‘La gente de México tiene el circo armado’, las conversaciones del caso Ayotzinapa
Ayotzinapa, siete años sin respuesta. Foto: Ginnette Riquelme/CIDH con licencia CC BY 2.0

El informe de la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj) a tres años de labores de investigación revela comunicaciones entre los integrantes de Guerreros Unidos, quienes se aliaron con policías municipales, federales y el Ejército para desaparecer a 43 normalistas.

Entre estas, destacan diálogos entre integrantes de Guerrero Unidos entre el 26 y 27 de septiembre donde le ordenan a uno de ellos “El Chino” comunicarse con H1 para preparar “carne de cañón” para que puedan “limpiar todo”. Afirma que tuvieron una reunión con A1 y los asesores de México y que ya “los licenciados y gente de México tienen el circo armado”.

A partir del 27 de septiembre, señalan que ya los del gobierno se les voltearon y ordenan quemar ropa y destruir celulares, así como limpiar todo “por si quieren jodernos más“.

Otro de los integrantes del grupo informa a “El Chino” que hay rumores de que hay órdenes del gobierno de que van a “borrar evidencia” y que van a “mover los cuerpos para que no los hallen”.

El informe del grupo técnico especializado de apoyo a la presidencia de la Covaj elaboró un informe especial de análisis georreferenciado de conversaciones telefónicas monitoreadas y la ubicación de las antenas de telefonía más cercanas para ubicar las comunicaciones en Iguala y municipios vecinos. Dicho informe es parte de los anexos del informe de la Covaj presentado este 18 de agosto en Palacio Nacional.

Cómo fue la desaparición de los 43 normalistas, según los hechos disponibles hasta ahora

La noche del 26 de septiembre del 2014 el grupo delictivo Guerreros Unidos fijó su atención en los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Los jóvenes tenían planeado viajar desde Iguala, Guerrero, a la Ciudad de México para participar en la marcha del 2 de octubre, sin embargo, fueron atacados por policías municipales y delincuentes con el conocimiento de otras autoridades.

Las agresiones contra los estudiantes empezaron poco después de las 21:00 horas del 26 de septiembre de 2014, cuando elementos de la policía municipal de Iguala atacaron a los estudiantes que viajaban en cinco camiones que previamente habían tomado para viajar a la Ciudad de México. La Comisión de la Verdad identificó que las agresiones se centraron principalmente en dos vehículos.

De acuerdo con la información recabada por las autoridades, la policía de Iguala estaba infiltrada por el grupo Guerreros Unidos, al igual que los cuerpos de seguridad de Cocula y Huitzuco que participaron en la desaparición de los normalistas.

Luego de perseguir y balacear dos de los camiones en los que viajaban los normalistas, los policías municipales lograron detenerlos con ayuda de retenes que habían sido instalados por Guerreros Unidos. Un grupo de estudiantes fue llevado a las instalaciones de la policía de Iguala y otro grupo fue retenido en el Palacio de Justicia del municipio.

De acuerdo con declaraciones de participantes en los hechos, sobrevivientes y la intercepción de comunicaciones de Guerreros Unidos, los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron entregados por la policía municipal al grupo delictivo, que posteriormente se habría encargado de asesinarlos y desaparecer sus restos en distintos puntos.

‘Ascensos a quien hagan bien su trabajo’

Un mensaje interceptado por la Administración para el Control de Drogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DEA) hace pensar que Guerreros Unidos creía que el 26 de septiembre de 2014 habían llegado a Iguala Los Rojos, según el informe de la Comisión de la Verdad. “Senos metiron los contraas kon los aylosinpas y hubo un vergaseraaa”, dice un mensaje de José “N”, líder de la banda delictiva, que envió a su hermano, Adán “N”. “Se nos metieron los contras con los ayotzinapas”, podría ser la traducción de esa comunicación.

Más mensajes de ese tipo empezaron a circular entre los integrantes de los Guerreros Unidos, al mismo tiempo que los policías municipales de distintos municipios atacaban los camiones donde viajaban los normalistas.

Luego de eso, cuando los normalistas presuntamente fueron entregados a Guerreros Unidos después de las 23:00 horas, los delincuentes empezaron a enviar mensajes sobre cómo desaparecerlos. “Avisa al chino que los paquetes ya van en camino, que se mandaron policías municipales para apoyarlos y que tienen permiso de A1 para trabajar con toda calma“, dice una conversación entre integrantes de la banda.

En total las autoridades lograron interceptar más de 4 mil mensajes que enviaron los delincuentes de Guerreros Unidos entre la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, casi todas registradas en el municipio de Iguala, lo que según la Comisión de la Verdad indica que en ese lapso los normalistas no fueron llevados a otro municipio.

En una conversación entre una personada apodada “El Chino” y Gildardo López Astudillo, conocido como “El Gil”, se acordó que los sicarios de Guerreros Unidos debían desaparecer a los normalistas antes del amanecer y que no quedara ninguno vivo. La recompensa para los asesinos sería de 5 mil pesos extra y ascensos si hacían “bien” el trabajo.

La agrupación Guerreros Unidos está compuesta por pequeñas células criminales. En los mensajes interceptados se da a entender que los normalistas fueron asesinados y, después de eso, fueron entregados “en bolsas” a los distintos grupos para que se deshicieran de ellos. Una mujer de nombre Karen le comenta a otra persona identificada como “Moreno” que su plan era “cocinar” a diez estudiantes, pero no tenía el material necesario para hacerlo y decidió entregar cinco víctimas a otro hombre apodado “Chucky”.

El 27 de septiembre por la mañana, a las 07:37 horas, el “Chino” reporta a “El Negro” que “ya todo está listo” y que los”paquetes” se llevaron a Huitzuco, a Pueblo Viejo y al Río. En otras comunicaciones interceptadas a criminales se dice que integrantes de Guerreros Unidos hicieron “pozos” para meter a los normalistas.

No se indica dónde está la ubicación exacta de los lugares donde habrían quedado los restos de los 43 normalistas y tampoco se especifica de cuántas formas pudieron haber sido asesinados y desaparecidos. Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, dijo este 18 de agosto en una conferencia de prensa que no hay indicios de que los estudiantes sigan con vida.

Participación del Ejército y Policía Federal

El crimen contra los 43 normalistas de Ayotzinapa no solo fue cometido por agentes de seguridad del nivel municipal. La Comisión de la Verdad, a través de entrevistas y las comunicaciones interceptadas, identificó la participación de elementos del Ejército y la Policía Federal, incluso se han librado órdenes de aprehensión contra militares, según lo informó el presidente Andrés Manuel López Obrador el 26 de septiembre de 2020 en Palacio Nacional.

La Comisión de la Verdad detectó que elementos de la Policía Federal, que ahora se convirtió en la Guardia Nacional, participaron en los retenes que hicieron las policías municipales y Guerreros Unidos para detener a los normalistas.

Adicional a esto, se tiene conocimiento de que el 27 Batallón de Infantería del Ejército, con sede en Iguala, tenía conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo con los normalistas, pero no hicieron nada para ayudarlos. Los mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tampoco brindaron apoyo al soldado Julio César López Patolzin, quien se había infiltrado en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa para conocer los movimientos de los estudiantes y también fue desaparecido.

En las comunicaciones interceptadas a Guerreros Unidos hay una de una persona identificada como “El Coronel”, quien le dice a “El Chino” que ya se encargaron de otros estudiantes que estaban en una vieja bodega. Se trataba de seis estudiantes que aún estaban con vida el 30 de septiembre. Y “El Coronel” también pide que “El Negro” le pague lo que le había prometido.

“El Coronel”, en otra conversación con “El Chino”, ordena que los soldados saquen los restos de Iguala. “Se llevaron la mayoría al Batallón“, dice la comunicación entre ambos personajes.

Por la participación de elementos del Ejército, la Policía Federal y autoridades municipales, la Comisión de la Verdad ha concluido que la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa es un “crimen de Estado”. Así lo dijo el subsecretario Alejandro Encinas, quien preside dicha comisión e informó que las investigaciones siguen su curso, pues hasta ahora solo se ha logrado encontrar restos de tres estudiantes y no se ha obtenido ninguna sentencia contra los responsables del crimen.

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