Bibi Wetzel, la gimnasta tetracampeona que pone en alto el nombre México
La gimnasta suma 59 medallas en gimnasia artística femenil. Foto: La-Lista

María Bárbara Wetzel Aguilar, Bibi, como le dicen de cariño, nació con un cromosoma extra: el 21. Y aunque los números han estado presentes siempre en su vida, a sus 20 años ya rebasó todos los pronósticos: suma 59 medallas en gimnasia artística femenil, cuatro campeonatos y un subcampeonato.

También formó parte de la delegación mexicana de atletas con síndrome de Down que representó a México en los primeros Juegos Mundiales de la Trisomía en 2016. Se le conoce así porque “las personas con Síndrome de Down tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen habitualmente”, de acuerdo con el Gobierno de México.

Estos son el equivalente a los Juegos Paralímpicos para deportistas con Síndrome de Down. Sin embargo, quienes nacieron con el cromosoma 21 tuvieron que esperar 56 años desde las primeras competencias para personas con discapacidad para participar en una justa internacional.

En la competencia internacional, la delegación mexicana trajo 20 medallas, de las cuales Bibi Wetzel aportó cinco: tres de oro en piso, viga y salto de caballo; y dos de plata en barras paralelas y all around.

“Soy la reina en el piso, así que me gusta el piso y el salto”, dijo Bibi a La-Lista. La deportista inició en el mundo de la gimnasia a los cuatro años cuando su madre, Mónica Aguilar, empezó a buscarle actividades. Estuvo en equitación, natación, taekwondo, ballet y también consideró atletismo.

“Hizo equinoterapia con los charros, eso sí le encantaba. Pasó por varios tipos de deportes ecuestres y a los seis meses ya no quiso ir, decía ‘está el sol muy duro’… En natación se la pasaba tirando juguetes a la alberca… En ballet me dijeron ‘esa niña se la pasa colgada de las barras’ y dije ‘es que va a gimnasia’. Me respondieron: ‘pues llévela a gimnasia’”, contó Aguilar.

¿Los retos?

Parado de manos con arco hacia atrás, mortal enfrente sin manos, un fick o doble fick son parte de los ejercicios que Bibi realiza en sus entrenamientos. Ella es más ambiciosa y tiene en mente sus próximas competencias: los Juegos Trisómicos en Turquía de 2024, en donde participará en piso, viga, barra y salto.

“Mis retos son sacar nuevos elementos… En piso quiero sacar a mi mortal extendido y carpado, mortal de frente, redondilla fick flac doble con mortal atrás. Después un arco enfrente pero sin manos y la redondilla, mortal atrás extendido y carpado; en viga quiero sacar mi fick flac, mi arco fick flac doble con una pierna; en barras quiero sacar el parado de manos con mortal de salida agrupado y en salto tengo a mi resorte y la redondilla medio giro. Me estoy preparando para hacerlo bien y para obtener otra vez el primer lugar”, dijo Wetzel Aguilar.

La gimnasia artística femenil no es la única pasión que tiene Bibi Wetzel. Ama las matemáticas y aprender idiomas. “Es tremenda en matemáticas, lo que hace yo no lo puedo hacer desde hace mucho tiempo… Estos son monomios y polinomios, pero hace integrales, derivadas, ecuaciones”, cuenta su mamá mientras muestra una hoja de los ejercicios realizados por Bibi.

La campeona mundial y alumna de la escuela de idiomas de la Universidad Veracruzana tiene en la mira estudiar Relaciones Internacionales. Por ello, actualmente aprende inglés, francés e italiano. Algunos de los idiomas los practica en llamadas telefónicas que realiza a diario con su abuela Beli.

Bibi Wetzel, “la más suertuda”

Bibi fue uno los casos de los 650 nacimientos en México —o mil a nivel mundial— con Síndrome de Down. La alteración genética afecta el “desarrollo mental, físico y también puede provocar enfermedades del corazón, Alzheimer y leucemia”, según datos de la ONU.

A principios de 1900, el pronóstico para quienes vivían con el cromosoma 21 era de menos de 10 años de vida, según el organismo. Sin embargo, ahora 80% de personas con Síndrome de Down viven más de 50 años con chequeos regulares e intervenciones oportunas.

“Ahorita que veo a Bibi digo qué barbaridad, esta niña realmente, lo que ella hace es imposible que un libro lo considere, no están abiertas estas puertas y qué bueno que hasta sus mismos profesores que negaron en un inicio sus capacidades, con el paso del tiempo fueron cambiando de parecer”, dijo Mónica Aguilar.

Aguilar sabe que su hija “es la más suertuda”. Desde pequeña casi no ha tenido problemas para que la acepten en las escuelas, por lo general, privadas. Incluso en el ámbito deportivo sólo tuvo una complicación cuando la llevó por primera vez a un gimnasio, donde aprendió marometas o a saltar el aro.

“A los cuatro añitos, cuatro y medio más o menos, entró ahí y seguía en el otro (gimnasio) también porque le daban muy poquitas clases. El primer día me la ‘retacharon’, me dijeron que no podían. Respondí ‘no me puedes decir esto el primer día’, que es la clase muestra. Me dijeron corrió por todos lados, ni nos peló”, narró Aguilar.

La madre de Bibi insistió en que su hija estaba entusiasmada con el nuevo gimnasio, en donde finalmente la aceptaron.

“Le dije que venía de un gimnasio mini; no había más que una barrita, un tapetito, unos aritos, llega aquí y parece que está en Disneylandia, lleno de camas elásticas, de colchonetas y cosas que saltar. Les dije ‘no, no, no; no pueden ser así, necesitan darle una semana y ya hablamos’. Como a los tres o cuatro días me dijeron ‘señora ya lo pensamos y no hay necesidad de que venga en la semana, Bibi está aceptada. Ella es muy afortunada”.

Ahora Bibi forma parte de los proyectos personales de los profesores. “El ver hasta dónde se puede llegar”, dijo su mamá.

En México, la discapacidad (con mil 778 casos), condición de salud (con mil 358 casos), y la apariencia física (con 988 casos), han sido desde hace una década las primeras causas de discriminación, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

“De las 8 mil 113 quejas y reclamaciones calificadas como presuntos actos de discriminación presentadas de 2012 a 2022, las entidades donde más se presentaron son Ciudad de México con 4 mil 005 (49.4 por ciento); Estado de México, 847 (10.4 por ciento); y Jalisco, 416 (5.1 por ciento)”, mencionó la dependencia.

¿Y la inversión?

La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte ha visto sus recursos disminuidos desde 2014, según datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).

“Ese año el gasto ejercido por este organismo se redujo en 44.1%, en términos reales. Entre 2013 y 2017 el gasto de la Conade disminuyó 75.9%, en términos reales, para llegar a poco más de 2 mil millones de pesos (mdp)”, de acuerdo a lo publicado por la CEFP en su nota informativa titulada “Recursos Federales Aprobados y Ejercidos para el Deporte, 2018-2023”.

La dependencia aseguró que para recuperar el nivel de apoyo que el deporte en México tenía en 2013, se necesitarían de más de12 mil millones de pesos. No obstante, los recursos aprobados para el sector en 2023 fueron 0.3% más que el año anterior.

“A pesar de que de manera enunciativa existe la voluntad e intención de promover desde la Federación el deporte, como una forma de reducir problemas sociales y de salud, entre ellos la adicción a las drogas, exclusión social, sedentarismo y obesidad… los esfuerzos por instrumentar una política pública de fomento al deporte carecen de integración entre los sectores involucrados, a”, finalizó el CEFP.

Fue en 2016 cuando la Conade incorporó a Bibi en el grupo de atletas que participaron en los primeros Juegos Mundiales de Trisomía tras enterarse de que su familia estaba realizando una colecta para reunir 240 mil pesos.

La Conade destacó que la Federación Mexicana de Deportistas Especiales A.C. (FEMEDE) no solicitó apoyo “porque la gimnasta no ha cumplido con los procesos normativos y técnicos que la acrediten como parte de la delegación mexicana que asistirá a este evento, por lo que asistirá apoyada por Conade y sin el aval de la Federación”.

La inclusión

La familia es uno de los pilares para que gimnastas como Bibi lleguen a ser campeonas. Sin embargo, es necesario el apoyo de todos los sectores, en especial, el gubernamental.

“Iniciamos con todo el apoyo de la familia… La segunda ocasión al final la Conade dijo ‘¿sabes qué? Bibi va por Conade’; entonces ya vino un apoyo gubernamental de regreso, se reembolso un poquito porque había gastos que ya se habían hecho; de ahí han sido variables, creo que en otra ocasión hubo apoyo de la Federación y en los últimos años el municipio y el Instituto Veracruzano del deporte, no apoyan con el 100%, no hay algo que sea como un formativo integral donde entendería que ya estuviera presupuestado el evento”, reconoció Mónica Aguilar.

En su experiencia, hay países como Sudáfrica cuyas atletas tienen sus competencias programadas y el apoyo de su federación.

“No hay distinción entre deporte adaptado del deporte convencional, gimnasia es gimnasia para todos, tanto la adaptada como la no adaptada. Y no lleva una etiqueta distinta ni pertenece a un programa distinto… Ahora hay escuelas donde existe la integración deportiva que en México no existe todavía”.

Para la mamá de la atleta sería ideal que en el deporte existieran sólo unas competencias, con sus diversas categorías, pero que abarcara a todas y todos los profesionales del deporte.

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