La verdadera (y trágica) historia de amor de la reina Carlota y el rey Jorge de la serie <em>Los Bridgerton</em>
La historia real de la Reina Carlota y el Rey Jorge es mucho más trágica de lo que se ve en la serie. Foto: Twitter / @bridgerton.

Una de las incursiones más exitosas de Netflix en los spin-offs en la actualidad es La Reina Carlota: una historia de Bridgerton que cuenta la historia de una adolescente que llega al Reino Unido como una adolescente dispuesta a casarse con el rey Jorge pero un problema de salud mental del monarca amenaza con desestabilizar a la monarquía, pero la historia real es mucho más dolorosa.

La serie consta de seis episodios y cuenta con una gran interpretación de Golda Rosheuvel (La reina Carlota) y Corey Mylchreest, que interpreta a un recién acuñado rey Jorge que ve como su floreciente relación amorosa se ve en riesgo por sus problemas de salud mental.

La historia real de la reina Carlota y el rey Jorge

Carlota fue hija de una princesa y de un duque que presidió el principado de Mecklemburgo-Strelitz en un territorio que hoy en día pertenece a Alemania y cuando tenía 17 años, el rey Jorge la eligió como su futura esposa.

Una vez que se consumó el matrimonio, la pareja se instaló en el Palacio de Kew, donde era frecuente verlos caminar por los jardines, sin escolta, y asistiendo a obras de teatro agarrados uno del brazo del otro.

La verdadera (y trágica) historia de amor de la reina Carlota y el rey Jorge de la serie <em>Los Bridgerton</em> - reina-carlota-verdadera-historia
La historia real de Carlota y Jorge es mucho más dramática que la de la serie de Los Bridgerton. Foto: Netflix

En su afán por traer al mundo a un heredero y alguien que pudiese ocupar su lugar en caso de ser necesario, Carlota dio a luz a 15 bebés, pero para su desgracia dos de ellos perdieron la vida a temprana edad.

El rey Jorge adquirió lo que ahora se conoce como el Palacio de Buckingham y la Casa Frogmore de Windsor, ideales para que la reina y sus hijas pudieran darse una escapada, mientras que el hecho de intercambiar pocas cartas son testimonio de la relación amorosa que llevaban, pues rara vez se alejaban el uno del otro.

Los primeros 25 años de relación de la pareja transcurrieron en la felicidad plena, pero en 1789 el rey experimentó problemas de salud mental que le impidieron cumplir con su deberes como monarca.

En el sitio web del Palacio Real Histórico se infiere que este problema de salud del rey Jorge pudo ser el punto de quiebre en su relación: “Cuando el rey se enfermó, sus comportamientos inapropiados y maníacos aterrorizaron y molestaron a la reina. Su relación nunca volvió a ser la misma y llevaron vidas cada vez más separadas”.

En primera instancia, el deterioro de la salud del rey Jorge se derivó en problemas físicos, pero con el paso del tiempo se le vio “cada vez más trastornado mentalmente”. Durante su tratamiento, el rey estuvo aislado en Kew y fue atendido por una gran variedad de médicos que lo trataban con sanguijuelas y baños fríos.

Algunos historiadores aún cuestionan el padecimiento del rey Jorge; mientras que algunos afirman que tenía un trastorno bipolar, mientras que otros sugieren que tenían la enfermedad de la sangre porfiria.

Tras varios años lidiando con la enfermedad de su esposo, Carlota sufrió un edema y cuando su estado de salud empeoró tuvo que permanecer encerrada en su dormitorio. Mientras atendían a su esposo, Carlota se mantuvo fiel a la distancia y fungió como su tutora hasta que murió en 1818, un año antes que él.

La reina murió rodeada de sus hijos, en un sillón que permanece en el Palacio de Kew hasta el día de hoy. Su ataúd fue trasladado al Castillo de Windsor, se cubrieron las paredes con paja para asegurar que el rey, con severos problemas de salud, no escuchara el funeral de su amada esposa.

Mientras tanto, la salud de Jorge se deterioró, desarrolló demencia y quedó ciego por cataratas antes de morir finalmente de neumonía.

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