Jessica Simpson recuperó su nombre y va por la cima que alcanzó su marca
Luego de poner la marca en manos equivocadas, Jessica Simpson tomó de nuevo la riendas tras superar su problemas de alcoholismo.
Luego de poner la marca en manos equivocadas, Jessica Simpson tomó de nuevo la riendas tras superar su problemas de alcoholismo.
Jessica Simpson está de vuelta: busca recuperar la cima de la marca que lleva su nombre y que la llevó a romper los 1 mil millones de dólares en ventas. Esta misión que se propone se da luego de los problemas de alcoholismo que padeció y un fallido manejo de su licencias que pronunciaron la caída de su negocio.
Bloomberg Businessweek dedicó un extenso reportaje a la travesía que ha atravesado la popular cantante y actriz estadounidense para recuperar la marca que lleva su nombre luego de una serie de decisiones que le llevaron a ponerla en manos de una empresa que se declaró en bancarrota y en la que sus problemas personales fueron el motor para dar la batalla.
El medio rememora cómo Jessica Simpson ingresó al mundo de la moda en 2010 impulsada porque sus fans se inspiraban en los atuendos que ella imponía y no los ejecutivos de la industria. Tanto ella como su madre, resalta Bloomberg, notaron el potencial. Ambas sabían que fabricar ropa y accesorios les sería costoso y complejo, por lo que decidieron otorgar licencias a fabricantes.
El camino las puso en manos de Vince Camuto, cuya visión de crear ropa accesible con un toque moderno que se vendiera en los grandes almacenes de gama media, catapultó la marca Jessica Simpson.
“Camuto terminó con una participación del 25% en la marca Simpson, junto con la licencia maestra. Sus primeros zapatos juntos fueron las botas vaqueras rojas de tacón alto “Daisy”, una réplica de la que (Jessica Simpson) usó en (Los) Dukes (de Hazzard) , y se convirtió en un éxito instantáneo”, resalta Bloomberg.
La unión fue fructífera en adelante: “En menos de cinco años, el equipo Simpson-Camuto logró construir una marca en auge que abarcó casi tres docenas de categorías. En 2010, la colección Jessica Simpson generó $750 millones en ventas, llegando a $1 mil millones en 2014”, apuntó el medio.
Pero fue en ese mismo año cuando el principio del declive vino también. Camuto, quien estaba enfermo de cáncer, falleció en enero de 2015, no sin antes recomendar a los Simpson vender la marca para asegurar ingresos.
En medio de la turbulencia, ese mismo años, hicieron un trato con Yehuda Shmidman de Sequential Brands Group Inc, un joven ejecutivo que les prometió la línea a una operación de 2 mil millones a 3 mil millones de dólares, cuya compañía se quedó con el 65% de la marca Jessica Simpson.
Todo parecía ir bien, pues al poco tiempo Sequential Brands se hizo de la marca Martha Stewary Living Inc., que la puso “entre los grandes jugadores de tercer nivel a las grandes ligas junto con Iconix y Authentic Brands Group LLC, un competidor en crecimiento . La gente llamaba a Shmidman el flautista de Hamelín de la gestión de marcas”.
Pero la deuda contraída por Sequential Brands obstaculizó el cumplimiento de los objetivos con sus clientes, por lo que sus acciones cayeron y Shmidman fue despedido en 2017.
“Jessica Simpson conocía a sus clientes, pero los ejecutivos de Sequential no la escuchaban, ignoraron sus sugerencias y la llamaron “irrelevante” (…) “Creo que querían culparme”, dijo ella. “Estaban poniendo muchas excusas, y yo era la excusa porque no tenía una película”, apuntó la cantante en entrevista con el medio.
No solo fue el golpe financiero, ese mismo año Jessica Simpson luchaba con su alcoholismo que tuvo uno de sus mas terribles episodios cuando se presentó ebria al programa de Ellen Degeneres.
Posterior a ello “se concentró en su salud, pensando que de todos modos no le importaba a Sequential. “Cuando estás con una empresa a la que no le importas o no crees en ti, realmente no quieres ganarles dinero”, explicó la estrella del pop.
Su madre notó que la marca no tenía un sitio web ni llegaba un reemplazo de Shmidman, por lo que planteó un esquema para buscar financiamiento y recuperar la marca. En 2019, la pandemia dio el último golpe a Squential que se declaró en bancarrota y en 2021 se concretó: 65 millones de dólares.
Ahora buscan mantener a todos sus más de 20 licenciatarios en más de 30 categorías y expandirse a rodillos faciales, colchonetas de yoga, accesorios para mascotas, que la hija de 9 años de Jessica está ayudando a diseñar. Así como en crear su propia empresa de licencias, aplicando las lecciones aprendidas.
“Después de 16 años, asumiré ese rol de propiedad de mi nombre y de mí misma”, dijo Simpson. “Ya es hora.”
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