Ángeles Cruz: En Oaxaca, la ola de violencia pasa frente a las autoridades
Ángeles Cruz levantó un puño en señal de protesta, exigiendo justicia para San Miguel El Grande. Pero la violencia sigue implacable y la comunidad continúa en peligro.
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Los bailes, iluminados por las luces del Cerro del Fortín, se desarrollaban como de costumbre, pero en un momento todo cambió. En medio del público del Auditorio Guelaguetza en Oaxaca, se alzó un puño en silencio. El 22 de julio pasado, Ángeles Cruz, sin pronunciar palabra alguna, alzó la voz por su comunidad que lleva meses de sangre, violencia y muerte.
San Miguel El Grande, en la sierra mixteca de Oaxaca, está en medio del caos por la omisión de las autoridades y el rompimiento del pacto con los habitantes del Llano de Guadalupe Tlaxiaco. Al principio, se esperaba que la justicia resolviera el conflicto, pero la incapacidad de encontrar una solución y la decisión de favorecer a ambas partes han llevado al colapso del pueblo.
El 5 de mayo, Llano de Guadalupe rompió el pacto y dejó 10 casas incendiadas, personas muertas, inmuebles y vehículos con orificios por el impacto de balas de alto calibre. Una persona implicada en los ataques fue detenida, pero algunos residentes de Llano de Guadalupe Tlaxiaco buscaron la venganza, secuestrando a vecinos de San Miguel El Grande a bordo de un taxi.
La catástrofe se detuvo temporalmente con la intervención de la Guardia Nacional, pero el miedo persiste, las agresiones continúan.
Ángeles Cruz divide su vida entre su carrera como actriz, guionista, directora de cine, y su activismo, incluyendo el acompañamiento a los representantes de su comunidad. A pesar de haber tenido una reunión con el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, la comunidad sigue en riesgo, bajo el acecho de la violencia y la sed de venganza.
“Yo acompañé a mi autoridad y le dije al gobernador (Salomón Jara) que estábamos en riesgo, que sentíamos que nuestras vidas estaban en riesgo, que estábamos vulnerables y que necesitaba actuar de manera contundente para que pudiéramos estar tranquilos en la zona, que nos parecía gravísimo lo que había pasado y que nuestros muertos ahí estaban”, dice Ángeles Cruz en entrevista con La-Lista.
Las manifestaciones de riesgo han sido numerosas. El 22 de noviembre se realizó un tequio para construir una cocina comunitaria, tras los avisos previos para evitar provocaciones y enfrentamientos. Para agilizar el proceso y proteger a la Guardia Nacional del frío, se planeó llevar los paneles de madera ya ensamblados. Esta construcción era especialmente importante después de que la cocina anterior fuera destruida por un incendio el 5 de mayo, obligando a las autoridades a operar en una zona improvisada con tablones que no brindaban protección contra el frío.
Después del tequio, una parte de los participantes regresó al mediodía, mientras que el resto se quedó para terminar los trabajos. Pero a las 16:30 horas sufrieron una emboscada cerca del Santuario de las Aves, a metros de la comunidad Lázaro Cárdenas, donde está apostada la Guardia Nacional, y en camino hacia Villa de Guadalupe Victoria, de donde es originaria Ángeles Cruz.
En esa emboscada murieron cinco personas: tres del pueblo de San Miguel El Grande, entre ellos Ramón Cruz, hermano de la cineasta, y dos personas de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO).
Tras esto, Ángeles Cruz declaro: “volvimos a exigir justicia, volvimos a exigir que nos recibiera el gobernador, hablamos con las autoridades, seguimos manteniendo el diálogo, a pesar de del dolor que nos carcomía por dentro, yo personalmente recibí una llamada del gobernador dándome el pésame y yo le dije que no quería ningún pésame, que yo quería que no hubiera impunidad y él me dijo que no la habría y que detendrían a los asesinos”.
Jesús Hernández Cariño, líder de Bienes Comunales de Tlaxiaco, fue detenido por su presunta responsabilidad en la emboscada y actualmente se encuentra en la audiencia de su proceso.
En abril de este año, se convocó a una nueva Mesa de Paz, donde le dijeron al gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, que "¿la paz no se impone, se construye con acciones concretas, no con discursos, no con palabras, de nada sirve que tengamos diálogo constante si no vemos resultados.
La situación apenas cambió. “Seguimos siendo vulnerables y (las personas que estuvieron en) las mesas de negociación que se llevaron a cabo antes del 5 de mayo ya habían muerto, cuatro personas asesinadas. Entonces nos pedía sentarnos frente a la mesa de unos asesinos, para lo único que parecía que servían esas mesas era para que nos identificaran y nos pudieran asesinar”, cuenta Cruz a La-Lista.
Al día siguiente, el pueblo se sentó con reserva, pidiendo que no asistiera los residentes de Llano de Guadalupe, pero sí las autoridades competentes, para abordar los asuntos agrarios y la seguridad. En ese momento, señalaron que no había condiciones para hacer guardias en la comunidad de Lázaro Cárdenas.
“Con los hechos del 5 de mayo, 4 de septiembre y 22 de noviembre ya no había ninguna condición para que estuvieran, había un desplazamiento de las familias que vivían en la comunidad de Lázaro Cárdenas, quienes se fueron a vivir a otras agencias del pueblo de San Miguel El Grande”, narra.
La violencia no cesó. El 17 de julio, se observó una columna de humo elevándose por las montañas. Tras realizar una geolocalización, se descubrió que el origen del humo era la comunidad de Lázaro Cárdenas. Fue una quema de casas presuntamente realizada habitantes de Llano de Guadalupe.
Hasta el momento, no se ha podido constatar la magnitud de los daños debido a la falta de condiciones de seguridad adecuadas para las autoridades. El martes 23 de julio, se llevó a cabo una reunión con Jesús Romero López, secretario de Gobierno de Oaxaca, para discutir temas de seguridad. En el encuentro, dice Cruz, se expuso “nuestro miedo y vulnerabilidad, la sensación de indefensión absoluta. Explicamos que, mientras no se tomen medidas concretas, no se ejecuten las órdenes de aprehensión ni se realicen acciones contundentes, continuamos en riesgo”.
Después de la quema de casas del 17 de julio, también se escucharon detonaciones con arma de fuego a la altura de la antena en Villa Guadalupe Victoria. Los pobladores exigen las condiciones necesarias para garantizar una vida libre de violencia.
“Ese fue nuestro planteamiento: que necesitábamos condiciones donde no hubiera más muertes y acciones contundentes por parte del gobierno, porque nosotros no hemos roto el diálogo. Tal vez si hubiera habido acciones concretas y contundentes después del 5 de mayo, no estaríamos llorando a nuestros otros cinco muertos que fueron emboscados el 22 de de noviembre o no estuviéramos preocupados por los compañeros que secuestraron”, afirma la actriz.
Para Cruz, nadie tiene derecho a quitar la vida de personas, a quemar casas, a cerrar un camino por más de un año, pues Llano de Guadalupe Tlaxiaco hizo una zanja con hombres armados que vigilan el camino para no permitir el acceso hacia Lázaro Cárdenas, Villa de Guadalupe Victoria y San Miguel. Para llegar a las comunidades, deben rodear la parte de Chalcatongo y Magdalena Peñasco.
Ángeles Cruz vive con miedo constante debido a la violencia y las amenazas de muerte directas dirigidas hacia ella y su hermano, Ramón Cruz.
“Por supuesto que tengo miedo, ya me mataron a mi hermano (Ramón), los dos fuimos a esta reunión con el gobernador en agosto, cuando le dijimos que nuestras vidas corren peligro. Llegó un mensaje anónimo, que fue puesto en el carro de mi hermano en Chalcatongo, donde se nos amenazaba de muerte directamente a los dos”, cuenta.
Ramón Cruz entregó este documento a un investigador de la fiscalía, quien realizó las indagaciones correspondientes. Sin embargo, también fue asesinado el 22 de noviembre.
Posteriormente, se presentó ante las autoridades para preguntar sobre el estado del documento, pero hasta el momento no ha recibido respuesta. “Nadie sabe nada”, dice la cineasta, quien afirma que teme por su seguridad y por su vida.
Tras la emboscada y el asesinato de su hermano, las autoridades estatales le ofrecieron seguridad. Pero la actuación de la Policía Estatal le resulta cuestionable, ya que la fuerza policial estaba a solo metros del lugar del ataque.
Ante esta situación, Cruz decidió solicitar protección a las autoridades federales, pero hasta el momento no ha recibido respuesta. Sin embargo, cuenta con el apoyo de la sociedad civil, así como con el respaldo de compañeras y compañeros.
“Corazón grande, como dicen, y esperar que no me pase nada. No nada más yo estoy vulnerable, está vulnerable todo el pueblo de San Miguel El Grande, habrá gente que se sienta segura, qué bendición y privilegio, pero en general todas las personas nos sentimos vulnerables”, confiesa.
Ángeles Cruz se manifestó de manera pacífica durante la inauguración de la 92ª edición de la Guelaguetza en Oaxaca, exigiendo un alto a la violencia en la región Mixteca.
La actriz quería hablar directamente con el gobernador Salomón Jara, por lo que asistió al popular evento. Cuando vio al gobernador entrar y saludar a los asistentes de la primera fila, descendió para acercarse a él, pero un hombre y una mujer le impidieron el paso.
Cuando el gobernador de Oaxaca se dio la media vuelta, Cruz le gritó: “gobernador Salomón Jara”. Él volteó y le permitieron el paso, lo saludó, abrazó y le dijo: “Necesitamos una reunión urgente, necesito una reunión urgente con usted”. Respondió que sí la recibiría.
Al intentar seguir al gobernador, la Policía Estatal la rodeó, encapsuló y jaloneó. Cruz les informó que se retiraría a su lugar, pero estaba rodeada por personal del gobierno, quienes la grababan e impedían que se levantara.
La actriz llevaba una manta con el mensaje “Necesitamos ayuda. Justicia para San Miguel El Grande”, que le fue arrebatada por un miembro del equipo de seguridad. Además, portaba una camiseta que decía: “Soy Ángeles Cruz, directora cinematográfica. Ayuda”.
Acto seguido, una mujer se acercó y le dijo: “Ya bájale, ya cumpliste tu cometido... Te pedimos que te retires”. Ángeles Cruz respondió con firmeza que no se iría, ya que estaba manifestándose de manera pacífica.
Tras los hechos, el gobernador Jara declaró durante su conferencia semanal que manifestarse en la Guelaguetza es “tonto”, porque no es un evento gubernamental sino cultural, y que el fue un luchador social que participó en diversas protestas por años.
“El gobernador dice que él sería un tonto si se manifestara en un lugar así, pues soy una tonta”, dice Cruz. “Están las pruebas de la represión y la obstaculización, él pone como prueba que yo me acerqué a saludarlo y yo me acerqué para pedirle una audiencia, no me acerque a saludarlo para decirle '¿cómo está?’. También hay una libre manifestación en este país, no se puede reprimir, todo el tiempo me estuvieron provocando y jamás caí en las provocaciones y me parece revictimizante”.
La cineasta Ángeles Cruz protestó durante la inauguración de la Guelaguetza por la violencia en Oaxaca y así quisieron bloquearla, además amedrentaron a un fotógrafo de @El_Universal_Mx para evitar que cubriera la protesta.😡
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) July 23, 2024
📹@Ricky_leaks_ pic.twitter.com/5oX7UurZYJ
Cruz lo tiene claro: las autoridades no comprenden la gravedad de la situación. A pesar de la urgencia, siguen sin implementar acciones concretas y efectivas para garantizar justicia, evitar la impunidad, proteger a la población y asegurar una vida libre de violencia.
“Nos parece urgente que el gobierno actúe y no deje esto en la impunidad. Que el gobernador siga diciendo que es un estado de paz, me parecen declaraciones totalmente absurdas, donde no tienen noción de qué estado está gobernando”, concluye Ángeles Cruz.