará abierta al público hasta el 16 de septiembre próximo, expone un género periodístico de gran relevancia en México desde hace décadas, debido a los altos índices de violencia en el país, pero que también funciona como un recordatorio a las autoridades ante su inacción.

“La nota roja es parte de un trabajo súper importante y más en un país con tanta violencia como la que tenemos en México día a día, de homicidios, desapariciones”, subrayó Álvarez. 

Sin embargo, para una parte de la población este tipo de periodismo continúa siendo desconocido e incluso rechazado, según el periodista.

“Negar que exista la nota roja es negar que exista la violencia real”, consideró.

Álvarez comentó que esta exposición es especialmente relevante porque suele ser complicado conseguir espacios donde mostrar su trabajo, pues tiene una connotación totalmente violenta.

A pesar de que la violencia está en todo, también en el entretenimiento que tanto se consume, algunas clases se incomodan cuando ésta sucede en el barrio, mencionó.

Dulce violencia es una oportunidad para acercarse al oficio de los fotógrafos de nota roja de la Ciudad de México, con 40 imágenes divididas en distintas secciones.

La primera muestra cuerpos descubiertos, la siguiente la mecánica de las escenas del crimen, al fondo de la exposición, en una zona oscura, están las fotografías de noche, luego la entrada de las autoridades y por último se muestran los dolientes, las víctimas indirectas.

Además, a lo largo de la exposición, varios textos y un audio complementan las fotografías, que son el resultado de un trabajo conjunto entre tres reporteros: Samuel Luna, María Eugenia Martínez y Elthon García.

Martínez detalló en entrevista que las cosas han cambiado y que, al igual que las fotografías son diferentes a las realizadas décadas atrás, los textos también.

“Nosotros presentamos textos narrativos, nada que ver con los de los años 80, que eran prácticamente un reporte policiaco”, compartió la reportera.

Tanto para María Eugenia como para Ernesto, el trabajo de todos sus compañeros de profesión en la Ciudad de México durante años es parte de esta exposición que, esperan, abra una puerta a que la población general conozca más de este oficio.

Con información de EFE

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