Los retos en Hacienda a la salida de Arturo Herrera: subir los ingresos y rellenar fondos de emergencia

Arturo Herrera deja este jueves la Secretaría de Hacienda en un panorama complejo por los retos que se quedan: aumentar los ingresos de las finanzas públicas y rellenar los fondos de emergencia que se vaciaron durante los primeros tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

La Secretaría quedará en manos de Rogelio Ramírez de la O, quien tendrá que presentar el paquete fiscal para 2022, con un margen de maniobra muy estrecho para la reasignación de recursos.

El propio Herrera reconoció en una entrevista divulgada el miércoles que a partir del siguiente año, las finanzas públicas tendrán que compensar las salidas de recursos que se dieron desde los fondos de estabilización.

Entre 2019 y 2020, los recursos de los fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y de los Ingresos de las Entidades Federativas se redujeron 94 y 50%, respectivamente, mientras que el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo tuvo un incremento marginal de 8.2%, de acuerdo con datos del Banco de México.

“Hay que volverlos a construir. La idea de los colchoncitos es que se construyen en épocas de vacas gordas y se usan en épocas de vacas flacas”, comentó a El Universal. También previó que si bien este año es de recuperación, el 2022 tendrá que ser un año poscovid.

Al respecto, Gustavo López Montiel, profesor investigador de la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, considera que el espacio para reasignar recursos y generar algunos ahorros es limitado.

“La segunda parte de su gobierno es un momento en que tiene que consolidar no solamente el manejo de las finanzas en un contexto donde ya no hay tantos espacios de dónde sacar dinero como en los primeros dos años, ahora tendrá que establecer una estrategia distinta”, comentó en entrevista para La-Lista.

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Más en el entendido de la enorme cantidad de recursos que requieren los grandes proyectos de infraestructura del gobierno federal, como el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, la ampliación del monto de los apoyos de los programas sociales, como las becas a estudiantes y jóvenes, así como las pensiones, sumado a la reducción del empleo y una recuperación de puestos lenta y de menor calidad.

“Habría que buscar de alguna manera estos fondos que se vaciaron en los dos años previos, lo que pasa es que en buena medida los proyectos del presidente requieren de mucho dinero y poco a poco él se va haciendo de más compromisos, y para lograr concluirlos, va a necesitar mucho más dinero del que ha invertido hasta ahora”, expuso.

Entre las opciones para ampliar esa base podrían contemplarse ajustes a algunos impuestos como el IEPS en algunos productos de consumo, así como algunos impuestos de la operación de las empresas.

Apenas a inicios de julio, se oficializó el incremento de las pensiones para adultos mayores en 200 pesos, además de ampliar a los beneficiarios a todas las personas mayores de 65 años, cuando antes estaba limitado a grupos indígenas y afromexicanos.

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Sobre las medidas tomadas para atender la pandemia, si bien no hubo contratación de deuda, su relación respecto al PIB sí creció, impulsada sobre todo por la contracción de la economía y la menor productividad, lo que a largo plazo podría también tener un impacto en el crecimiento de los siguientes años.

“Hay un conjunto de temas macroeconómicos, que si bien no estamos todavía en contexto de una crisis profunda, sí causan preocupación si es que no hay un buen manejo de las finanzas”, concluyó.