La muerte de Julio César Mondragón fue una de las más atroces que se conozcan de la noche de Iguala por la forma en que ocurrió: una foto de su rostro desollado fue publicada en redes sociales a la mañana siguiente del 26 de septiembre de 2014 sin que hasta ahora se sepa quién la tomó y publicó en internet.

Un año más tarde su cuerpo fue exhumado por el grupo de forenses argentinos y se comprobó que cercenaron su rostro cuando aún estaba con vida. A pesar de la crueldad con la que fue torturado en vida, el caso de Julio César Mondragón es del que menos se habla en las investigaciones tanto del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), dado a conocer en marzo, como del reciente informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, difundido el 18 de agosto.

Lennin, hermano de Julio César, recuerda que en el tercer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, en marzo pasado, les hicieron una pregunta específica sobre el caso de Julio César.

“Responden que, pues esa es información todavía confidencial, el tema es muy delicado, pero pues no nos pueden aislar somos parte del caso Ayotzinapa porque mi hermano también era estudiante, era estudiante de nuevo ingreso”, reclama.

Familiares e integrantes del colectivo Somos los ojos y el rostro de Julio publicaron en 2021 un libro titulado Los Infiltrados, con el resultado de sus propias investigaciones y consideran que han sido excluidos porque no están dispuestos a seguir el pacto de silencio alrededor de la Normal de Ayotzinapa y del papel de los dirigentes estudiantiles que ordenaron que los normalistas de primer ingreso fueran a Iguala.

Eduardo Moreno, egresado de la Normal de Ayotzinapa (generación 2012-2016), asegura que presenció los hechos que desataron lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014 y aunque no es sobreviviente porque no estuvo ahí esa noche, afirma que David Flores y Manuel Vázquez Arellano, actual diputado federal por Morena, estaban al frente de la dirigencia estudiantil en ese entonces.

“Sí es cierto, fue el Estado, fueron los municipales, fueron los tres niveles de gobierno, pero ¿quiénes llevaron a los chicos a Iguala sabiendo que no podíamos ir a Iguala y mucho más a esa hora?. Estamos dejando muchos cabos sueltos”, expresó Eduardo en entrevista.

El colectivo exige que se investigue al interior de la normal de Ayotzinapa, donde hay un pacto de silencio del cual ellos no están dispuestos a formar parte y por eso han sido excluidos.

La noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre tres normalistas fueron asesinados durante los ataques los policías municipales de Iguala en la cabecera municipal: Julio César Ramírez Nava, Daniel Solís Gallardo y Julio César Mondragón, mientras que Aldo Gutiérrez Solano quedó en estado de coma por un disparo en la cabeza.

La agenda del gobierno se ha centrado en atender a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, pero poco se ha hablado de los tres que fueron hallados muertos esa noche y de Aldo.

Cuitláhuac Fontes, tío de Julio César, cuestiona cómo es posible que el cuerpo de su sobrino haya sido encontrado a un costado del C4 sin que haya sido captado ese momento por las cámaras.

“Hasta la fecha ni siquiera con tanta tecnología que tiene el Estado, no saben quién subió esa foto, cuando todos lo suponemos porque estaba cerca del C4, ahora ya es el C5, donde hay cámaras y todo”, dijo. “Cuando tiran su cuerpo, las cámaras dejan de funciona. ¿Quién tiene tanto poder como para decir: ¿sabes qué?, detén las cámaras’. Que nos digan qué es lo que pasó porque nosotros no lo sabemos“, exigió

Las primeras personas que supieron que se trataba de Julio César quien aparecía en la “macabra fotografía” fueron su tío y Lennin, hermano de Julio César. Lo reconocieron por su ropa sus huaraches y conformaron su identidad cuando se publicó el apodo de “el Chilango” en el diario El Sur de Acapulco.

El tío de Julio César; su hermano, Lennin Mondragón, e integrantes del colectivo Somos los ojos y el rostro de Julio denuncian que han sido vetados de las reuniones y conferencias de la Secretaría de Gobernación, con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y de la misma Presidencia de la República, a donde han girado escritos para intentar sostener una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El hermano de Julio César dice que le parece ingenuo que el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, haya hecho un llamado a ofrecer información sobre el caso Ayotzinapa cuando ni siquiera han podido acercarse a él.

“A nosotros no nos han querido recibir. Tenemos que investigar también a Ayotzinapa. Vidulfo Rosales (…) cuando hizo el pacto de silencio: ‘¡es que si cuestionamos al comité, van a cerrar la Normal de Ayotzinapa!. Perdón, pero pues que la cierren porque yo no quiero que esto se repita más, salvar a las generaciones futuras de estos trágicos sucesos”, dijo.

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