¿Quién mató a Manuel Buendía? Netflix reabre debate del asesinato

¿Fue José Antonio Zorrilla? ¿La culpa fue del Estado por sus investigaciones periodísticas? ¿O acaso fue por la indagación en torno a los presuntos lazos de la CIA con narcotraficantes mexicanos? Son algunas aristas planteadas por el documental Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?, que contó con un trabajo de más de 10 años del director Manuel Alcalá y se estrenará el 14 de julio por Netflix.

A través de libros como La CIA en México, que recoge sus columnas relacionadas con el organismo de inteligencia estadounidense, y de biografías –como la que escribió el periodista Miguel Ángel Granados Chapa–, se muestra a los grupos que exponía el periodista Manuel Buendía, quien fue director general del periódico La Prensa. Entre estos se encuentran la extrema derecha en Guadalajara, con el grupo Los Tecos, y otros grupos políticos, entre ellos el del exgobernador de Morelos Rubén Figueroa, conocido por haber hostigado, agredido y asesinado a periodistas. 

El también columnista de Red Privada fue asesinado el 30 de mayo de 1984 por personas que se dieron a la fuga. Su identidad recayó en el misterio, aunque el crimen se atribuyó a personas dentro de la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Entre las personas acusadas se encuentra el extitular de la DFS, José Antonio Zorrilla, y el elemento Juan Moro Ávila, quien pasó 18 años en el Reclusorio Norte y habla en este documental.

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Manuel Alcalá lleva esta historia a la pantalla chica luego de 37 años del delito, tiempo en el que Zorrilla, a pesar de haber clamado durante su detención por su inocencia, no ha dado su versión de los hechos y se le acusó, por un lado, porque llegó rápidamente a la escena del crimen.

El director de Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía? entró al caso sin conocer al periodista, aunque el delito lo impactó, sobre todo luego de que descubrió que Buendía era un periodista vestido de gabardina y lentes oscuros, como si fuera más el detective de una película de espionaje.

“Iba armado todo el tiempo, pero por otro lado era un periodista que tenía un rigor y talento para escribir, con un humor negro y una forma de exponer las investigaciones que llevaba a cabo. No creo que haya habido alguien como él antes”, comenta Alcalá en entrevista para La-Lista.

Manuel Buendía, el inicio de crímenes contra periodistas

Para el también coguionista de Museo, filme protagonizado por Gael García Bernal, Manuel Buendía fue “casi el inicio de una serie de crímenes contra periodistas” en México, donde este oficio es uno de los más peligrosos de practicar.

Al respecto, la organización Artículo 19 ha documentado del 2000 al 2021 los asesinatos de 140 periodistas por su posible relación con su labor, siendo los principales afectados los hombres. Una de las zonas de peligro para quienes ejercen esta actividad son quienes viven en Veracruz. 

Este mismo estado es mencionado por el documental de Alcalá, pero no por los crímenes perpetrados en años recientes, sobre todo bajo el gobierno de Javier Duarte, sino porque Manuel Buendía habría investigado una granja protegida por la DFS que pertenecía al narcotraficante Rafael Caro Quintero, investigación a la que también se atribuye el asesinato del periodista porque había descubierto unas pistas de aterrizaje. 

Señalar a un culpable, como refleja el trabajo de Alcalá, es arriesgado, pues incluso en el funeral decían los periodistas que los políticos, incluido el expresidente Miguel de la Madrid, asistían no para dar el pésame a la viuda, sino para cerciorarse de que la máquina de escribir ya no volvería a ser tecleada para criticarlos.  

Hoy, el control de los medios de comunicación es distinto a las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX. El director del largometraje considera que en la actualidad hay una libertad de prensa, pero riesgo es mayor.

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En esos tiempos, el gobierno controlaba de forma indirecta a los periódicos a través de la Productora e Importadora de Papel SA (PIPSA), paraestatal que fijaba el precio y distribución del papel y que representaba un monopolio al carecer de otro medio para adquirir dicho producto. 

“Era una forma de control indirecto que creo se soluciona a través de los subsidios, pero ese ha sido el control más grande que ejerció el gobierno. Son pocas veces los casos en que se ha censurado completamente la información, obviamente en casos grandes e importantes”, dice el director. 

En la actualidad, añade, los periodistas que buscan exponer algo, pueden encontrar otros medios para difundirlo, lo cual representaba una gran diferencia entre lo que hacían los periodistas de antes y ahora. 

No obstante, con el surgimiento de propuestas desde el gobierno –como la sección Quién es quién en las mentiras, que presentan en sus conferencias el presidente Andrés Manuel López Obrador–, se encuentran formas con las que el Estado busca hacer frente a cualquiera que hace una crítica contra la Cuarta Transformación.

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Después de 37 años del crimen, la pregunta sigue sobre la mesa: ¿quién mató a Manuel Buendía? Al respecto queda una frase que el columnista en una ocasión dijo y que recoge el documental: “Si alguna vez yo fuera víctima de un atentado y pudiera pronunciar mis últimas famosas privadas solamente diría esto: merecido me lo tenía“.

Para Alcalá, las historias de no ficción ofrecen el análisis de temas que son relevantes o de interés social. Recuperar este tipo de sucesos de la vida real fuera de la esfera pública, y más con la presentación de personajes y su lado personal es importante, afirma, pues siempre habrá público interesado en estas historias.