Ciudad Acuña, la puerta a EU que no estaba acostumbrada a recibir migrantes
Migrantes cruzan entre México y Estados Unidos, mientras permanecen acampados debajo de un puente en Del Río, Texas. Foto: Allison Dinner / EFE.

El deseo de miles de migrantes por llegar a Estados Unidos ha tomado por asalto a Ciudad Acuña, un municipio de Coahuila a poco más de una hora de Piedras Negras y poco acostumbrado al flujo migratorio que desde la semana pasada ha registrado la llegada de más de 10,000 personas extranjeras que buscan entrar a Texas.

Entre la sociedad civil aún hay desconcierto por la llegada a Ciudad Acuña de estas personas extranjeras, quienes no solo han roto con una tradicional “ruta migratoria” que más bien pasaba por el municipio de Piedras Negras, sino que han instalado un campamento debajo de un puente ya ubicado en Estados Unidos en la localidad de Del Río.

“Es complejo saber cómo los flujos migratorios deciden a qué ciudad llegar”, dice José Luis Manzo, coordinador de Atención Humana de la Casa del Migrante Saltillo. “En Piedras Negras sabemos que hay una orden para detener y presentar ante las autoridades a cualquier persona que parezca migrante. Puede ser que ese tipo de elementos haya hecho que estas personas se movieran por Ciudad Acuña, que también es una frontera muy poco transitada“.

Según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), entre enero y julio de este año desde Ciudad Acuña fueron deportados 457 migrantes, un número muy por debajo de los 3,915 que también fueron expulsados del país desde Piedras Negras en el mismo periodo de tiempo.

En años anteriores este patrón se mantuvo. En 2019, previo al inicio de la pandemia de Covid-19 y antes del cierre de las fronteras de México y Centroamérica, de Piedras Negras fueron deportadas 3,001 personas y de Ciudad Acuña 902, menos de la tercera parte. En 2018 fueron expulsadas 104 personas desde Ciudad Acuña y 749 desde Piedras Negras.

“El campamento de las personas migrantes incluso tomó por sorpresa a las autoridades de Estados Unidos, es de gente que se instaló ahí de un día para otro sin decir ‘agua va’ y es gente que no se va a ir de ahí hasta que no reciba la atención que está demandando”, asevera Manzo.

La-Lista solicitó una entrevista con el presidente municipal de Ciudad Acuña, Roberto de los Santos, pero hasta el momento no se ha tenido una respuesta. En otros espacios informativos, las autoridades de esta localidad han admitido que no están preparadas para atender el flujo migratorio que, en opinión del experto de la Casa del Migrante Saltillo, podría seguir creciendo porque más extranjeros están atravesando México a pie para llegar a los límites con EU en Texas.

“Por una decisión del gobierno de Coahuila ya no pueden ingresar camiones a Ciudad Acuña”, detalla Manzo. “Son autobuses que en municipios antes de llegar a Ciudad Acuña, la gente se baja y empieza un peregrinaje a pie a esa ciudad fronteriza porque su objetivo es alcanzar los Estados Unidos, no quedarse en México”.

La poca afluencia de migrantes en Ciudad Acuña se refleja igual en su poca preparación para atender a esta población. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha detectado que en esta localidad solo hay dos refugios para personas migrantes, uno perteneciente a la iglesia católica y otro para menores de edad que es parte del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de las Familias de Coahuila.

La llegada de miles de migrantes a Ciudad Acuña ya generó reacciones en las autoridades mexicanas y estadounidenses. Hace dos días, el gobierno de Texas desplegó una veintena de vehículos del Departamento de Seguridad Pública a lo largo de su frontera para impedir que las personas extranjeras avancen.

Por otra parte, organizaciones sociales y medios de comunicación estadounidenses han reportado que los migrantes que viven debajo del puente de la ciudad Del Río atraviesan por las mañanas a Ciudad Acuña para comprar víveres, debido a que ahí el costo de los bienes es más bajo, y luego cruzan un cuerpo de agua para regresar a Texas.

Respeto a los derechos humanos en Ciudad Acuña

El 2021 ya es el año que México ha registrado un mayor flujo migratorio. Una muestra de esto es que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha recibido 77,559 solicitudes de refugio entre enero y agosto, mientras que en todo el 2019 habían sido 70,423 peticiones.

Este crecimiento en la migración ha traído consigo una diversificación de los caminos que siguen los migrantes y el tipo de personas que transita en nuestro país. “Las rutas nunca van a ser las mismas, por muchos años la ruta del Pacífico era muy utilizada. Luego del 2005 se vio mermada y se dio prioridad a la ruta del Golfo”, ejemplifica Manzo, quien agrega que cada vez son más mujeres, niños, niñas y adolescentes extranjeros quienes llegan a México, cuando antes casi toda la movilidad era de hombres adultos.

Otro caso de la diversificación de la migración son las personas de Haití que antes no llegaban en grandes cantidades, pero ahora representan la segunda nacionalidad de migrantes con más presencia en México. Las estadísticas de la Comar indican que en los primeros ocho meses del 2021 un total de 18,883 haitianos y haitianas arribaron a nuestro país. En contraste, en 2019 solo fueron 5,539, menos de un tercio.

Las autoridades de México y de Estados Unidos han reportado que muchas de las personas que se encuentran en Ciudad Acuña son de Haití, nacionalidad que también llamó la atención hace un mes por su numerosa llegada a Tapachula, Chiapas, luego de que un terremoto y un huracán destruyó buena parte de su país.

Ante la llegada de miles de migrantes a Ciudad Acuña, defensores de migrantes hacen un llamado a que se respeten las garantías de esta población. “Desde la sociedad civil hacemos un llamado a todos los gobiernos, tanto locales como federales, para que se garanticen los derechos de las personas”, señala Alejandra Macías, directora de la oficina de la organización internacional Asylum Access en México. “Entre los países debe haber un diálogo para coordinar una respuesta que sea efectiva y que pueda atender a todas estas personas”.

Asylum Access es una de las ONG que más ha resaltado los abusos cometidos contra migrantes de parte de los gobiernos de Estados Unidos y México. El lunes esta asociación civil informó que acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar los efectos de un programa llamado Título 42, con el que las administraciones del expresidente Donald Trump y la de Joe Biden han deportado a miles de personas extranjeras con el argumento de que no pueden estar en territorio estadounidense como medida de prevención por la pandemia de Covid-19.

El Título 42, que deberá ser suspendido temporalmente la siguiente semana por instrucción de un juez, podría ser una de las herramientas que el gobierno de Estados Unidos utilice en estos días para deportar a migrantes que llegaron por Ciudad Acuña y ahora viven a unos metros, debajo de un puente de la localidad Del Río en Texas.

“Los países de la región (latinoamericana) deberían tomar acciones para proteger a todas estas personas, pero lo que vemos es una crisis de respuesta por parte de las autoridades”, zanja Macías.

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